Monumentos (19). A Santiago Beyro
Autor: José Manuel Ledesma Alonso
Publicado en el Diario de Avisos el 22 de junio de 2025
El monumento erigido a Santiago Beyro Martín, en la Plaza San Francisco de Santa Cruz de Tenerife, en 1969, está formado por un busto de bronce, obra del escultor Jesús María Perdigón Salazar, colocada sobre pedestal de piedra artificial, con placa dedicada a este Ilustre Tinerfeño, Orador Sagrado.
Santiago Beyro y Martín de Santa Olalla (Santa Cruz de Tenerife, 1859 – San Cristóbal de La Laguna, 1926).
Ingresó en el Seminario Diocesano de La Laguna en 1877. Cinco años más tarde sería ordenado Presbítero y nombrado coadjutor de la parroquia de Santo Domingo, en La Laguna. Luego sería cura regente de San Juan de la Rambla (1884-1890); cura ecónomo de la Parroquia de San Francisco de Asís en Santa Cruz de Tenerife (1883-1895); cura ecónomo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de esta capital y Arcipreste de Santa Cruz de Tenerife (1899); cura ecónomo rector de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna (1895), y Arcipreste de San Cristóbal de La Laguna (1903). En 1914 obtuvo por oposición la dignidad de Arcediano de la Santa Iglesia Catedral de Tenerife. Como Vicario Capitular regiría la Diócesis Nivariense mientras estuvo la Sede vacante; es decir los años 1917-1918 y 1922-1924.
Santiago Beyro estaba en posesión de los títulos de Bachiller en Artes, Licenciado en Derecho Canónico, Doctor en Sagrada Teología y Coadjutor del Sagrario Catedral; además, era Catedrático de Latinidad, de Historia Universal e Historia Eclesiástica del Seminario Diocesano de La Laguna.
A lo largo de su vida fue misionero apostólico, capellán de honor y predicador de Su Majestad, académico de la Pontificia Arcadia en Roma, examinador sinodal de los Obispados de Málaga, Segovia, Ávila y Canarias.
Como orador sagrado, sus sermones y homilías estaban cargados de una dosis exacerbada de patriotismo en defensa de Tenerife. De ellos citaremos el sermón pronunciado en la función religiosa del 3 de mayo de 1909, festividad de la Santa Cruz, oficiada por el Obispo de la Diócesis en la Parroquia de la Concepción, en el que, al unificar la religión con la política, inspirada en el más alto patriotismo, fue privado de la licencia del culto cristiano que le concedía su investidura de sacerdote. En La Laguna se llegarían a producir manifestaciones de protesta, con apedreamiento del edificio del Obispado.
Santiago Beyro colaboró en la revista Gente Nueva, escribiendo diversos artículos sobre costumbres y tradiciones rurales de la época; tales como Chocheces de un párroco, La Bajada de la Virgen del Socorro, en Güimar, etc.
Por sus frecuentes y brillantes intervenciones como Orador Sagrado, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le regalaría una sortija de oro con el escudo de la ciudad, el cual fue costeado por suscripción popular. El Ayuntamiento de Güimar le nombraría Hijo Adoptivo.
Una calle de esta ciudad, situada en las proximidades de la Cruz del Señor, lleva su nombre.
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