El nombre de nuestras calles (194). Avenida San Sebastián
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 17 de noviembre de 2024)
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (194)
Avenida San Sebastián
Transcurre desde la Avenida Bravo Murillo hasta la Plaza de la República Dominicana.
El martirio de San Sebastián (Öleo de El Greco. Catedral de Palencia)
El camino de La Laguna fue la primera y única vía que, desde 1494, comunicaba el Puerto de Santa Cruz con La Laguna, salvando el barranco de Santos por el primitivo puente del Cabo, pasaría a llamarse camino San Sebastián, a partir de 1588, al tomar el nombre del Santo entronizado en la pequeña ermita erigida en un descampado situado en las afueras de la Villa de Santa Cruz.
San Sebastián nació en Narbona (Francia) en el año 256 de la era cristiana, aunque siendo joven se mudó con su familia a Milán (Italia), ingresando en el ejército de Roma, donde llegaría a ser comandante de la Guardia Pretoriana que servía de escolta y protección al emperador Diocleciano.
Cuando tenía 32 años fue condenado a morir asaeteado por seguir la doctrina de Jesucristo, siendo llevado al Coliseo donde le lanzaron una lluvia de flechas hasta que le dieron por muerto. Recogido por sus amigos, una noble cristiana romana le curó las heridas y lo mantuvo escondido en su casa hasta que se restableció.
Aunque le aconsejaron que se ausentara de Roma, se presentó ante el Emperador para reprocharle su conducta, por lo que fue azotado hasta morir y su cuerpo tirado en un lodazal. Recogido por los cristianos, fue enterrado en una Catacumba de la Vía Apia (Roma), donde hoy se encuentra la iglesia de San Sebastián de Extramuros. En el año 826, sus restos fueron llevados a la Iglesia de San Pedro por temor a que los sarracenos profanasen el templo, hecho que llegaría a materializarse.
Al estar considerado abogado e intercesor frente a la enfermedad de la “peste” y el llamado “mal de puntada”, la primera rogativa pública que existe documentada en Santa Cruz fue la que se hizo para evitar la peste de 1788, cuando su imagen fue trasladada desde su ermita a la parroquia de la Concepción, donde se le hizo un novenario.
Esta situación se volvería a repetir en 1801, con motivo de la gran epidemia de peste en la Península; en 1804, durante la epidemia de viruela; en 1828, para hacer rogativas por la falta de lluvias; y en 1851, ante el peligro de cólera.
Su fiesta, que se viene celebrado desde 1882, era una de las más populares y concurridas de Santa Cruz pues, en la campiña aledaña, los asistentes comían, cantaban y bailaban.
- - - - - - - - - - - - - - -