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Oiga. ¿qué dirección lleva el Camino de Santiago?. Siga su propia sombra, peregrino (1)

Autor: Antonio Salgado Pérez
Publicado en el Diario de Avisos el 2 de junio de 2025

 

Oiga, ¿qué dirección lleva el Camino de Santiago?
Siga su sombra, peregrino.

          Conchita Miranda y Enrique García Melón, paradigmas del vínculo y de la amistad, habían aglutinado a un buen número de amigos tinerfeños en torno a esta ruta jacobea que, ahora, tocaba tierras de León, Lugo y por supuesto, la del Santo Apóstol.

          El Camino de Santiago, arteria medieval de toda la Cristiandad europea, atraviesa la tierra entera de León por donde va dejando señales que ayudan a pasar los puertos cuando nieva, como la sencilla cruz hincada en Foncebadón, localidad enclavada a algunos metros de altura, 1.439, pero con escasísimos habitantes, dos… La cruz está erguida sobre un montón de guijarros, arrojados, uno a uno, por los peregrinos que cumplimos así con el ancestral rito. Cruces y puentes; aquellas para advertir y, éstos, para vadear. Si las piedras gritaran al pisarlas, estos parajes resultarían ensordecedores.

          El Camino de Santiago entremezcla historia, fe y tradición. Misteriosa y mística, la ruta jacobea discurre por tierras leonesas envuelta en un especial halo mágico. El auténtico viajero no es el mismo al principio que al fin de su periplo, que comienza bordón en mano y retorna con la vieira en el corazón. Andar por aquí es recorrer un verdadero camino interior de aprendizaje espiritual.

          Poniéndonos en la piel del peregrino y retrocediendo en el tiempo, un milenio más o menos, podemos reconstruir nuestro Camino de Santiago en su etapa leonesa. Después de las largas jornadas esteparias, de la sed de la Castilla plana y trigal, estamos en tierras más suaves de León que, no hay que olvidarlo, antes fue centro de muchos reyes y de algunos emperadores. En esta tierra dura y batalladora donde en su historia entran tantos guerreros como frailes, proliferaron hospitales para los peregrinos, como el conocido Hospital de Órbigo.

         Ahora, por estos contornos, surgen maizales, acelgas y alfalfa; surcos, azadas y regadíos. Y fragancias ambientales. Y vacas, muchas vacas, pastando, mostrándonos sus generosísimas ubres, productos de tanto y tanto pasto. Nos persigue, sin cesar, el dulce compás del agua canalizada y, de vez en cuando, nos quedamos contemplando a aquellos lagartos, verdes como esmeraldas, tostándose al sol que, por cierto, es de justicia, No importa que el astro rey te derrita hasta las suelas de las botas…

          León, parada y fonda, calzada, puente y hospital en esta ruta jacobea hollada por reyes y pícaros; caballeros y juglares, que trajeron remotas tradiciones y arquitecturas; abundantes dineros y algunas epidemias.

         En el año 2004, y como reconocimiento a diez siglos de fraternidad, se le concedió a El Camino de Santiago el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por ser considerado elemento vertebrador de la conciencia común europea. Más adelante intentaremos seguir narrándoles la señalización, convivencia, paisajes, comunicación y gastronomía que hemos experimentado por estos caminos donde, a cada instante, y fieles en seguir el rumbo que nos indica una flecha amarilla, nos saludan así: ¡Buen camino, peregrino!

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