El borrador del Facebook. (IV). Anecdotario

 
Por Carlos Hernández Bento  (Publicado en el mejicano Diario de Colima el 3 de diciembre de 2017)
 
 
          Una vez en La Gomera conocí el caso de un profesor de Filosofía tan chiflado, que pedía una botella de agua y diez cafés consecutivos. Luego iba combinando los cafés con el agua.
 
          Me es imposible determinar si había caído en la locura por hacer estas barbaridades o si, por el contrario, hacía estas barbaridades porque un exceso de reflexión filosófica lo había llevado a la locura.
 
MORALEJA: Cometer excesos con el café y/o el pensamiento filosófico, sobre todo el existencial, puede dañar gravemente tu equilibrio mental... Vive la vida sin vicios. (Es una recomendación de la Organización Mundial de la Salud).
 
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          Érase una vez dos amigos, "Advertidor" y "Advertido". Un mal día, por cosas de la vida, falleció Advertido. Advertidor tenía por costumbre llevar flores al cementerio para sus difuntos y cada vez que pasaba por la tumba de su querido amigo le tocaba en la losa con los nudillos y con un recado nuevo: "Tus hijos se están fumando todos los ahorritos que con tanto sudor les dejaste en herencia"... "La niña se acaba de ir de gira otra vez por toda Europa"... "El chico ya está pensando en comprarse otro cochazo".
 
MORALEJA: Pon cuidado en el tabaco que lías hoy con tanto trabajo... ¡Tus hijos podrían fumárselo mañana!
 
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          Un padre decía muy preocupado a su único hijo: "¿Quién cuidará de la finca cuando yo muera?". A lo que éste, entre la extrañeza y el desdén, le respondió: "El que la compre, padre... El que la compre".
 
MORALEJA: Viene a ser parecida a la de la anterior anécdota... pero, sin liar tabaco. 
 
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