Santa Cruz, plaza fuerte

Por José Manuel Ledesma Alonso y Juan Tous Meliá (Publicado en El Día el 13 de julio de 1997).

 

          Cuando el visitante se acerca al Museo Militar de Almeyda a contemplar la exposición “La Gesta del 25 de julio de 1797” , una de las primeras cosas que tiene la ocasión da observar es la maqueta que revive el Santa Cruz de 1797, realizada por el Club de Maquetistas de Tenerife, con el dispositivo defensivo al que le acompaña la vibrante narración de la batalla realizada de forma magistral por don Manuel Herrador Calatrava, el juego de luces preparado por don Manuel Martínez Romero y el puntero láser que sitúa de forma precisa cada momento del vigoroso combate.

          Diecisiete fueron los castillos, reductos y baterías que de forma directa o indirecta participaron en el combate. Pero antes de iniciar su descripción, hagamos un poco de historia.

          Santa Cruz empezó siendo un lugar por donde desembarcaban los viajeros que se dirigían a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, así como las mercancías que la abastecían. El Adelantado Alonso Fernández de Lugo, al fundar la Ciudad a una legua de la costa, además de tener en cuenta la belleza de la Vega de Aguere debió pensar que así estaría a salvo de los ataques de loa piratas.

          Sin embargo, también era necesario defender el Lugar.  Por ello, en 1513, don Alonso construyó la torre llamada el Cubilete Viejo, que estaba situada donde después se levantó la batería de la Concepción (actual edificio del Cabildo). Para completar la defensa, en 1554, se inició la construcción de la fortificación denominado La Fortaleza (inmediaciones del nuevo edificio de Mapfre).

          No obstante, entre las dos no cubrían La Marina, pues en el sitio más saliente de la costa -que recibía el nombre de La Laja- se había erigido hacia 1498 la primitiva ermita de la Consolación. Alrededor de 1570, el Cabildo decidió acometer las reformas que los ingenieros militares habían sugerido, que consistían en construir un gran castillo en las inmediaciones de La Laja.

Castillo de San Cristóbal

          Con tal motivo, en 1575 se inició la construcción del Castillo de San Cristóbal, instalándose su artillería dos años después. En 1588, el ingeniero militar Leonardo Torriani emitió un informe sobre la defensa de La Marina indicando que para su mejor defensa debían construirse don fortificaciones más, una en las inmediaciones del puerto de los Caballos y la otra en la zona de Paso Alto, en el lugar exacto donde los vientos dominantes y las corrientes obligaban a los navíos que quisiesen bombardear Santa Cruz a pasar cerca de la costa.

          En 1625 se construyó una plataforma sobre un pequeño fuerte que se había levantado en 1582 y que ya recibía el nombre de Santo Cristo de Paso Alto; entre 1640 y 1643 se levantó el Castillo de San Juan. Con estas construcciones quedaba concluido el esqueleto defensivo de Santa Cruz.

          Debido a la guerra contra Inglaterra, en 1656, con los activos Reales, la requisa hecha a los súbditos de S.M. británica y las ayudas del vecindario se construyó una muralla entre los castillos de San Juan y Paso Alto, siguiendo aproximadamente el mismo trazado que la que se había levantado hacia 1545 y que aparece en el plano de Santa Cruz que dibujó el ingeniero Torriani hacia 1588. El sistema defensivo se completó con el reducto de San Miguel (inmediaciones del Real Club Náutico; en las obras de la carretera de enlace de los muelles actualmente en construcción se puede adivinar parte de los cimientos de este reducto y del Castillo que se construyó en 1789) y el de Candelaria (desembocadura del barranco de Almeyda) y las baterías de San Antonio (en la desembocadura del antiguo barranco de San Antonio, inmediaciones de la plaza Arquitecto Marrero), de San Pedro (situada en el tramo final de la Alameda del Duque de Santa Elena, sus cimientos han quedado definitivamente sepultados junto con los del castillo levantado en 1792-95 al construirse el nuevo aparcamiento), de Las Cruces o del Calvario (situada en las inmediaciones del antiguo Calvario que existía si final del camino de la ermita de Regla).

          Desde entonces se podía considerar que Santa Cruz era Plaza Fuerte. Esto hizo que los navíos que hacían la carrera de las Indias fondearan en él, no sólo para hacer la aguada y para avituallarse, sino también para protegerse de los posibles ataques piráticos y de los buques de guerra de las potencias extranjeras que con frecuencia estaban en guerra contra España. Este fue el caso de la escuadra del almirante Egues que se refugió en 1657, entrando en combate el 28 de abril contra la escuadra del almirante inglés Blake, que fue derrotado (primera cabeza de león del escudo de Santa Cruz).

          Posteriormente se construyó la batería de La Concepción, en 1673, y la batería de Santo Domingo anexa al Castillo de San Cristóbal, que se erigió antes de 1701.

          El 5 de noviembre de 1706 es otra fecha memorable para Santa Cruz, pues el almirante Jennings es derrotado (segunda cabeza de león).

          En 1741 se construyó la batería de Santa Isabel (calle de La Marina núm. 22; actual edificio de la Organización de Trabajadores Portuarios); en 1742 la de San Francisco (500 metros al sur de la ermita de Regla); en 1776 las baterías del espaldón de San Rafael (situada en Almeyda, en el cruce de la Rambla y la avenida de Anaga), y enterrada de Santa Teresa (situada en las inmediaciones de la gasolinera de Cepsa del margen derecho del barranco de Tahodio). En 1784 se inició la construcción de la batería de la Cabeza del Muelle.

          Cuando el general don Antonio Gutiérrez se hizo cargo en enero de 1791 de la Comandancia General de las Islas Canarias efectuó obras de mejora y conservación del sistema defensivo, entre las que destacamos la conversión del reducto de San Miguel en castillo, la batería de San Pedro en fuerte, la preparación de la batería de Santiago o provisional de los Melones, la del Pilar y la de San Telmo. Unas semanas antes del ataque se desartilló la batería de Santa Isabel, colocándose sus cañones en le batería de la Cabeza del Muelle. Tampoco se encontraban artilladas las baterías de La Rosa, Candelaria y San Rafael. Y en la noche del 23 al 24 de julio, por iniciativa del teniente Grandi se abrió una tronera en el baluarte de Santo Domingo.

Maquetas

          Invitamos el lector a que se acerque al fuerte de Almeyda, pues además de revivir la batalla podrá contemplar las maquetas de los tres castillos emblemáticos que formaban el esqueleto del sistema defensivo -San Cristóbal, Paso Alto y San Juan- y los que de forma más directa intervinieron en los combates: castillo de San Pedro, batería de la Concepción y torre de San Andrés.

          Muchos amigos de los Museos se han interesado por conocer lo que queda de aquel Santa Cruz Plaza Fuerte: desgraciadamente es poco y por lo tanto fácil de recordar. En el barrio de San Andrés, queda la torre que en 1896 una avenida del barranco dejó arruinada. Muchas personas se han dirigido al Museo Militar para que se reconstruya, pero esto corresponde al Ayuntamiento de la ciudad. Del castillo de Paso Alto queda la plataforma circular, así como las bóvedas que la sostienen. Cabe recordar que este castillo se restauró en 1955 y albergó el segundo Museo Militar creado como homenajea  la Gesta del 25 de julio, pero tuvo vida efímera. Actualmente es propiedad del Ayuntamiento. El castillo de San Juan es el único que se conserva completo. Fue cedido por el Ejército al Cabildo con la intención de crear un Museo Militar que fue inaugurado en 1948, pero la lejanía de la ciudad, el abandono y la rapiña lo devastaron.

           En el año 1982 el Ayuntamiento lo recibió en usufructo del Ejército y lo restauró. Actualmente su estado de conservación es bueno, pero se encuentra cerrado al público. Los amigos de los castillos deseamos que, cuando se remodele la zona, el castillo abra sus puertas y sirva para recordar á los ciudadanos cómo fue el viejo Santa Cruz, Plaza Fuerte.

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