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Muerto al hoyo o patinazo del vivo (2)

Autor: Juan Manuel Valladares Expósito
Comunicación en Radio Muelle el 29 de octubre de 2025

 Segundo acto de la tragicomedia.

          Creo que con mayor o menor acierto dejamos bien claro en la primera parte de esta tragicomedia quien era el noble, don Fernando del Hoyo, y quien era el vivo, o sea don Alonso Fernández de Lugo. No vamos a repetir temas genealógicos ni pasados más o menos gloriosos según de cual de los dos hablemos, pero sí que iremos a buscar un texto que nos resulte acertado y con profundidad documental para aclarar como fue el final de aquella tragicomedia que se inició en 1496 y nos llegó hasta 1564. Y ya sin la presencia física ni del engañador don Alonso ni la del engañado don Hernando, pues don Hernando falleció en 1518 y don Alonso en 1525.

          Y con la constancia de mirar y remirar en archivos y bibliotecas acabamos encontrando un trabajo que leímos con atención. Así se denomina: “Fernando del Hoyo ”versus” Alonso Fernández de Lugo – La Data de la Discordia.”  Un trabajo de la sabia mano de don Coriolano Guimerá López publicado por el Instituto de Estudios Canarios en 1993. Una magnifica exposición de datos que se inicia con algo que agradecemos siempre a los autores de cualquier obra histórica seria: La enumeración de los lugares, publicaciones, archivos y toda la documentación usada, indicando su procedencia, tanto si lo es en Canarias como en archivos nacionales, con sus autores. Y se inicia el trabajo aclarando el autor que el primer Adelantado ha dado por finalizada la conquista de Tenerife en febrero de 1496 licenciando tropas y retornando muchos conquistadores a sus lugares de origen.

          El Adelantado, o gobernador que lo era en ese año de 1496, recibe la potestad de repartir tierras y aguas el 5 de noviembre de 1496.

        Para dejar cada cosa en su lugar, don Hernando del Hoyo, tan pronto termina la conquista de Tenerife, se vuelve a la Corte de los Reyes Isabel y Fernando, y el de Lugo regresó a Tenerife en 1497 cargado de títulos y honores. Repetiremos para no olvidar que la primera data que concede don Alonso a don Hernando es de fecha 3 de diciembre de 1496 y está hecha en Burgos.

          Don Coriolano nos recuerda que ya nace la data, que él llama “de la discordia”, con alguna zona algo confusa, pues se concede a un personaje que es soltero y no vive en Tenerife, como fue preceptivo para todos los demás datados. Las datas eran generalmente un documento lleno de imprecisiones en cuanto al lugar, dimensiones y aprovechamiento de aguas… pero no las concedidas a don Hernando del Hoyo que lo son de una gran precisión. Dejemos, para no cansar, la cantidad de piropos que dedica en las datas el Adelantado a don Hernando, que dan para oler a chamusquina. Un breve ejemplo, incluido en la primera data:

                    “Muchos buenos e leales serbicios que a sus Altezas aveys fecho e se espera que areys de cada día de que soy digno de remuneracion e galardon(sic)”

          Y algún dato de las presuntas trampas:

                 “… en mi el dicho Alfonso de Lugo e en vos el dicho Hernando del Hoyo que estades presente en amos conjuntamente.”

          La cantinela del “amos a dos conjuntamente” va a aparecer varias veces dejando siempre la duda de cuanto es propiedad real de cada uno.

          No insistiremos ahora en definir las tierras y aguas datadas, por que ya se verán en las numerosas citas en que van saliendo a la luz las trampas del Adelantado hacia don Hernando y otros varios perjudicados por sus tropelías. El texto de la data que hoy mencionamos está contenido de forma total en un gran trabajo de don Antonio Rumeu de Armas con el título “Alonso de Lugo en la Corte de Los Reyes Católicos (1496-1497)”

          Solo un apunte en recuerdo de nuestro buen amigo, ya fallecido, don Sebastián Matías Delgado Campos, al que tuvimos el honor de acompañar en la Tertulia Amigos del 25 de Julio, y autor de una plano que refleja la totalidad de la data conocida como Traslalatadere y el Campo del Rey.

          Y como ya hemos dicho y repetido, si el Adelantado supone que don Hernando del Hoyo no va a volver a Tenerife, empieza la ronda de trampas que iremos sacando a relucir con la ayuda de don Coriolano Guimerá López, para lo cual daremos un breve listado de repartos que hizo don Alonso de lo que no era suyo en su integridad, puesto que hubiera necesitado el concurso del ausente don Hernando.

          Así vemos que data a los fieles grancanarios Pedro Mayor, Pedro García, Pablo Martín Buendía (este Pablo Martín Buendía es citado reiteradamente como matador de Chimenchia, hermano del Rey Bencomo, al que Viana bautizó como Tinguaro, e incapaz, como grancanario, de entender las palabras que en lengua de Tenerife le dirigía el pobre herido Chimenchia). y a otros varios personajes entre los que hay que destacar a Diego de Mesa, soldado del Duque de Medina Sidonia, y al portugués Hernando Castro (recordemos lo que hoy llamamos Rambla de Castro) al que el Adelantado le debía grandes sumas de dinero aportados para sus negocios. Este citado Hernando de Castro figura como descendiente de un Álvar Pérez de Castro, conde de Viana, hijo no legitimo de Pedro Fernández de Castro y Aldonza Lorenzo de Valladares….para entretenimiento de genealogistas. ¿A ver si va a ser pariente de Aldonza Lorenzo, la Dulcinea del Toboso de Don Quijote? La genealogía es una rama de la historia que da para muy buenos ratos, algunos muy serios y otros de puro entretenimiento lúdico.

          Aunque no tenían teléfono ni internet por aquellos tiempos, sí que había amigos con capacidad para llegar con estas trampas a los oídos de don Hernando del Hoyo, que se puso a la obra de recuperar lo suyo desde el año 1501, nombrando para representante ante la ley a un buen amigo, Francisco Medina, que era conquistador y residente en Tenerife y Gran Canaria, en la que ya estaba presente desde 1484. Este Francisco Medina poco pudo hacer en favor del pleito, pues murió en el viaje que hacía a Sevilla justo al año siguiente, 1502, al naufragar el barco que lo llevaba a la Corte. Pero antes de su partida ya había conseguido en 1501 sacar de sus tierras mal datadas a Diego de Mesa y Hernando de Castro. Imaginemos la fabulosa bronca de estos con el Adelantado al saber que les había dado lo que no era suyo, pero sí que habían hecho grandes gastos en roturar terrenos, conducciones de agua y mejoras en las que habían invertido sus buenos dineros. Tan claro estaba que el reformador o visitador enviado por los Reyes, Ortiz de Zarate en 1506, solo pudo confirmar que era de justicia dar o devolver a don Hernando del Hoyo lo que era suyo desde 1496. Y toda esa justicia hecha cuando don Hernando del Hoyo ya había vuelto a Tenerife.

          Y a la vista de que el acuerdo iba a ser difícil ante la acritud del Adelantado, deciden llegar a un acuerdo, para lo que reclaman la intervención del catalán Rafael Font, vecino de Tenerife. La dedicación al comercio y sus variantes, que a veces se atribuye como defecto para algunos expulsados de Castilla, se convierte en virtud si el personal es de origen catalán. Cosas de la sociología. Acuerdo que no gustó a ninguno de los dos contendientes. Y lo hago constar como lo dice Don Coriolano Guimerá:

                    “Laudo arbitral, dictado por Rafael Font en 1506 por el que adjudicaba a Lugo la totalidad del Campo del Rey, asignando a Hoyo la totalidad del Traslatadero, con más la mitad del fundo limítrofe, hasta entonces poseído por Diego de Mesa. Y, además, imponía al Adelantado la obligación de indemnizar a Fernando de Hoyo con cuatrocientas arrobas de azúcar, o su equivalente en dinero, que debería ser entregada en dos plazos semestrales, a contar de la fecha del dictamen del árbitro”

          El portugués Hernando de Castro, gran perjudicado en las trampas del Adelantado, consiguió una orden de la Cancillería de Granada que le facultaba a recuperar lo que le había dado don Alonso. La carta provocó la ruina de don Hernando y, con una reacción que damos por buena como humana, agredió al de Castro, por lo que fue detenido. Pero don Hernando escapó de la justicia del Adelantado y apareció en la Corte recibido por el Rey Fernando. El Adelantado, rey de trampas, consiguió entre otras cosas que don Hernando del Hoyo fuera excomulgado por no pagar el diezmo que era débito de las tierras que el Adelantado le robaba.

          Pero la Corona nunca olvidó a su fiel vasallo y mozo de la espuela y le donó desde tierras en Gran Canaria en 1513 a tierras en Tenerife ocupadas “ilegalmente” por los repartos del Adelantado.

          Cansado de pleitos y peleas falleció don Hernando del Hoyo en 1518, lo que hizo pensar que se acababa la reclamación al Adelantado. Vana impresión, pues su viuda, doña María de Abarca, continuó con sus reclamaciones hasta conseguir, temporalmente, una solución para ella y sus hijos. Así pareció en 1521, pero el incansable Adelantado siguió con su casi enfermiza contienda a través de su amigo Francisco Jiménez, al que un servidor da por cierto que se trata del Francisco Jiménez propietario de una casa en Santa Cruz de Tenerife que vendió al Adelantado con fecha 1508, en tiempo de su segunda viudez y que compartió con una amiga conocida como La Sevillana. Francisco Jiménez y su esposa Marina eran de las muchas familias de conversos afincadas en Canarias. Estos datos están relatados en la obra Historia de Santa Cruz de Tenerife. (Cioranescu, 1977).

          Van llegando los últimos capítulos del enojoso pleito, y en 1524 el hijo mayor de don Hernando, del mismo nombre y apellido, continúa con sus justas reclamaciones…,Y en esto con fecha de mayo 1525 muere el Adelantado Alonso Fernández de Lugo. Las nuevas generaciones no estaban por la labor de seguir una lucha en la que ambos habían obtenido ya algunos logros, unida al fallecimiento en 1541 de la señora viuda de don Hernando del Hoyo, doña María de Abarca que dejó en manos de sus hijo Hernando Francisco e Isabel su reconocida herencia.

            La avenencia final llegaría en 1564, con la firma ante el notario Juan Vizcaíno por parte de don Fernando del Hoyo (el Mozo) y por Don Alonso Luis de Lugo (el Lindo), IV Adelantado de Tenerife y La Palma.

          Creo que cuando un trabajo se hace con el rigor que ha utilizado el autor, don Coriolano Guimerá López, del texto que hemos intentado comentar, es digno de conocer por los canarios que aman su tierra y están más dados al conocimiento real de los hechos que a la leyenda.

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