Blog

Y se hizo la luz: La historia de la llegada de la electricidad a las islas en 200 páginas

Autora: Mónica Ledesma
Publicado en el Diario de Avisos el 23 de noviembre de 2025.

          El ser humano ha buscado mil maneras de iluminar su vida y su entorno a través de la luz y, por ello, a lo largo de siglos de historia no ha desistido en explorar con diversos materiales y formas para obtenerla y utilizarla. Madera, aceite, belmontina o gas, hasta dar con la luz eléctrica, la llegada de la energía luminosa a las casas y al alumbrado público de ciudades y pueblos ha vivido una auténtica revolución.

          Lo que hoy nos parece algo habitual, hace 132 años era muy diferente, pues al caer la noche en las casas canarias se usaban palmatorias, velones o quinqués para ello, mientras que las calles se iluminaban con hachones, mechas de aceite, faroles de reverbero o lámparas de gas.

          Godalming, en Inglaterra, y Gerona, en España, fueron las ciudades pioneras en contar con luz eléctrica en las vías, la cual llegaría a Canarias el 31 de diciembre de 1893, primero en Santa Cruz de La Palma para, posteriormente, dar el paso a La Orotava, Arucas, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián de La Gomera, Valverde, Güimar, Icod de los Vinos, Arrecife y Fuerteventura.

          A. Salgado CustomUn salto de la casi oscuridad a la luz que, a través de la gran aventura humana que supuso la llegada de la energía eléctrica a las Islas, con sus modos de producirla y utilizarla ha sido recopilado en 200 páginas con todo lujo de detalles, que dan forma al libro La prehistoria del alumbrado y de la electricidad en Canarias del auditor y escritor tinerfeño Antonio Salgado.

          El escritor, oriundo de La Palma, trabajó durante muchos años en la Unión Eléctrica de Canarias (Unelco), lo que le llevó a adentrarse en un mundo de termostatos, transformadores y postes que encendieron su curiosidad sobre el origen de la energía en las Islas. “Hoy pulsas el interruptor y se enciende la luz con facilidad. Pero yo quise saber qué se hacía cunado no existía la electricidad, y esa obsesión me llevó a ahondar en la búsqueda de información que dio forma a este libro”, explica Salgado.

          El autor añade que “el presidente de Unelco en aquel entonces, Eduardo de la Cruz, me facilitó el poder acceder a datos en todas las islas, y tras reunir esa información, comencé a a ahondar en cómo llegó el alumbrado a calles, plazas y casas particulares, siendo La Palma la primera isla en tener electricidad en 1893, gracias a que aprovechó la riqueza hidráulica de la Caldera de Taburiente”.

          Salgado indica que “este acontecimiento causó mucho revuelo en esa época en el resto de islas, pues muchos ciudadanos no entendían como los palmeros se permitían ese lujo, mientras que los tinerfeños o grancanarios seguían iluminándose con faroles de reverbero o petróleo, máxime cuando Santa Cruz de Tenerife ostentaba la capitalidad de Canarias desde 1822”

          La electricidad a la capital tinerfeña llegaría en 1897, cuatro años después que a La Palma, “debido a los intereses creados en Santa Cruz por el abastecimiento de petróleo, cuyos propietarios temían les quitaran el negocio”, relata Salgado, quien agrega que “los eslóganes en contra de la electricidad eran graciosos, pues alertaban a la población de que no se les ocurriera la luz eléctrica, porque poniéndose debajo de un farol podían sufrir quemaduras y dolores de cabeza.”

          En ese tiempo, apunta Salgado, “en Santa Cruz sólo habían dos lugares con electricidad, el Hotel Camacho9, que presumía de tener 37 habitaciones con timbre y energía eléctrica, y el Casino, mientras que el resto de la capital seguía iluminándose con petróleo o aceite. No obstante, el primer municipio tinerfeño en contar con alumbrado eléctrico fue La Orotava y, después Arucas, en Gran Canaria. Mientras, el resto de Tenerife seguía en penumbras.”

Comisión Municipal

         Esta falta de alumbrado público en la capital daría lugar a que el Ayuntamiento creara una comisión municipal para su instalación, sacando a subasta la concesión del alumbrado público eléctrico en 1896. que recayó en Juan Martí Balcells. La Compañía Eléctrica e Industrial de Tenerife se constituiría en Sociedad meses más tarde, cuando se mandó construir el edificio donde se ubicarían la estación central y las oficinas, encargando la obra al arquitecto Antonio Pintor, El solar elegido se encontraba en la plaza de la Carnicería, junto al Matadero (actualmente sede del edificio Mapfre).

          Historias de luz que abarcan desde cómo los guanches buscaron conquistarla para alumbrarse y procesar alimentos, hasta la última isla en dotarse de energía, un largo camino que ahora se recopila en un libro que “me llevó mucho tiempo elaborar, pero que está hecho con cariño y cuidado. Además he de agradecer a Pablo Alfonso, editor de Madrid, que confiara en hacerlo posible, pues aquí parece que la gente está dormida”, manifiesta su autor.

         Salgado, además, aprovecha y hace una doble interpretación de la luz urbana, y se cuestiona cuál es la que emana de la ciudad y cuál es su verdadera realidad como proyecto común. Por ello, sostiene que el Santa Cruz de Tenerife actual ha perdido su pulso firme y decidido de antaño y, como ejemplo de ello, centra a la icónica Farola del Mar, que se mantiene apagada.

  • – – – – – – – – – – – – – 

Related Posts

Enter your keyword