¿Otra vez el eje Baleares - Estrecho - Canarias?

 
Por Emilio Abad Ripoll (Publicado en la Revista Ejército, núm. 508. Extraordinario dedicado al nuevo Mando de Canarias. Noviembre 2021)
 
 
 
Resumen 
 
El concepto de Organización Orientada a la Misión, recientemente adoptado por nuestro Ejército de Tierra, sitúa al Mando de Canarias en el primer nivel operacional. Y al integrarse en él las Comandancias Generales de Baleares, Ceuta y Melilla, pudiera pensarse que, quizás, se quiere volver a definir como de primordial importancia estratégica el control del Eje Baleares-Estrecho- Canarias. 
 
Pero del estudio de la actual normativa se deduce que la nueva organización busca la disuasión que, de forma permanente, deben ejercer las unidades de los tres enclaves (Baleares, Norte de África y Canarias)  ante posibles riesgos y amenazas que puedan presentarse en una zona vital para nuestros intereses nacionales..
 
- - - - - - - - - 
 
 
          En 1342, mucho tiempo antes de que en el planeamiento estratégico español apareciera acuñado el concepto “Eje Baleares – Estrecho – Canarias” (a partir de ahora Eje BEC), unos audaces navegantes mallorquines, en dos pequeños navíos llamados “cocas bayonesas”, llegaban a las “Illes de la Fortuna” dibujando premonitoriamente sobre el azul del mar el que luego sería el famoso Eje.
 
BEC - 1 
 
Maqueta de una coca mallorquina (Museo Histórico Militar de Canarias), las primeras naves que unían los extremos del Eje BEC.
       
         
          Los tres enclaves geográficos que lo definen habían sido ya, y seguirían siendo, objeto permanente de deseo por particulares o potencias extranjeras lo que constituía un motivo de perenne preocupación para las gentes que vivían en ellos.
 
          Desde los albores de la Historia se conocen las acciones piráticas que asolaban las costas baleares, el Sur y Sudeste peninsular y el archipiélago canario.  Una piratería que continuó y se acrecentó a lo largo de los siglos.
 
         Además, desde finales del siglo XV, nuestra Patria estaba empezando a civilizar las nuevas tierras recién descubiertas al otro lado del Atlántico, y las Canarias se habían convertido en un gigantesco noray o punto crucial de enganche del cordón umbilical que unía la España de Europa con la España que empezaba a crecer en América. Un enlace que nacía en el acceso occidental del Estrecho de Gibraltar (Sevilla y luego Cádiz) y que trazaba sobre el océano el tramo atlántico del Eje BEC.
 
BEC - 2
 
La Flota de Indias (La América española. Word Press.com)
 
 
 
Siglos XVI al XVIII
 
          De ahí el interés que en el siglo XVI, y hasta finales del XVIII, demostraron Francia, Holanda e Inglaterra para hacerse con, al menos, una de las islas, y contar así con una base para interceptar las flotas de Indias que, a cambio de cultura, religión, lengua y costumbres (es decir, civilización) volvían a la Península desde Mesoamérica cargadas de riquezas que servirían, en buena parte y por desgracia, para financiar las deudas contraídas por España como consecuencia de las guerras que se veía obligada a mantener en Europa. 
 
          Repasando lo sucedido en esas tres centurias (XVI, XVII y XVIII), nos encontramos con  claros ejemplo de aquellas apetencias en lo que sucedió en aguas y tierras canarias. Tras los piratas y los corsarios, prácticamente desde finales del siglo XVI, escuadras que enarbolaban las banderas de los principales países de la época y mandadas por sus marinos más famosos, aparecieron amenazadoras ante las costas isleñas. Y los fracasos (para ellos) se fueron sucediendo casi sin excepción. Por citar solo a los más conocidos de los atacantes, ni Drake en Santa Cruz de La Palma y en Las Palmas, ni Windham en La Gomera, ni Van der Does en Gran Canaria, ni Blake, Jennings o Nelson en Tenerife llegaron a cosechar más que vergonzosas derrotas, sin más “gloria” que algún saqueo aislado o la infame matanza de jesuitas llevada a cabo por el francés Sores en aguas de Tazacorte (La Palma).
 
BEC - 3
 
El Hércules, “el cañón más precioso del mundo”, un coloso frente a Blake y Jennings. (Museo Histórico Militar de Canarias)
 
 
BEC - 4
 
El Tigre, que mutiló a Nelson (Museo Histórico Militar de Canarias)
 
         
          Pero sabemos que las apetencias, ya lo hemos dicho, no se circunscribían solo a Canarias, la esquina occidental del Eje. Inglaterra, con clara visión estratégica, no solo actuó en aguas atlánticas, sino que consiguió el control del acceso al Mediterráneo desde occidente y de la navegación en ese mar. Y da que pensar que, aprovechando nuestra Guerra de Sucesión y en el corto espacio de tiempo de cuatro años, se apoderó en 1704 de Gibraltar, lo intentó, y fracasó, con el ataque de Jennings a Tenerife en 1706 y volvió a emplear arteras mañas para ocupar Menorca en 1708.  Es decir, que el pensamiento estratégico británico de principios del XVIII ya estaba fijado en la posesión de los tres enclaves del Eje BEC.
 
BEC - 5
 
El TG. Don Antonio Gutiérrez de Otero, que se enfrentó a los ingleses en las Malvinas (1770) y en los tres enclaves del Eje: Gibraltar (1779), Menorca (1781) y Tenerife (1797)
(Cuadro de Luis de la Cruz y Ríos – 1796. Palacio de Capitanía General, Santa Cruz de Tenerife)
 
 
Siglo XIX y primeros años del XX
 
          Aunque con la llegada del siglo XIX la paz pareció, por fin, bendecir a un archipiélago que había sido siempre escenario de ataques y  violencia, lo cierto es que las islas sufrieron en ciertos momentos históricos convulsiones asociadas a la política nacional e internacional. De ellos, sin duda el más importante fue el estado de alarma creado en los meses de la guerra contra los EE. UU. (1898), cuando se temió un desembarco de los americanos en Canarias, que llevó a un rápido refuerzo de las defensas costeras. 
 
          Pero acerquémonos mucho más a los tiempos actuales y situémonos al principio de la década del los 40 del siglo XX
 
 
El Mando Económico
 
 
          Tan solo cinco meses justos habían transcurrido desde que los españoles escucharan con alivio a través de Radio Nacional de España aquel famoso parte que terminaba comunicando que “La guerra ha terminado”, cuando comenzaba la que sería la más devastadora conflagración bélica de la Historia.
 
          La declarada neutralidad de nuestra Patria en aquel conflicto, si bien por una parte implicaba la no participación directa en la contienda, por otra conducía a pensar que, cualquiera que fuese la situación en Europa, antes o después el Archipiélago, o al menos una de sus islas, sería invadido. Y es que su situación geoestratégica, con posibilidades de ejercer una gran influencia en los accesos al Estrecho de Gibraltar, así lo hacía presagiar.
 
          El ataque podría provenir tanto de Alemania, si el gobierno de España persistía en su idea de mantenerse lo más al margen posible del conflicto, como de Gran Bretaña, especialmente si los alemanes, como se presumía, tomaban Gibraltar. E incluso de los EE. UU., cuando entraron en la guerra, para los que una isla cercana al continente africano supondría contar con un inmenso portaviones, fundamental en sus planes de atacar a las fuerzas del Eje en su flanco sur, el norte de África. 
 
          La mayor amenaza siempre la supusieron los británicos (1), como lo demuestra lo que el propio Churchill escribiría en sus Memorias:
 
                    “… casi dos años mantuvimos constantemente una expedición de más de 5.000 hombres y sus barcos preparados para tomar las Islas Canarias.” 
 
          En esta situación, y ante la casi certeza de que la rama occidental del Eje BEC quedaría totalmente controlada por otra u otras potencias, y por consiguiente se produciría el aislamiento del Archipiélago,  el gobierno español tomó la importantísima decisión de constituir el Mando Económico de Canarias, organización que superaba cualquier concepto preexistente, ya que se conferían al Capitán General del Archipiélago no solo el mando absoluto sobre todas las fuerzas de Tierra, Mar y Aire allí desplegadas, sino también todos los resortes de los poderes económico, político y social en las Islas. 
 
          El Archipiélago se reforzó defensivamente todo lo que se pudo y se preparó para resistir nuevos intentos invasores. Afortunadamente, no se cumplieron los malos presagios y Canarias quedó libre de los zarpazos de unas indeseadas invasiones, pero era diáfano que continuaba vigente la importancia estratégica del ramal occidental del Eje BEC y de las no tan Afortunadas, que, otra vez, estuvieron dispuestas a defender su españolidad aún casi aisladas del resto de la Nación.
 
 
Tiempos modernos
 
          En las siguientes décadas el Capitán General de Canarias asumió también las Jefaturas de las Fuerzas de Tierra Mar y Aire desplegadas en el Archipiélago y, mientras fueron nuestras, en las provincias de Ifni y Sahara. 
 
          Por Decreto 1381/75, de 20 de junio, ante la situación en este último territorio, se creó el Mando Unificado de Canarias (MUNICAN), cuyo Jefe era el Capitán General, auxiliado por un Estado Mayor Conjunto (EMACON) independiente del de Capitanía, organización que seguiría vigente tras la retirada del Sahara. 
 
          Pero pronto iba a surgir un nuevo concepto estratégico: el del Eje BEC. Y podemos preguntarnos que ¿desde cuándo se empieza a hablar de ese Eje? o ¿cuándo nace ese concepto? Veamos unos datos para dar respuesta.
 
          En abril de 1978 se reunió en Santa Cruz de Tenerife, bajo la presidencia del Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Defensa, el general Gutiérrez Mellado, la Junta de Jefes de Estado Mayor, y en dicha reunión se estableció que “el centro de gravedad de nuestra estrategia es la zona del Estrecho de Gibraltar con sus accesos prolongados hacia las islas Baleares y las Canarias”.
 
          El 29 de octubre del año siguiente, y en la conferencia inaugural del Seminario Cívico Militar de Canarias (2), el señor Rodríguez Sahagún,  Ministro de Defensa, aseguraba que “Por otro lado, la situación geográfica de España, en la encrucijada Mediterráneo – Atlántico y África – Europa… y la importancia geoestratégica del eje Baleares – Estrecho –Canarias se puede decir que es privilegiada.” Y más adelante que “… (se debe) potenciar nuestra posición en la zona geoestratégica Baleares – Estrecho – Canarias, con capacidad suficiente para evitar cualquier agresión que amenace nuestra soberanía y, en su caso, con capacidad de reacción inmediata para hacer frente a la agresión”. Y semanas después, el 20 de diciembre, en una comparecencia ante el Senado, el mismo Ministro volvía a insistir en la importancia geoestratégica del Eje.
 
          Pocos años más tarde, en abril de 1982, otro Ministro de Defensa, don Alberto Oliart, destacaba que, entre otros efectos directos, una fuerza establecida sobre ese Eje (el BEC), “tiende a garantizar la integridad del territorio nacional” , además de “producir efectos directos muy beneficiosos para España, al asumir un papel estratégico de importancia mundial”.
 
          Quiero señalar que no todas las reacciones fueron de apoyo a esa definición de nuestro pensamiento estratégico, y se dudó de que nuestras capacidades permitieran que el control del Eje BEC fuese exclusivamente español (como se pedía en las primeras conversaciones con OTAN) sin apoyo de otras potencias.
 
          En 1985 el Plan Estratégico Conjunto, publicado a finales de julio, seguía insistiendo en la potenciación del flanco sur peninsular, para lo que era necesario el reforzamiento del eje Baleares - Península (que ahora sustituía a Estrecho) - Canarias. 
 
          Llega 1986, y como consecuencia del resultado del referéndum de aquel año, el gobierno decidió que España quedase fuera de la Estructura de Mandos de la OTAN, por lo que ya era imposible que se nos confiriera un Mando de importancia dentro de la Alianza. Y empezamos a negociar los Acuerdos de Coordinación, y aparecieron otros conceptos, como los de “amenaza compartida” (con nuestros aliados) y “amenaza no compartida” (la que afectase solo a España).
 
          Es en esos momentos cuando va a ver la luz una nueva normativa que afectará profundamente a la defensa de Canarias. En 1988 se recibieron instrucciones para reactivar aquel EMACON del MUNICAN, creado como vimos en 1975, y que más de una década después vivía una etapa de letargo. Así,  empezó a participar en reuniones de planeamiento con el EMACON de la Defensa que condujeron a la promulgación de una Orden Ministerial, (la 07/1989 de 3 de febrero) por la que se establecía la Estructura de Mandos Operativos (MOP,s) de las FAS, definiendo los Mandos en los que había de recaer la responsabilidad de la ejecución de los Planes Operativos que se derivasen del Plan Estratégico Conjunto.  Esos MOP,s principales fueron cuatro: uno por Ejército (MOT, MON y MOA) y el Mando Unificado de Canarias.
 
BEC - 6
 
Visita de S.M. el rey don Juan Carlos I a las instalaciones del EMACON / MUNICAN. 
 
         
          Participó entonces el MUNICAN en la confección de aquellos Acuerdos de Coordinación con la OTAN que afectaban a Canarias (cinco de los seis Acuerdos), la redacción del Sistema de Alertas de la Defensa, en su ámbito de responsabilidad, y el establecimiento del Sistema Conjunto de Telecomunicaciones Militares en el Archipiélago, entre otros cometidos. Como vemos, se consideraba a Canarias como un Teatro de Operaciones independiente, aunque el MUNICAN participase en la redacción de los Acuerdos de Control del Estrecho y sus accesos y Operaciones aéreas en el Atlántico Oriental, en clara relación con el ramal occidental del Eje BEC, y en cuya ejecución habrían de tomar parte las Unidades “canarias”.
 
          Luego, nuestra incorporación a la Estructura Militar de la OTAN y la desaparición de la amenaza soviética fueron las causas fundamentales para que, por RD 1384/1995, de 04 de agosto, se suprimiese el MUNICAN, al que seguirían meses después los otros 3 MOP,s.
 
          ¿Y qué pasaba con el famoso Eje? En el Libro Blanco de la Defensa de 1990 (pág. 69) se habla de “la importancia del Estrecho y sus accesos”, pensamiento no muy alejado de lo que se contemplaba en tres de los Acuerdos de Coordinación con OTAN, pero ya sin citar el Eje.
 
          A partir de 1992 el principal objetivo estratégico es la integridad del territorio nacional y el Eje deja de aparecer en los sucesivas Directivas de Defensa Nacional y los correspondientes Planes Estratégicos. Claro ejemplo de esa “desaparición” es que, el 18 de diciembre de 2002, en un debate en el Congreso de los Diputados sobre la Revisión Estratégica de la Defensa, el diputado canario don Luis Mardones preguntó al Ministro de Defensa, don Federico Trillo-Figueroa, sobre el Eje y recibió como respuesta que “había sido formulado… hace ya muchos años”  y, en definitiva, que había perdido su vigencia como objetivo estratégico fundamental.
 
          Pasaron los años, y con ellos diversas normativas relacionadas con la Defensa, hasta llegar a la Directiva de Defensa Nacional de 2020 en la que se recoge que “Independientemente de la contribución de España al esfuerzo de la Comunidad Internacional, el MINIDSDEF llevará a cabo el planeamiento operativo y de capacidades necesario para acometer cualquier posible desafío o amenaza no compartida”.
 
          En total correspondencia con lo anterior, pero un año antes, había visto la luz  el Documento Conceptual Organización Orientada a la Misión, en el que el EME esbozaba las líneas maestras que conducirían a la Orden DEF/708/2020, por la que se desarrollaba la Organización básica del Ejército de Tierra, y a la Instrucción del JEME 14/2021 de 8 de marzo, por la que se integran en el Mando de Canarias las Comandancias Generales de Baleares, Ceuta y Melilla. Y ésta es la situación actual.
 
BEC - 7
 
¿Recobra vigencia el concepto estratégico del Eje Baleares – Estrecho – Canarias?
 
         
           Podría pensarse si se está volviendo al antiguo concepto de control del Eje BEC, al encontrar de nuevo integrados en un solo conjunto los tres enclaves estratégicos que lo definían. Pero no es así. 
 
          Ahora, el cometido principal de las Unidades que se agrupan a las órdenes del TG. Jefe del Mando de Canarias es “la constitución de forma rápida y eficaz, de estructuras operativas terrestres para la realización de operaciones militares”; en otras palabras, estar preparadas para hacer creíble algo tan fundamental como la disuasión; mientras que en los pasados años 80 se trataba de controlar el amplio espacio geoestratégico que dibujaba el Eje.
 
          Sin lugar a dudas, repito, el objetivo de la nueva organización, en lo que afecta al Mando de Canarias, es la disuasión. No se descubre ningún secreto de Estado al reseñar que nuestra frontera Sur ofrece riesgos, muchos de ellos “no compartidos”, que no se pueden desdeñar: las apetencias no disimuladas de Marruecos sobre el Sahara Occidental, y las no muy disimuladas sobre Ceuta y Melilla; la carrera armamentística y las diferencias políticas entre Marruecos y Argelia; la posible extensión del yihadismo en el Magreb; los enormes problemas derivados de la inmigración ilegal; el tráfico de drogas; el control del Estrecho; la lejanía de Canarias; la importancia de los “enganches” en suelo peninsular de los gasoductos africanos; y muy recientemente el descubrimiento de enormes yacimientos de “metales raros”, de incalculable valor,  en el suelo marino al Oeste de Canarias -que va a llevar en breve plazo a durísimos enfrentamientos diplomáticos para dilucidar a qué país pertenecen esos fondos-, etc.
 
          Todo ese conjunto de problemas, que afectan muy directamente a la seguridad nacional, o alguno de ellos, podrían conducir a que el riesgo se convirtiese en amenaza. Y la forma de neutralizarla es precisamente la disuasión que representan las Unidades de los tres enclaves: los Archipiélagos y las ciudades de Ceuta y Melilla.
 
          En resumen, y en mi opinión, no se ha resucitado la vieja estrategia de control del Eje, pese a la importancia individualizada que siguen teniendo sus tres “enganches”. La nueva Organización, Orientada a la Misión fundamental de preservar la integridad territorial y de proteger los intereses nacionales de España, es, a la vez que un elemento disuasorio de gran importancia ante cualquier intento contra ellos, una garantía de estabilidad en la frontera sudoccidental de Europa con África. 
 
 
- - - - - - - - -  
NOTAS:
 
1- Efectivamente, así se planeaba por unos y otros. Los alemanes pensaban ocupar una isla para apoyar sus acciones en la toma de Gibraltar y las operaciones de sus submarinos. Los británicos concibieron hasta 4 planes (Puma, Pilgrim, Tonic y Adroit), En el segundo de ellos, el total de efectivos previstos para la toma de Gran Canaria y luego Tenerife, se acercaba a los 30.000 hombres.
 
2.- RODRÍGUEZ SAHAGÚN, A. “La Defensa Nacional, problemas de coordinación”. Ver Seminario Cívico Militar de Canarias. Ciclo V. Conferencias (1979-1984), pp. 18-19. Servicio Geográfico del Ejército. Madrid. 1986
 
 
BIBLIOGRAFÍA
 
- FERNÁNDEZ DE LA CARRERA, I. “El eje estratégico Baleares – Estrecho de Gibraltar – Canarias” en A-30. Política de defensa, 2019.
 
- DÍAZ BENÍTEZ, J. J. Canarias y la II Guerra Mundial. La indefensión del Archipiélago frente a los proyectos de ocupación aliados. TESIS DOCTORAL. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2005.
.
- PÉREZ RAMÍREZ, E. “Sobre la vigencia del Eje Baleares-Estrecho-Canarias” en Cuadernos de Pensamiento Naval, núm. 27, 2019.
 
- ROMERO BARTUMEUS, l. “La relevancia del Estrecho en el planeamiento estratégico español” en Revista del Real Instituto Elcano, 181/2004.
 
- RUMEU DE ARMAS, A. Canarias y el Atlántico. Piraterías y ataques navales. 2ª edición. Gobierno de Canarias y Cabildos Insulares de Gran Canaria y Tenerife, 1991.
 
- - - - - - - - - - - - - - - - -