Prospección arqueológica del fondeadero del barranco de San Andrés
Por Alfredo Mederos Martín y Gabriel Escribano Cobo (Publicado en 2019 en htpp://www.academia.edu y htpp://www.facebook.com/jardod)
Maqueta de la bombarda Terror (Museo Regional Militar de Canarias, Almeyda, Santa Cruz de Tenerife)
El hundimiento de la bombarda Terror en la bahía de San Andrés en 1797 durante el ataque naval de Nelson
La bombarda Rayo, perteneciente a la flota defensiva española de Cádiz al mando del general Mazarredo, fue capturada por los ingleses durante el asedio naval a la ciudad el 5 de julio de 1797 (Rumeu, 1947/1991/3: 785 n. 13; Tolosa, 1797/1997: 217) por parte del almirante Jervis, siendo incor¬porada a la flota de Nelson. Fue rebautizada como Terror por los ingleses (Miller, 1797/2008: 132), aunque las fuentes francesas la denominan Katch (Clerget, 1797/1997: 358), hasta que se trasladó con la flota de Nelson a la isla de Tenerife para bombardear sus fortificaciones.
El entonces recién nombrado contralmirante Nelson, desde el 20 de febrero de 1797, se incorporó al asedio de Cádiz el 24 de mayo, y allí se le encargó de una escuadra de unos 10 navíos, encabezadas por el Theseus, con parte de la cual decidió realizar un ataque contra Tenerife donde pensaba estaba fondeada la fragata Príncipe de Asturias, realmente San José, de la Compañía de Filipinas, la cual se creía que transportaba un cargamento valorado en 6 o 7 millones de libras esterlinas. Partió hacia las islas el 14 de julio, cuya flotilla incluía «la cañonera a remolque» (Nelson, 1797/1997: 328), divisando Santa Cruz el 21 de julio a las 6 de la mañana (Nelson, 1797/1997: 329).
Uniforme de Nelson (National Maritime Museum, Greenwich, Inglaterra)
Dentro de los preparativos para la defensa de la ciudad, el general Antonio Gutiérrez mandó el 22 de julio al castillo de San Andrés al «Teniente de Milicias de Artillería Don Josef Feo con cuatro Pedreros y los Artilleros necesarios» (Guinther, 1797/1997: 102). Esa mañana del 22 de julio, tres fragatas, Seahorse, Esmerald y Terpsichore, acompañadas por la bombarda, fondearon entre Bufadero y el valle de San Andrés (Guinther, 1797/1997: 102).
Por los datos que sabemos, el 25 de julio, ya decidida la capitulación de los atacantes británicos, varias embarcaciones que se encontraban fondeadas entre las fortalezas de Paso Alto y San Andrés se desplazaron por la corriente al alcance de la artillería del castillo de San Andrés, ordenando su comandante, José Feo, que desconocía que se había producido el final de las hostilidades, abrir fuego contra los barcos, con dos cañones de a 24, destruyendo parte de la arboladura del Theseus, la nave capitana de Nelson, e impactando un cañonazo en la proa de la bombarda «que se cree fue lastimada porque a el instante la evacuaron y abrigaron al Costado de la Almiranta» (Relación Guimarense, 1797/2008: 50). Durante el combate, la bombarda disparó «solo 10 ó 12 Bombas» (Relación Guimarense, 1797/2008: 50; Tolosa, 1797/1997: 230), mientras que los navíos británicos dispararon más de 50 tiros de cañón de calibre 32 (Tolosa, 1797/1997: 230 n. 39).
La mejor descripción es la recogida por el teniente coronel del batallón de Infantería de Canarias, y entonces comandante en funciones, Juan Guinther (1797/1997: 115):
“A las seis de la mañana del 25 de Julio se levó la Escuadra Enemiga que dista¬ba de esta Plaza fondeada legua y media, obligándoles la calma a aproximarse a la Batería de San Andrés a distancia de tiro de Cañón del calibre de a doce, a pesar del esfuerzo que hacían con los botes de remolque para desatracarse, con cuyo motivo rompió el fuego el citado Castillo al Teseus Comandante de la Expedición, quien se vio precisado a defenderse mientras se incorporó un Navío, dos Fragatas y la Bombardera, que formados en Línea correspondieron al fuego del Castillo por espacio de dos horas, con estrago del nombrado Teseus y una Fragata, habiendo evacuado después la citada Bombardera con un cañonazo por la proa, por lo cual fue preciso al momento cortar el remolque tres botes del Teseus para llevarla al costado de éste, como efectivamente se verificó infiriendo se fue a pique en cinco minutos por no haberse vuelto a ver desde el momento que se unió al Navío; las bombas fueron doce, y los cañonazos ciento; una bala dio en el centro de la Altura del Castillo y no hizo estrago, y una bomba junto a la Escalera. Mandó este Castillo el Gobernador del Risco de Canaria D. Bartolomé Miranda, y la Batería con cuatro cañones el Teniente de Milicias D. Josef Feo, con mucho espíritu y serenidad, en cuya Batería reventó un Cañón de hierro y mató un Artillero”.
Datos adicionales ofrece la relación de Monteverde (1798/1997: 188):
“Don Josef Feo les hizo fuego desde aquel Fuerte con puntería tan certera, que casi empleó todos sus tiros en ambos buques, destrozándole al Teseo una vela y un cable. Ellos les correspondieron con algunas andanadas de sus cañones, y aun hicieron apostar la obusera que arrojó hasta diez bombas sin efecto; pero habiendo esta quedado maltratada, con pérdida de un muerto, y un herido, o la echaron a pique, o la izaron prontamente a bordo del navío, lo que implica que el cañonazo que dio de lleno en la proa de la bombarda causó dos bajas, un muerto y un herido”.
En el castillo de San Andrés, como señala Cólogan (1797/1997: 90 n. 10), «no había más que dos cañones sensibles de los que pronto uno se inutilizó, y el otro, después de haber disparado unos 20 tiros, se reventó, mató a un artillero e hirió a otros […]. Si este Castillo hubiera estado provisto de sus cañones competentes, les hubiera salido caro el paso de algunos de aquellos navíos», subrayando el hecho de sólo había disponibles dos cañones de los ocho obligatorios, presentes sólo nueve años antes (Lanuza, 1955: 55), en 1788. No obstante, Guinther (1797/1997: 115) indica claramente que había cuatro cañones en servicio (tablas 2-3).
El soldado muerto era un «Artillero Miliciano de la 2.ª Compañía de esta plaza, a quien mató un cañón de 24, que se reventó con el mucho fuego que con él se hizo» (Tolosa, 1797/1997: 230 n. 40), concretamente Vicente Talavera, como señala su acta de defunción de 26 de julio de 1797: «No pudo confesarse más que por señas […] falleció la noche del día del combate y por el mal olor que salía del cadáver se le dio sepultura antes de las 24 horas acostumbradas […] su estado era el de casado, con su mujer [Ángela] viva en su tierra [Gran Canaria], de las que […] se había sepa¬rado y vivido en Santa Cruz», siendo enterrado en la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol (Cardell, 2001; Ontoria, Cola y García Pulido, 2008: 202-203).
Los datos contemporáneos indican que «la lancha bombardera fue enteramente desbarata su proa por una bala de a 24 que le disparó la batería del Valle de San Andrés» (de las Cagigas, 1797/1997: 71), quedando «una cañonera destrozada» (Aguilar, 1797/1997: 61) por «un cañonazo inmediato a la proa de la Bombarda» (Tolosa, 1797/1997: 229). Aunque fue remolcada por «tres botes del Teseus para llevarla al costado de éste […] se fue a pique en cinco minutos por no haberse Vuelto a ver desde el momento que se unió al Navío» (Guinther, 1797/1997: 115).
Plano de la Bombarda Terror
Conclusiones
Para defender la aproximación por barco a Santa Cruz se construyó primero una torre circular en la desembocadura del barranco en 1706, siendo parcialmente destruida por una gran avenida del barranco, y se reconstruyó en 1769. Participó activamente en la defensa contra la flota de Nelson en julio de 1797, hundiendo a la bombarda Terror de la flota inglesa durante los combates el 25 de julio. Fue desartillada en 1878 y de nuevo parcialmente destruida por una avenida del barranco en 1894.
El pecio de la bombarda Terror puede encontrarse perfectamente frente al actual puerto pesquero o a las afueras de la actual playa de Las Teresitas, una ubicación más adecuada para su hundimiento.
Tarjeta postal de San Andrés (ca.1905)
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