Cromos británicos (3) Coros
Por Antonio Salgado Pérez (Publicado en El Día el mes de agosto de 1997)
COROS
La población de Londres pertenece, en su mayor parte, a la iglesia anglicana, dependiente de la Corona y el Parlamento. Se ha conservado la escala jerárquica de la iglesia católica. Y católica es la iglesia de St. Peter’s, de Hatfield, ciudad periférica de la metrópolis donde, una vez más, hemos comprobado esa especie de purificación que otorga el canto durante la misa, sones que nos introdujeron en un túnel del tiempo que nos trasladó a nuestra infancia, el coro de las Escuelas Pías del Quisisana, donde el maestro Borguñó, de magistral diapasón, intentaba, y claro que lo conseguía, unificar nuestras entonaciones, donde Pepito Martínez era el solista que nos enorgullecía.
Ahora el “Father Kevin”, alto, erguido y de voz vibrante y convincente, embutido en su casulla y luciendo su estola, estrechaba, aquí y allá, en todos los ángulos de su austero recinto de ladrillos horizontes, la mano de la paz, tras haber impartido la oblea de la comunión a madres con bebes en sus brazos y a una comunidad ferviente y creyente, sin aspavientos ni botafumeiros.
Esta costumbre de cantar, con tanto énfasis como ahínco, es nota tradicional en Gran Bretaña, que fomenta esta musical costumbre todos los domingos, a las seis de la tarde, a través de la televisión, de la BBC 1, donde Pam Rhodes, en su habitual espacio de Songs of Praise, desde una determinada iglesia, nos presenta, en una impecable realización de imagen y sonido, ese canto clerical, profundo y emotivo, donde dos palabras, God y Love, son constantes en las letras de dichas composiciones. Aquellos coros, insistimos, nos trasladaron, inevitablemente, a los que antaño preparó con tanto cariño como entusiasmo el maestro Borguñó, que purificó no solo oídos sino almas, para luego pagarle con nuestro cruel olvido, que podría paliarse, por ejemplo, rotulando una calle santacrucera a su nombre.
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