"Las flores del Teide narran", de Amalia Jorge Frías y otras autoras

 
Por Antonio Salgado Pérez  (Publicado en El Día el 3 de diciembre de 2015).
 
 
 
          Resulta encomiable la labor de estas dieciséis señoras que han convertido en texto y en realidad sus respectivos deseos de redactar historias. Como apunta Isabel Expósito Morales, en un prólogo hilvanado con tanto afecto como magisterio, “todas tenemos algo que narrar; todas guardamos en la memoria historias que merecen ser llevadas al papel para rescatarlas del olvido; para dejar testimonio personal o familiar de temas que, aunque particulares e íntimos, son reflejos del tiempo en que sucedieron y que, a la postre, interesan a todos”.
 
          La Asociación Flores del Teide es un grupo singular de féminas a las que la aludida Isabel Expósito conoció a través de su presidenta, Amalia Jorge Frías. Amalia anhelaba abrir, dada su innata inquietud cultural, un cumulo de posibilidades dentro de la oferta de cursos que se ofrecían en el citado centro, incluyendo un Taller de Lectura Dirigida y Narrativa. 
 
          Con persuasión, con apego y viendo caer, lentamente, las hojas del calendario, surgió el titulo de un libro, Las flores del Teide narran, una selección de microrrelatos donde, por ejemplo, y a través de casi trescientas cincuenta páginas brotan, para solazarnos, la ternura de Teresa Darias; la agudeza de Carmen Garcés y de Teresa Jiménez; y Antidina Fernández nos brinda un manojo de alegorías.
 
          En taller tan singular y avanzado había que darle cabida a los sueños y de eso se encargó Candelaria Díaz; y lo delirante y figurado lo plasmó Milagros Díaz. Candelaria Bacallado se detuvo en determinadas evoluciones.
 
          En este ameno e interesante libro “de mesa de noche” que, en cualquier nocturnidad -y en cualquier otro momento- podemos hojear, nos deleitamos con la imaginación de Mary Rancel, experta en vocablos desconocidos; con el equívoco de Edelmira Linares; y no nos olvidamos de la creatividad que prodiga Natividad Morín ni del trabajo de indagación en la literatura de Dolores Fernández; ni de la fibra poética de Carmen Margarita. 
 
          La autora del prólogo, con exquisita sinopsis, que compartimos en su totalidad, facilita al lector las peculiaridades más destacadas de estas entusiastas escritoras que un día, siguiendo las recomendables pautas de conocimientos y cultura encontraron por separado, y para desarrollarse, sus propios horizontes. Y surgen las crónicas familiares de Lucía Hernández; la enriquecedora quimera de Elda Díaz y las divertidas descripciones de Luisa Delgado y, por supuesto, la prosa evocadora, sencilla y nostálgica de Amalia Jorge Frías, firme atalaya de este bastión, que descubierto por la acertada intuición de Isabel, ésta comprobó que una memoria ejercitada es una guía más valiosa que el genio y la sensibilidad; y que esta misma memoria, que ella avivó en esta asociación, es el único paraíso del que pueden expulsarnos.
 
          Las flores del Teide narran en una heterogénea antología de pequeños relatos; es un libro con una bella y familiar portada, que contiene numerosas y atinadas ilustraciones; retrospectivas imágenes de rincones isleños, así como una galería fotográfica de cada una de estas dieciséis narradoras que, desde el principio, han gozado el generoso mecenazgo del Cabildo de Tenerife y que, a la vez, tal corporación se ha adornado, en las Bodas de Plata del Proyecto Ansina, con esta pionera iniciativa cultural, que otorga un especial barniz a esta distinguida asociación.  
 
 
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