In memóriam (Puerto y puerta - 140)

 
Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 16 de febrero de 2014).
 
 
 
           El presidente, miembros de la Corporación y empleados del Cabildo Insular de Tenerife,  en una formalista esquela periodística rogaban la asistencia a una misa en sufragio de los fallecidos hijos predilectos, hijos Adoptivos, hijos ilustres y medallas de oro de la Isla de Tenerife. Se celebró el pasado día 12  en la parroquia de San Francisco de esta capital. 
 
          No obedecía a ninguna fecha señalada. Se acordó, según me dicen, por la voluntad de significar, institucionalizar, el recuerdo a las personas que fueron premiadas por el Cabildo, acordes con las reglamentadas distinciones honoríficas, por la “prestación de servicios relevantes, trabajos o actos destacados que redunden en beneficio de la isla de Tenerife”. 
 
           Entre tantos nombres que integran la excelsa nómina de manifiestos merecimientos, en este limitado espacio caben algunas citas que estimo cercanas en el conocimiento y en el trato.
 
          Alfonso García-Ramos (1930-1980), que fue director del periódico La Tarde desde 1974, ello no fue óbice para ser consejero del Cabildo tinerfeño en la primera Corporación de la etapa democrática, en 1979, presidida por José Miguel Galván Bello. Justo en el año de su fallecimiento, por acuerdo plenario del Cabildo, de 17 de marzo de 1980, fue nombrado, a título póstumo, Hijo Predilecto de Tenerife y concederle la Medalla de Oro de la Isla.
 
          Por estar en la página en donde estamos, en el libro Pico de Águilas, de Alfonso García-Ramos, escribe Eliseo Izquierdo en la Introducción -trata sobre los artículos que selecciona- que “entre los temas siempre en el candelero de sus preocupaciones máximas estaba el del puerto de Santa Cruz de Tenerife. Conocía a fondo  la historia de su crecimiento y los obstáculos que se han ido interponiendo en su desarrollo. Se opuso con firmeza, en todo momento, a cualquier proyecto que careciera de la suficiente proyección de futuro, y luchó en favor de la compenetración plena de la ciudad y el puerto, pues Santa Cruz, decía Alfonso, es lo que es por su puerto, fue lo que fue por su puerto, y será lo que sea, por su puerto”.
 
          La lista de personas e instituciones distinguidas por el Cabildo tinerfeño, todas significativas, constituyen un variado catálogo de razones. Mereciendo un tratamiento exhaustivo, la ocasión  impone aplicar la personal subjetiva proximidad que aúna, según sea, lo coetáneo, la amistad, el afecto y la admiración.
 
           En el recuerdo, Alfonso García-Ramos, Juan Amigó de Lara, Pedro García Cabrera, Domingo Pérez Minik, Eduardo Westerdahl, Leopoldo de la Rosa Olivera, Antonio Rumeu de Armas, Luis Diego Cuscoy, Antonio González González, Marcos Guimerá Peraza, José Miguel Galván Bello, Rafael Clavijo García, Juan Ravina Méndez, Adán Martín Menis, César Fernández Trujillo y  Ricardo Tavio Peña. Descansen en paz.
 
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