Pregón de las Fiestas (Puerto y puerta - 150)

 
Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 27 de abril de 2014).
 
 
           El pasado miércoles, día 23, en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, se inauguraba el programa de las tradicionales Fiestas de Mayo con la lectura del Pregón, que este año estuvo a cargo del arquitecto Juan Julio Fernández Rodríguez, que lo hizo con el tema “Santa Cruz, espacio y tiempo”.
 
           Abundando en las palabras de presentación que sobre la destacada, polifacética, personalidad del pregonero hizo el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez Esparza, refiero algunas otras expresadas por el que fuera director de este DIARIO, Leopoldo Fernández Cabeza de Vaca, en el preámbulo del libro El tiempo atrapado (2003), del que es autor Juan Julio Fernández. Soslayando su activa participación en la política en el tiempo de la transición a la democracia, afirmada en la Constitución de 1978, dice Leopoldo que el arquitecto Juan Julio Fernández “a la vista de las circunstancias del momento -desintegración de la Unión de Centro Democrático (UCD), tras el fracaso de los comicios de 1982-, él mismo decidió que su servicio desde la política concluyera. Ha preferido peregrinar, en inseparable empeño junto a su tarea profesional, allí donde la cultura en libertad genera su propia y específica sustancia”.
 
          Tal determinación se verifica en los apuntes biográficos suscritos por José Luis Zurita Andión en el citado libro El tiempo atrapado: “… aparcar la política en beneficio de la familia, los amigos, el estudio, los artículos de Diario de Avisos, los viajes, los paseos por la playa de Las Teresitas… y, naturalmente, la poesía y la música”. Y también, añado ahora, ostentar la presidencia de la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer de Santa Cruz de Tenerife.
 
          El espacio y el tiempo fue el tema escogido para su didáctica intervención. Lo fue porque recorre sucintamente el devenir histórico de la ciudad desde sus orígenes, comentando la progresiva ordenación urbana del territorio, con sus aciertos y defectos, en el transcurso de los años. Algunas de sus palabras se adornan con ilustradas citas y escogidos versos.
 
         De cierta forma, puede ensamblarse este acto con otras señaladas pretéritas intervenciones. Decía Cioranescu, pregonero en 1986, que las fiestas de mayo tienen una profunda significación histórica. Tal como lo había percibido Alfonso García-Ramos en uno de sus Picos de Águila: “Estas fiestas debieran servirnos para una meditación necesaria, para ponernos más cerca del talante y de la historia de nuestra capital… El pendón ganado a pulso, trabajo bajo trabajo, batalla de armas, de libros, de amores y de malquerencias”.
 
          El programa de la Fiestas se ilustra con una antigua estampa del puerto con su emblemática farola, que cumple en este año su 150 aniversario. ¡Felices fiestas!
 
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