El nombre de nuestras calles (189). Robayna
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 27 de octubre de 2024)
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (189)
Calle Robayna
Transcurre desde la calle Castillo a la Rambla de Santa Cruz.
Julián Robayna García (Fuerteventura 1796 – Santa Cruz de Tenerife, 1849)
Al terminar los estudios de enseñanza primaria se trasladó a vivir a Santa Cruz de Tenerife, con su tío Gumersindo, quién le marcaría su afición por las bellas artes, pues se dedicaba a modelar figuras con tierra volcánica y masa de barro.
En 1864, cuando se abovedó el espacio que ocupaba el barranquillo del Aceite que pasaba por su finca, situada entre la calle Castillo y Méndez Núñez, la explanada resultante daría lugar a la calle que hoy lleva su apellido. Dicha calle se prolongaría y ensancharía a principios del siglo XX, hasta hacerla llegar a la Rambla, a la altura de la Plaza de Toros.
Julián Robayna construiría su propia vivienda en la citada finca, rodeada de palmeras y arbolado. Su diseño daría lugar a que la sociedad santacrucera le comenzara a encargar la construcción de las suyas, adquiriendo gran prestigio como Maestro de obras y siendo elegido concejal del Ayuntamiento.
También se encargaría de construir la Recova Vieja -Centro de Arte La Recova-, a cambio de una finca de 8.359 m2 que lindaba con la suya, y que no tenía dueño conocido.
Gran aficionado al teatro, en 1833 habilitó el almacén donde guardaba los carros y los materiales de obra, situado en el nº 5 de la calle del Tigre -Villalba Hervás-, para que las compañías que venían de la Península pudieran hacer sus representaciones en un local cerrado.
Ante el éxito de esta iniciativa, en Santa Cruz se crearía una sociedad para construir un Teatro, inaugurándolo, el 25 de diciembre de 1835, en un local de la calle La Marina que anteriormente había sido bodega de vinos.
En 1847, el Jefe Superior Político de la Provincia, amparándose en el Real Decreto de 30 de agosto que daba organización legal al teatro español, propuso al Ayuntamiento de Santa Cruz construir un coliseo adecuado, decente y suntuoso, acorde con la categoría de esta capital.
El nuevo Teatro -Guimerá- comenzaría a construirse el 3 de marzo de 1849, bajo la dirección de Manuel Oraá y Alcorcha, arquitecto titular del Municipio, estando las obras a cargo del maestro Julián Robayna, quién además se haría cargo del derribo del antiguo convento de Santo Domingo, donde sería levantado el citado Teatro, que sería inaugurado el 26 de enero de 1851.
El Escudo de Armas de la ciudad que se colocó en el frontis de la fachada del Teatro Guimerá sería labrado por su hijo Gumersindo Robayna.
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