Prácticos (Puerto y puerta - 55)

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 4 de marzo de 2012).

 

          Teniendo como inagotables los temas que dimanan del dispositivo portuario tinerfeño, que son los que nos interesan, es sencillo establecer las prioridades entre los numerosos asuntos que, estimo, tienen cabida en este espacio. Como éste, que ahora nos ocupa, dedicado a los prácticos, que puede encajarse en cualquier tiempo.

          Así fue en anteriores ocasiones, cuando, con la exigida síntesis, se fijaba nuestra atención en estibadores, consignatarios  y provisionistas de buques. Partiendo de la base de que los tiempos son otros, se subrayan las acciones encaminadas al enaltecimiento de nuestro puerto, aunando  la necesaria promoción y el esmerado servicio; a todos incumbe.

          Sobre los prácticos, en general, compendiando unos apuntes elementales, se definen como asesores del capitán de un buque en las maniobras náuticas de entrada y salida de los barcos. El servicio de practicaje es obligatorio para todos los buques mayores de 500 toneladas; algunos capitanes, atendiendo a las frecuencias de las escalas, pueden obtener la exención del servicio.

          Con respecto a las instalaciones portuarias de esta isla, el servicio lo realiza la Corporación de Prácticos de los Puertos de Tenerife SLP; actualmente —son nueve los prácticos asignados—  ejerce la presidencia Jesús Pineda Albornoz. Su sede ocupa un inmueble situado en el muelle Norte, inaugurado en el año 1947; se trata de un peculiar edificio de tres plantas inspirado en el puente de un barco, según proyecto redactado por el arquitecto Tomas Machado (1908-2003).

          Ni que decir tiene que la importancia de un dispositivo portuario de primer nivel conlleva la alta consideración de los  profesionales de la Marina Mercante que ejercen el practicaje. Ahondando en la historia -es un valor añadido- de nuestro puerto, se ratifica su alta cualificación, que se prolonga en el tiempo. De forma testimonial, transcribo dos entrañables notas de diversa índole.

          En 1893 hizo escala en Santa Cruz una replica de la Santa María con motivo de la celebración del 400 aniversario del descubrimiento de América; las operaciones de practicaje de entrada y salida de la nao fueron dirigidas por Agustín Barbuzano García. Se dio la circunstancia que uno de sus hijos, con el mismo nombre y apellidos, también fue práctico de este puerto.

          Y esta otra, muy sentida. El 5 de octubre de 1954 se produjo el fallecimiento del práctico Pedro Miranda Suárez. Sufrió un colapso cuando subía por la escala del trasatlántico Brasil Star. Fue un experto marino que mandó, entre otras unidades, el trasatlántico Marqués de Comillas.

          Con este recuerdo, reitero el reconocimiento al colectivo de Prácticos, por su fundamental contribución al bien ganado prestigio del puerto tinerfeño.

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