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SANTA CRUZ DE TENERIFE. Templos. Ermita de San Telmo

Autor: José Manuel Ledesma Alonso
Publicado en El Día el 24 de agosto de 2025

           

           La ermita de San Telmo fue construida a mediados del s. XVI a expensas de la cofradía de pescadores del barrio del Cabo, pues era costumbre entregarle la limosna al Santo cada 15 de abril, día de su festividad litúrgica, al tener derecho a una soldada (jornal) como si de un marinero se tratara. La veneración que el gremio de mareantes y todos los vecinos del barrio del Cabo sentían por San Telmo daría lugar a que, desde 1576, su fiesta fuera una de las de mayor arraigo y devoción popular de Santa Cruz.

          La Ermita, construida con muros de mampostería, cubierta de teja a dos aguas, y con el presbiterio a cuatro aguas, tiene su fachada principal rematada por un frontón triangular con una cruz y una pequeña torre con espadaña para doble campana. Su puerta de entrada está formada por un arco toscano de medio punto.

          Al restaurarla, en 1838, se le pondría piedra de cantería en sus cuatro esquinas, quedando su fachada formada por una puerta con arco toscano, ventanas de medio punto, techumbre de madera y tejas, y piso de losas chasneras. También se le adosaría el habitáculo dedicado a la sacristía.

         Curiosamente, en la última rehabilitación realizada en 1997, al eliminar el enfoscado de la fachada del poniente, se descubrió la puerta principal de la ermita que había sido utilizada hasta el siglo XIX, y que fue eliminada al construir la plaza en la parte delantera; la citada puerta estaba configurada por un arco de sillares de toba roja.

           La vieja espadaña, que en 1893 había sido sustituida por una torre de 19 m de altura, diseñada por el arquitecto Antonio Pintor, sería demolida en 1918, al amenazar ruina por los daños sufridos por un temporal. Como el párroco no disponía de fondos para repararla, el Ayuntamiento pidió ayuda al Cuerpo de Ingenieros para que llevara a cabo la demolición con explosivos, dando lugar a la primera voladura controlada que se hacía en Santa Cruz, el día 18 de marzo a las 8:50 horas.

          Ante la expectación general, las casas cercanas fueron desalojadas para que el personal militar colocara las cargas y procediera a su activación. Aunque la terrible explosión resonó en todo el barrio del Cabo, la torre quedaría intacta, por lo que hubo que derribarla a golpe de pico y mandarria; sin embargo, las casas colindantes sufrirían roturas de cristales y tejas, los cuales fueron sufragados por el erario municipal.

          Al desaparecer la torre, el espacio ganado se utilizaría para ensanchar la calle de Las Cruces, que conducía al cuartel de San Carlos, al Matadero y a los Llanos de Regla.
La plaza de la Ermita sería eliminada en 1966, al prolongar la calle Bravo Murillo hasta la calle del Humo, junto al cuartel de San Carlos.

          La Ermita fue cerrada en 1975, pero sus antiguos vecinos lograron que fuera restaurada por los técnicos municipales en 1999 y que de nuevo fuera abierta al culto.
Interior del Templo.

           El presbiterio, enmarcado por un arco toral de medio punto de tova volcánica roja, que contiene la capilla con su retablo del s. XVIII, tiene en su hornacina central a Ntra. Sra. del Buen Viaje, imagen de vestir, de 1618, que porta un barco en su mano derecha y el Niño Jesús en la izquierda, en el lado del Evangelio se encuentra San Telmo, imagen de candelero ataviado con el hábito de la orden dominica que porta una vela en la mano izquierda y un barco en la diestra. En el lado de la Epístola, está San Francisco Javier. En el ático del presbiterio figuran los lienzos de la Virgen de Montserrat, la Tempestad y Navegación Feliz.

         También en el presbiterio se expone el Cristo de las Llagas, de autor ecuatoriano, donado por doña Carmela Bonnet, en 2004.

         En las paredes laterales de la nave existen pequeñas capillas, con esculturas de San Sebastián, San José, San Pedro de las Marinas y el Hermano Pedro; óleos de la Virgen del Rosario, del Cristo de Tacoronte y de la Purísima, obra del s. XVII atribuida a Juan de Miranda.

         Los techos están realizados con artesonado mudéjar, con lacerías de par y nudillo, destacando la solución ochavada a cuatro paños del presbiterio. Encima de las cinco vigas colocadas horizontalmente en el techo, para contrarrestar los empujes opuestos de las paredes (tirantes), existen diversas maquetas de barcos que representas exvotos de marineros en cumplimiento de alguna promesa.

Referencias históricas

         En esta Ermita se custodió la Cruz de la Fundación (1494) hasta que, en 1892, el Ayuntamiento la trasladaría a la Parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción, donde se venera actualmente.

         Fue utilizada como lugar de enterramiento en la epidemia de fiebre amarilla de 1856; en ella se instaló una cocina económica para los afectados por la epidemia de cólera de 1893; y fue el lugar donde se vacunaron los vecinos durante la epidemia de viruela de 1897.

          La Ermita es de propiedad Municipal desde 1940, pues el Obispado se la entregó al Ayuntamiento a cambio de los solares en los que se edificó la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en la barriada de La Victoria, con el compromiso de que en caso de que fuera derribada se erigiera un monumento en su lugar.

          Desde el año 2007, ha quedado aprisionada entre la Avenida Marítima y las vías de tranvía urbano, que fueron colocadas delante de la puerta principal.
En la actualidad, los Amigos de San Telmo, manifiestan su sentimiento de identidad histórica manteniéndola en buen estado de conservación, abriéndola los domingos por la mañana, para que pueda ser visitada y admirada.

         La Ermita fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, por Decreto del 14 de marzo de 1986.

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