La fundación de Santa Cruz y el Aniversario del Municipio

 

Por Luis Cola Benítez   (Publicado en la prensa local)


          Celebramos este año los doscientos de la concesión a Santa Cruz del título de Villa exenta. Ello quiere decir -y es lamentable tener que recurrir a tal perogrullada-, que cuando se produjo dicho hecho en 1803, Santa Cruz ya existía, pero a la vista de lo que se ha publicado recientemente, todavía hay quien no entiende algo tan evidente; es decir, que el cumpleaños es una cosa y el aniversario de la concesión de su título es otra distinta. O lo que es lo mismo: Santa Cruz nació al ser fundada en 1494 y recibió el título de Villa en 1803. ¿Por qué se dice que fue fundada en 1494? Sencillamente, porque en dicho año nació y fue bautizada con su nombre propio.

          Hay quien sostiene, empeñándose en una peculiar interpretación de la historia, que esto último no es cierto puesto que en el solar de Añazo ya existía un núcleo de población aborigen, por lo que la auténtica fecha fundacional sería la del primer asentamiento de aquellos primigenios pobladores. Sólo un concepto alienado de los hechos y contrario a lo admitido en cualquier parte del planeta, puede asimilar la existencia de aquel grupo disperso de viviendas o cuevas aborígenes con lo que desde sus inicios fue el lugar y puerto de Santa Cruz de Añazo. Un ejemplo: En Nueva York -antes de serlo- ya vivían en lo que era su territorio los indios manhatanis (“los que viven en una isla”) del Delaware, pero fue fundada por los holandeses que allí se establecieron en las primeras décadas del siglo XVII. A nadie en su sano juicio se le ocurre decir que Nueva York fue fundada por los indios de la isla de Manhattan, ni que lo que en aquel lugar se formó a partir de entonces tiene algo que ver con lo que anteriormente allí había. Salvando las distancias, por supuesto, lo mismo ocurre con Santa Cruz.

          Por otra parte, resulta absurdo pensar que la fecha de concesión del título de Villa y, como consecuencia, la constitución de su primer ayuntamiento exento, se corresponde con la de la fundación de una población que ya existía desde tres siglos antes. Es cierto que Santa Cruz fue declarada villa exenta en 1803, pero destacar que hasta ese momento “no era sino un lugar con pequeña población”, es interpretar torcidamente las palabras del gran ciudadano que fue Martínez Viera, puesto que en 1803 el hasta entonces lugar de Santa Cruz ya igualaba, con aproximadamente 8.000 habitantes, a La Laguna. También es tradición errónea y bastante generalizada el considerar a sus vecinos, sobre todo en los primeros tiempos, dedicados mayoritariamente a la pesca. Naturalmente que, como en todo puerto de mar, había pescadores, pero en absoluto eran mayoría. Según las primeras tazmías y censos, la población de Santa Cruz, y es curioso constatarlo, estaba formada fundamentalmente por agricultores, pastores, pequeños comerciantes, artesanos, algunos funcionarios y soldados y, naturalmente, gentes de la mar, incluidos los pescadores.

          También se ha dicho que la fiesta del 3 de mayo “no significa nada. Yo supongo y admito que para algunos pueda ser así, por lo que, respetando las creencias e ideologías religiosas, no voy a entrar en este aspecto de la cuestión. Ahora bien, históricamente, la conmemoración de la Invención de la Santa Cruz se ha celebrado desde siempre en nuestro pueblo. La primera referencia documental se remonta a 1513, cuando al nombrar el Cabildo de la Isla unos nuevos funcionarios para el puerto, se ordena que deben incorporarse a su puesto desde “el día de Santa Cruz de mayo, debiendo trasladarse “a la villa de Santa Cruz... donde se celebra la fiesta”. Según Cioranescu, era “la fiesta del pueblo”. Más tarde se le hizo una capilla a la Cruz de la Fundación y allí comenzó a celebrarse su fiesta, al menos desde 1745, aunque, evidentemente, no había procesión ni traslado de la bandera, insignia o pendón de la ciudad, puesto que se carecía de ella en aquella fecha. Pero la primera vez que se hizo fiesta oficial no fue en 1892, como también se ha dicho. En 1798 ya se celebró oficialmente la Fiesta de la Cruz, siendo alcalde real Gaspar de Fuentes, que adelantó los 784 reales que costó, incluyendo 40 reales por la pintura de su basamento. A partir de entonces ya se celebró esta festividad, en colaboración con el vecindario, con la excepción de algunos contados años en que no pudo hacerse por razones extraordinarias de diverso signo. Lo que sí se hizo en 1892 fue el relicario para la Cruz, que, por cierto, no es de plata sino de níquel.

          En cuanto a la presencia del Pendón o bandera de la primero Villa y después Ciudad, figuró ya en 1803 en la toma de posesión del primer Ayuntamiento de la Villa, como lo acreditan las cuentas de los gastos ocasionados con tal motivo. Por tanto, su historia cumple ahora dos siglos de vida.

          Naturalmente que, entre los actos programados para su conmemoración en el presente año, es imprescindible que se incluya la “salida de la bandera de la ciudad”, que es de desear se haga con todos los honores y el lucido acompañamiento que se merece, y no como se viene haciendo de unos años a esta parte, ocultando al pueblo su traslado a la iglesia de la Concepción como si nos diera reparos exponer la insignia de nuestra ciudad, pasando por alto los gloriosos hechos que fueron su origen y la razón de ser de la capitalidad de Santa Cruz de Tenerife.