Monumentos (38). A José Francisco Morazán
Autor: José Manuel Ledesma Alonso
Publicado en el Diario de Avisos el 17 de agosto de 2025
El monumento erigido en Santa Cruz de Tenerife a Francisco Morazán, en 1982, en la confluencia de la avenida Francisco La Roche con la calle Republica de Honduras, obra del escultor hondureño A. Henriquez, está formado por un busto realizado con marmolina blanca, expuesto sobre un pedestal de piedra de cantería.
José Francisco Morazán Quezada (Tegucigalpa, Honduras, 1782- San José de Costa Rica, 1842).
A la edad de 10 años ingresó en el Convento de San Francisco donde recibiría clases de gramática latina, escritura, aritmética, filosofía y religión.
En 1824, Dionisio de Herrera, Jefe de Estado Supremo de Honduras, le nombraría Secretario General. Tres años más tarde, al tomar el poder el Teniente General José Justo Milla, Francisco Morazán abandonaría su puesto y se uniría a las milicias que negaban obediencia a la imposición.
Siendo General del Ejército Aliado, protector de la Ley, vencería a las tropas de Justo Milla, en la Batalla de la Trinidad, en 1827, y asumiría la Presidencia del Estado de Honduras.
Al año siguiente, cuando el presidente salvadoreño le llamó en su auxilio, ante un ataque guatemalteco, Morazán tomaría San Salvador y Guatemala, que era la capital federal, siendo elegido presidente de la República Federal de las Provincias Unidas del Centro de América (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica) desde 1830 a 1838, etapa en la que inició una serie de reformas muy profundas, destinadas a cambiar las viejas estructuras coloniales; pero, estas reformas se toparon contra múltiples obstáculos, de manera que, al terminar su mandato, la descomposición del sistema político era tan grande que las elecciones para la presidencia no se llegaron a celebrar y se disolvió la Unión Centroamericana.
No obstante, Morazán volvería a ser elegido presidente de El Salvador, y desde allí lanzó un último intento contra Guatemala, aunque sería derrotado y se tendría que exiliar en Perú.
En 1842 desembarcaría en Costa Rica, donde tomaría el poder, aunque por poco tiempo, pues antes de que pudiera iniciar la reconstrucción de la unidad centroamericana fue capturado y fusilado en La Plaza de San José, de Costa Rica.
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