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SANTA CRUZ DE TENERIFE. Sociedades constructoras de edificios urbanos.

Autor: José Manuel Ledesma Alonso
Publicado en El Día el 2 de septiembre de 2025.

       

          La primera Sociedad de Edificios Urbanos fundada en Santa Cruz de Tenerife, el 13 de enero de 1866, con el fin de resolver el problema de la vivienda en esta capital, tenía su sede social en la calle del Castillo nº 78, y contaba con un personal técnico altamente cualificado, formado por los jóvenes arquitectos Manuel de Oraá y Manuel de Cámara, cuyas propuestas marcarían un cambio esencial en la arquitectura del Archipiélago.

          En los 10 primeros años de funcionamiento construyeron el denominado Barrio Nuevo, que corresponde a las actuales calles Callao de Lima, Sabino Berthelot, San Clemente, San Lucas, Robayna, Viera y Clavijo y Pí y Margall.

          Las 280 viviendas edificadas en el citado barrio estaban destinadas a familias de clase media y baja, siendo adquiridas a través del sistema cooperativo, pudiendo pagarse al contado o en seis plazos, a un interés del 3% anual. Estas casas eran de una sola planta y las había con tres tipologías diferentes: con una puerta y una ventana, con la puerta al centro y una ventana a cada lado, y con la puerta en un extremo y dos ventanas en el resto de la fachada. Todas contaban con zaguán, antesala, cocina, comedor y dormitorios. El patio se encontraba en la parte trasera, donde estaba el excusado.

          A partir de 1873, esta Sociedad comenzaría a realizar viviendas para la clase media alta, aprovechando la prolongación de la calle del Castillo, desde Suárez Guerra hasta la futura plaza Weyler, así como en el camino de La Laguna (Rambla de Pulido). En este caso, la tipología de edificación utilizada emplearía materiales de lujo, hierro fundido, piedra tallada, etc.

         También, a nivel urbanístico construyeron dos plazas, propias del clasicismo romántico: la de La Constructora, actual Ireneo González, y la plaza Weyler.

 

          La Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas fue creada en Santa Cruz de Tenerife, el 8 de febrero de 1888, con el fin de llevar a cabo el Barrio de los Hoteles. En el momento de su apertura se suscribieron 300 acciones.

         Para ello, compraron a Eladio Roca una finca de 75.000 m2, situada entre las calles Santa Rita (Viera y Clavijo), Canales Bajas (Dr. Guigou) y el Paseo de los Coches (La Rambla).

          Los dos primeros edificios que levantaron fueron el Colegio Fides y el Convento de las Siervas de María, ubicados en la confluencia de la calle General Antequera con Viera y Clavijo. A los que seguirían hoteles -palacetes- con amplios espacios y exquisita decoración ornamental, dotados de un gran salón, antesala, gabinete, varios dormitorios, comedor, cocina, despensa, escalera principal y de servicio, y varios cuartos de baño, los primeros con retrete inglés.

          Ante los méritos arquitectónicos introducidos en Santa Cruz con estas nuevas técnicas y materiales de construcción, el 26 de marzo de 1908, el consejo de administración de la Sociedad propuso la prórroga del contrato por treinta años más, con un aumento de capital de 1.125.000 pesetas. Para ello se crearían 750 acciones en títulos al portador. La Sociedad se disolvería el 26 de julio de 1922.

          Durante los treinta y cuatro años que existió la Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas, sus cuatro arquitectos: Manuel de Cámara y Cruz (Santa Cruz de Tenerife, 1848-1921); Antonio Pintor y Ocete (Granada, 1862 – Santa Cruz de Tenerife, 1946); Federico Solé y Escabia (Barcelona, 1845- Santa Cruz de Tenerife, 1902); y Mariano Estanga y Arias Girón (Valladolid, 1867 – Santa Cruz de Tenerife, 1937), pusieron en práctica su libertad creativa en el estilo a seguir, de manera que en el barrio de los Hoteles se pueden identificar los sectores que cada uno llevo a cabo.

 

        La Sociedad de Construcciones Económicas El Progreso, creada en Santa Cruz de Tenerife, el 4 de julio de 1894, para mitigar la escasez de viviendas existente en la clase obrera, tenía la particularidad de que el inmueble se le entregaba al socio con el compromiso de que pagara una cantidad mensual a modo de alquiler, pasando a convertirse en su propietario una vez que hubiese abonado las cuotas correspondientes. El precio tope de las casas estaba fijado en 5.000 pesetas.

          Su director facultativo, el joven arquitecto Antonio Pintor y Ocete (Granada, 1862 – Santa Cruz de Tenerife, 1946), tendría la oportunidad de realizar uno de los proyectos más completos de su carrera, pues levantaría la mayoría de las casas que esta promotora llevó a cabo en los barrios del Toscal y Duggi, influyendo decisivamente en el urbanismo y en su arquitectura, de manera que la tipología utilizada (el eclecticismo) se convertiría en el modelo constructivo a seguir en la ciudad. 

          Las casas terreras que se construyeron eran todas de la misma altura, de planta rectangular, con una puerta y dos ventanas en su frente, adinteladas de forma curva o rectangular. La distribución interior de las casas, de 88,88 metros cuadrados, lo conformaba la sala, antesala, dos dormitorios, cocina, despensa, excusado y patio interior; mientras que las de 118,85 m2, contaba con zaguán, antesala, sala, tres dormitorios, comedor, cocina, excusado y patio, al final de la parcela.

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