Del Lugar a la pila bautismal
Autor: Juan Manuel Valladares Expósito
Comunicación en Radio Muelle en mayo de 2025
Un suceso frecuente en la historia de todos los pueblos, y del que nadie puede hacer de ello propiedad exclusiva, es usar el nombre del lugar dado desde antiguo para convertirlo en nombre o designación de persona. El uso a la inversa está igualmente estudiado, o sea el nombre de la persona para dar lugar a su uso como nombre del lugar. En eso no hay país que no haga lo mismo en todos los lugares de la Tierra. Y Canarias no va a ser ninguna excepción. Lo intentaremos aclarar con las bendiciones del Altísimo.
Dada la complejidad del tema, y para no caer en exaltaciones patrióticas ni soluciones facilotas, hemos de acudir a la obra de don Maximiano Trapero que tantas veces hemos mencionado Diccionario de Toponimia de Canarias :Los Guanchismos ( Ediciones Idea 2018).
Para ello con la mejor voluntad de pretender aportar algo al uso de nombres de personas, hecho histórico o lugar geográfico haremos un análisis de algunos de esos sustantivos y su uso en la actualidad.
Cuento como anécdota la historia infantil, pero veraz, de un alumno de mi esposa que de forma rimbombante y con visos de no darse por vencido decía cuando era llamado a la rendir cuentas en clase. “Señorita (entonces ya profe) no me llamo Adeje, me llamo Adexe con x.» El niño lo decía con una seriedad que no daba lugar a dudas….. ¿ pero tenía alguna razón el niño?
Casi cuatro páginas en la obra de Maximiano Trapero dan para mucho y sobre todo para ver que no es palabra usada solamente en Tenerife, si no que igualmente aparece en Gran Canaria y Fuerteventura. Curiosamente 4 veces en Tenerife, 3 en Fuerteventura y 6 en Gran Canaria. Por lo que a la vista de ello veremos que hay Adeje en Tenerife y con todas sus variantes en otras islas.
Ya decía el historiador Alonso de Espinosa que “estuvo esta isla y gente della sujeta a un solo rey que era el de Adeje, cuyo nombre se perdió de la memoria”. El inefable Viana lo bautizó a su manera y lo llamó Pelinor. Y no entramos en los desvaríos de Viana porque no es de nuestro gusto e incumbencia. Fray Alonso de Espinosa, como tantos otros, ya hablaba de la historia de Canarias en el siglo XVI (1594). Justo a 100 años de terminada la conquista de Tenerife.
Y algo que de forma rotunda habla del uso del topónimo como Adeje ya aparece en el Registro General del Sello en 29 de marzo de 1498. Allí se nombra con rotundidad la “demanda presentada por Rodrigo de Betanzos en nombre de los bandos de Adeje, Abona y Güimar”.
“1498 Marzo 29. Alcalá de Henares. Orden al obispo de Canaria y al gobernador de Gran Canaria, para que informen sobre la demanda presentada por Rodrigo de Betanzos, en nombre de los bandos de Adeje, Abona y Güímar, acusando a Alonso de Lugo, gobernador de Tenerife, de haber vendido a gran número de canarios de éstos bandos, a pesar de las paces que asentaron con Pedro de Vera, de su condición de cristianos y de la ayuda que le prestaron en la conquista de Tenerife. Episcopus astoricensis. Juanes. Felipus. Franciscus licenciatus. Juanes licenciatus. Castillo.”
Pero, a pesar de tanta evidencia como Adeje, no será extraño que muy al gusto del escribano o cronista vayan apareciendo distintas nominaciones o formas gramaticales como Adexe,,Adege,,Adehe,,Odex ,Dexa o Adedexe. Lo cual nos lleva a sentir una vez más el poco interés de los conquistadores en reflejar de forma fidedigna lo que oían decir a los que tenían delante dictando sus reclamaciones o testamentos. En las actuales lenguas norteafricanas hay variantes para todos los gustos, aunque su fonética no tenga una relación muy directa con nuestra palabra Adeje .Los vocablos más aproximados van de “edegue” como piedra de molino a “edehi” como piedra fina. Todo un buen trabajo para verdaderos filólogos de nuestra perdida lengua ancestral.
Con el mayor cariño. tengo que decir que el niño mencionado, que ya será padre en la fecha de hoy, como defensor de su nombre Adexe, merece mis respetos pero no puedo darle una rotunda veracidad a sus deseos.
Hagamos ahora algo de turismo por nuestros barrios de Santa Cruz, y con ánimo de visitar sus cercanas montañas hemos de subir hasta un lugar que lleva el precioso nombre de Ifara.
Pero si hay algo que sea capaz de aguar la fiesta es entrar en el origen de las cosas. Y eso nos ocurre cuando descubrimos que Ifara para nada es el nombre original del lugar, aunque haya quedado muy bien en manos de los promotores de la urbanización del barrio así conocido.
¿Dónde encontrar el Ifara verdadero? Una vez mas nos ayudará el Sr. Trapero. Y digo que se agua la fiesta pues Ifara es en realidad, desde la mas remota historia de Tenerife, un lugar de Granadilla y como tal lo define el Sr. Bethencourt cuando dice: “ Hállase en la costa de Granadilla, cercano al Morro del Tagoro del Rey y Cueva del Rey”. Esperemos que los grabados rupestres que se encontraban en la zona gocen de buena salud.
Y no fue solo en la ingente obra del Sr. Bethencourt Alfonso, que pateó toda la isla escuchando a los viejos del lugar, puesto que antes ya lo habían nombrado entre otros Chill o Millares. Todos estos señalamientos eran muy anteriores a la aparición del topónimo Ifara en las tierras de Santa Cruz de Tenerife.
Para abundar en el tema, hasta el propio Wölffel ,en su gran trabajo Monumenta, cita este topónimo Ifara junto a sus similares Afur, Chafiras y hasta en algún topónimo ya olvidado, como Afare o Afore. Solo hay una cita a un posible origen del sustantivo Ifara si lo hacemos venir de una derivación del topónimo Tafira, y, como nos aclara el Sr. Trapero, estaríamos hablando de un original norteafricano, “Ifer”, con significado de lugar para esconder. Esa es la valoración como cueva que ya daba Bethencourt Alfonso a la palabra aborigen Ifara. Creo que por sonoridad semejante sería bueno bueno analizar la palabra Tenerife. Para este trabajo creo necesario conocer la obra del Sr. Joaquín Caridad Arias, del Instituto Canario de Viena. Nada menos que 12 variantes filológicas en su obra El Nombre de Tenerife publicada en el año 2015.
Hay un topónimo que no ha necesitado muchos retoques a pesar de algunas meteduras de pata en escribanos y acuerdos. Hablemos de Güimar. Como tal aparece ya en un documento de total veracidad histórica en 1498 en el Registro General del Sello y que ya mencionamos cuando hablamos de Adeje. De forma rotunda se dice allí Güimar sin duda alguna por parte de los firmantes. Y para menos duda se repite el nombre del lugar como tal Güimar( Guymar) en 25 de julio del mismo año de 1498:
“e los otros que están en todo el término de Anaga, se junten para quando los llamaren en el arroyo que está a la cabec;ada·de todo el arroyo de Tegueste; e los que están en Heneto se junten en Taco, en la montaña, para hazer mesta; e todos los otros ganados que sean en todo el término de Guymar con la montaña se junten todos a las Syete Huentes del señor Governador, e que ninguna persona non sea osado de dexar de mesta ninguna res, so pena que el que se le provare”-
A pesar de ello, a pesar de las evidencias y conocimiento sobre este topónimo, una personalidad como Wölffel dio una versión de la palabra con nada menos que 22 variantes, y nunca puso la conocidísima Güimar. Valdría decir ahora que todo escribano puede hacer un borrón.
Una posible traducción del término que dejo para los que de ello entienden. Como nos dice el Sr. Trapero, significa esta palabra no el nombre de un lugar, sino la condición de ¿los que viven en el otro lado de la ladera?. Un buen tema para meditar si conocemos la geografía del valle en que se encuentra este topónimo.
Y para entrar en lo que podremos llamar similitudes o casualidades geográficas intentemos hablar de los Taborno y Tabordo.
De Tabordo encontraremos abundante cosecha tanto en Fuerteventura como en Tenerife y Gran Canaria. No es extraño el topónimo en las islas si ya el propio Adelantado, en 1501, concede tierras a un vecino de Lanzarote, Gregorio Tabordo, que no califica de conquistador, pero que se reconoce entre los fundadores de Taganana, y con abundante descendencia que conservó su apellido. Se conserva en la actualidad un Barranquillo de los Tabordo en la zona de Anaga. Para no dar por cierto quien da el nombre a quien, se discute todavía si Gregorio Tabordo se llamó así por ser propietario de un lugar llamo Tabordo o él dio nombre al lugar.
Vayamos al similar Taborno. Existen algunas dudas que el lugar ya tuviera población aborigen antes de la Conquista. En los primeros documentos se habla de valle, pero no de lugar con población, y así se le cita en 1516 como Valle de Taborno. Por su similitud fonética con otros términos aborígenes, como Chabor o Tabor, aparece en Bethencourt Alfonso como lugar de reunión antes de la Conquista 1494/96.,Hemos leído que hay una ciudad en Marruecos que lleva el nombre de Tubornost o ciudad de los albornoces. Si Wölffel ya dice que la palabra es árabe dejamos el caso para los entendidos en filología del norte africano para buscar orígenes.
Con la ayuda del Altísimo seguiremos en esta ilusionante tarea de dar luz sobre nuestra historia. La HISTORIA de Canarias, la que está realmente históricamente documentada.
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