In Memoriam. Domingo Febles Padrón
Autor: Antonio Salgado Pérez
Publicado en el Diario de Avisos el 10 de enero de 2025
En los albores de la década de los 50 del siglo pasado, conocimos al entrañable amigo Domingo Febles Padrón, que recientemente nació para la muerte. Y lo conocimos en aquella fachada roquera de castillo medieval que respondía, y responde, por las Escuelas Pías, donde una pléyade de sacerdotes escolapios, sacrificados, eficientes y docentes, nos enseñaron las distintas vertientes de la disciplina, del respeto y la convivencia pacífica y espiritual, todo ello imbuido en unas normas de urbanidad que nunca hemos olvidado. Y menos nuestro inolvidable compañero Domingo, que una vez superada su etapa estudiantil y en su recordada “Tacita de Plata”, en aquel Cádiz, luminoso y bullanguero, culminó sus estudios de dermatología, función que, a continuación, desempeñó en su isla natal con el esmero, la pulcritud y la profesionalidad que siempre le distinguieron.
Domingo, amable y de fácil sonrisa en el saludo, llevaba siempre por bandera su educación, su estilo y su compostura, donde el enfado jamás se reflejó en su rostro.
Cuando tuvo el honor de ser elegido para presidir el Real Casino de Tenerife, Domingo Febles, en una exitosa década, desempeñó aquel cargo con pulso firme, con rigor y con un trato exquisito hacia los numerosos socios de aquella entidad que había surgido en 1840 y que hoy está catalogada como la sociedad cultural más antigua de Canarias.
Durante el mandato de Domingo Febles el Real Casino de Tenerife seguía apuntalado por una Junta Directiva de postín, apoyada en todo momento por una gerencia y personal de primer nivel.
En definitiva y como colofón y despedida a quien ya no está entre nosotros, tenemos que añadir que su inseparable esposa Carmenchu y sus hijas Carmen y Mercedes siempre se dieron cuenta que el cabeza de familia no solamente era un hombre bueno sino un personaje ejemplar.
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