Monumentos (14). Al Doctor Guigou
Autor: José Manuel Ledesma Alonso
Publicado en el Diario de Avisos el 1 de junio de 2025
El monumento en homenaje al doctor Diego Guigou y Costa, erigido en el Parque García Sanabria por iniciativa del diputado y periodista Leoncio Rodriguez, en la que los niños de esta capital realizaron una colecta para poder sufragar las figuras de bronce que lo conforman, obra del escultor Francisco Borges Salas.
El monumento consta de dos prismas de hormigón, superpuestos, colocados sobre un pedestal del mismo material. El superior lleva un bajo relieve de bronce con su figura de perfil, enmarcado por dos alas imperiales sostenidas por el escudo de Santa Cruz de Tenerife y la inscripción: Los niños de Tenerife al Dr. Guigou; mientras que el inferior contiene una placa de bronce, con texto de Diego Crosa, Crosita, que dice: Hay hombres que no deberían morir, sino ser eternos para dicha de los suyos, para gloria de su pueblo.
Diego Guigou y Costa (Puerto de la Cruz, 1861- Santa Cruz de Tenerife, 1936)
Estudió el bachillerato en el Instituto de Canarias, en La Laguna, con nota de sobresaliente. Después de trabajar durante un año en el Ayuntamiento de Santa Cruz como auxiliar de secretaría, ingresaría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz, donde, en 1887, obtendría en título de Licenciado en Medicina y Cirugía, con Premio Extraordinario. El curso siguiente realizaría el doctorando en la Universidad Central de Madrid.
En 1889 ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar, siendo destinado al primer Batallón del Regimiento de Aragón, en Figueres (Cataluña). Al año siguiente prestaría sus servicios en el Hospital Militar de Barcelona, debido a la epidemia de gripe española.
En 1892 vino destinado al Regimiento de Artillería de Santa Cruz de Tenerife, donde realizaría una gran labor en el Hospital Militar durante la epidemia del cólera morbo que asoló esta capital en 1893, en la que fallecieron 382 personas.
En 1895, durante la guerra de la Independencia de Cuba prestaría sus servicios en el Hospital de la Habana, como médico del Cuerpo de Sanidad Militar, enfermando gravemente de fiebre amarilla. En 1897 llegaría a Tenerife, destinado como médico del Batallón de Artillería.
En 1898 abandonaría la vida militar y se integra en la vida civil como médico de Obstetricia y Pediatría, abriendo consulta en esta Capital, en la plaza Weyler, esquina de Imeldo Serís con Jesús Nazareno. Se casaría con su prima hermana Rafaela y tuvieron siete hijos.
Diego Guigou fundaría, en 1918, la Real Academia de Medicina del Distrito de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife, siendo su Presidente hasta 1935. También sería nombrado colaborador del establecimiento de los Tribunales Tutelares de Menores.
En 1900, como miembro del Gabinete Instructivo, pronunció un brillante discurso en el que presentó a la sociedad tinerfeña el proyecto de construcción del Hospitalito, destinado a atender a los niños carentes de recursos económicos, el cual sería inaugurado, el 26 de mayo de 1901, siendo nombrado Director del mismo.
En 1911, al formar parte de la Junta Patriótica del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, fue uno de los comisionados que viajó a Madrid para resolver la ley de Régimen de Cabildos para el Archipiélago.
También fue unos de los miembros de la Comisión que resolvió el pleito de los términos jurisdiccionales de Santa Cruz y La Laguna y el de la construcción del Aeropuerto de Los Rodeos.
Concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz, en 1923, fue el presidente de la comisión Pro-Parque, encargada de recaudar fondos para construir el primer parque público de esta capital -García Sanabria- para que los niños pudieran disfrutar del aire libre.
Profesor de Historia de España y de Gimnasia en el Establecimiento de Segunda Enseñanza, en la plaza Ireneo González, desde 1894 a 1901. Profesor Numerario de la Real Academia Canarias de Bellas Artes, en 1913. Fundador del Conservatorio de Música de Santa Cruz de Tenerife.
Siendo Comisario Regio de la Escuela de Náutica, en 1919 gestionó su dependencia del Estado y su traslado al nuevo edificio, sito en la Avenida Marítima, logrando aumentar el número de alumnos.
Su abnegación, generosidad y espíritu caritativo le hicieron acreedor de distintas condecoraciones y títulos del más alto valor moral.
En 1894, la Cruz de Primera Clase al Mérito Militar, con distintivo blanco, por los servicios prestados a los enfermos ingresados en el Hospital Militar durante la epidemia de cólera morbo de 1893.
En 1923, le fue concedido el título de Caballero de la Gran Cruz de Beneficencia, con distintivo morado, por su meritoria labor con la infancia, al construir el Hospitalito, También, el Ayuntamiento le otorgó un Diploma de gratitud por los servicios prestados a los niños pobres.
Por sus méritos en los campos de la cultura y la educación, la Republica de Francia le concedió la Orden de las Palmas Académicas de la Medicina de París.
En 1935 se retira de sus cargos y se dedica a editar sus libros y a publicar en la prensa y en revistas especializada temas relacionados con la sanidad e higiene, así como de carácter científico, político, económico y social. Los derechos de su libro Los Niños Canarios los donó al Hospitalito.
Al fallecer (1936), el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en Pleno, denominaría con su nombre una calle que transcurre desde Méndez Núñez a la Rambla de Santa Cruz.
– – – – – – – – – – – – – – –