Entrevista de Andrés Chaves a Luis García Rebollo
Publicada en el Diario de Avisos el 26 de mayo de 2025
“Con el submarino de Peral quizá no hubiésemos perdido la guerra de Cuba”
Él mismo dice que es navegante por vocación. Y es verdad, todavía navega en su velero por los mares canarios. Me ha enviado un reportaje muy bonito de la última estancia y partida del Juan Sebastián de Elcano en y desde Santa Cruz. Luis García Rebollo (Melilla, 1958) es capitán de navío del Cuerpo General de la Armada, retirado. Actualmente preside la Tertulia Amigos del 25 de Julio, que se dedica a la investigación y difusión de la historia y cultura de las Islas Canarias. Es premio de periodismo de investigación histórica Antonio Ruméu de Armas, aquel prestigioso galardón que anualmente convocaba la Editorial Leoncio Rodríguez, del que fui tantos años miembro del jurado. En 2018 publica su primera novela, “En la línea azul”, premiada con la mención especial a la obra literaria en el CIIF Market 2019, a la que siguen los ensayos “Imeldo Serís-Granier y Blanco”, “Entre el Mar y la Corte” (2018), “La primera escala de la expedición Magallanes-Elcano” (2020) y “Encrucijada Atlántica” (2025). Esto, por citar algunos datos de su extenso currículo literario y marinero. Es muy grato conversar con este hombre, y muy cómodo para mí, porque ambos tenemos a España metida en las venas.
-Voy a empezar por la historia. ¿Por qué se destruyó nuestra Armada a principios del siglo XIX?
“Después de Trafalgar, una derrota que algunos investigadores se están cuestionando ahora al analizar la verdadera relación de pérdidas humanas y de materiales de unos y de otros, España aún contaba con una poderosa Armada, entre otros con 42 navíos y 30 fragatas. Incluso poco después, en 1807, el capitán de navío Santiago Liniers expulsó a los ingleses de Río de la Plata. La destrucción de la Armada tuvo que ver con la ausencia de presupuesto y de políticas navales por los gobiernos de Fernando VII, quien veía en los marinos ilustrados a enemigos políticos. Están documentados casos de capitanes de navío y de fragata que prefirieron morir de hambre antes que pedir limosna. Durante su reinado sólo se construyó una corbeta y poco más”.
-En los últimos tiempos, España ha reforzado notablemente su Marina de Guerra. ¿Es suficiente?
“Tenemos una magnífica e independiente industria naval y personal extraordinariamente cualificado. Como marino retirado no puedo decir mucho más. No obstante, para determinar si “es suficiente” es preciso saber cuál es la amenaza, quién es tu enemigo, cuáles son sus medios y sus métodos y qué estás dispuesto a defender”.
-¿Entonces, Luis?
“Pues estoy seguro de que mis compañeros en activo están trabajando inteligentemente para resolver esa importante ecuación. Sólo falta la voluntad política necesaria para cerrar el círculo. Y volviendo al siglo XIX, creo que en los últimos 200 años nuestro gran error ha sido el de no saber identificar correctamente a nuestros enemigos ni a sus métodos. La guerra no es sólo el mero enfrentamiento armado. Ahora se utiliza el concepto de “guerra híbrida” porque es absolutamente trasversal, desde la ingeniería social, la manipulación política, la corrupción, el sabotaje, el terrorismo, etcétera”.
-Todo cambia.
“La defensa de nuestros intereses tiene que abordar todos esos campos, con servicios de inteligencia adecuados, policiales, judiciales, culturales, etcétera. La historia nos enseña que desde Fernando VII hemos sido demasiado ingenuos y, en consecuencia, demasiadas veces hemos sido víctimas”.
-Luis, en tu libro “En la línea azul”, que por cierto es una delicia, sigues la línea argumental de un diario. ¿Qué hay de realidad y de ficción en esos relatos?
“Precisamente, “En la línea azul” es el resultado de una larga investigación sobre esos aspectos desconocidos de la guerra, donde analizamos y describimos los métodos utilizados a finales del siglo XIX para frenar nuestro desarrollo industrial y naval previo al desastre del 98, para reducir nuestra influencia exterior, para hacer fracasar el proyecto de los acorazados del almirante Antequera o el submarino de Isaac Peral”.
-¿Estamos hablando entonces de una novela histórica, de una crónica de lo que ocurrió?
“En este sentido, la novela contiene un apéndice final, un “Diario”, rigurosamente histórico, aunque aparece narrado por un personaje ficticio, en el que se reconstruye toda la cronología del proyecto del submarino de Peral desde que se autoriza su construcción hasta que se ordena su desguace, así como los acontecimientos políticos y otros coetáneos relacionados. El cuerpo de la novela consiste en dos tramas, con personajes ficticios que van analizando ese “Diario” desde distintos puntos de vista, aportando nuevos datos y extrayendo conclusiones. El valor literario y argumental de estas tramas es lo que le hizo merecer a la novela el premio del CIIF Market 2019 por sus posibilidades de adaptación al cine o a la televisión”.
(Fuera del cuestionario hemos estado hablando de la masonería. Y de acontecimientos derivados del desastre del 98. Y de la sensación que uno siente, navegando a vela, silenciosamente, por los mares canarios. Y de la dificultad que tendría Canarias, por sí sola, para defender su mar, si no contara con España. Y de su estancia en un peñón de soberanía por el destino de su padre. Y de que, desde los 9 años, vive en las islas, con muchos periodos de ausencia. Y de su familia. Luego se me ocurre regresar a la actualidad y hacerle una pregunta sobre lo sucedido al buque-escuela mexicano Cuauhtémoc en el puerto de Nueva York).
“Aunque no son iguales, fui en un viaje de instrucción en el Juan Sebastián de Elcano, con escala también en Nueva York, y aún sigo navegando a vela. Así que después de ver las imágenes del accidente del Cuauhtémoc se me ocurren varias explicaciones de lo ocurrido. No obstante, también creo que no es el momento de opinar, sino de respetar el dolor de nuestros hermanos y compañeros mexicanos. A ellos les corresponde analizar el incidente para que no vuelva a ocurrir y a nosotros rezar por la gente de mar a la Virgen de Guadalupe y a la Virgen del Carmen”.
-Quiero hacerte otra pregunta que tantas veces me hago yo mismo. ¿Es Marruecos nuestro enemigo potencial? ¿Te preocupa su inversión en defensa?
“Tras la independencia de nuestro país vecino, en 1956, surgió allí un ideólogo llamado Allal-el-Fassi, que teorizaba sobre la expansión de Marruecos hasta el río Senegal, llevándose por delante toda Mauritania, una buena parte de Mali, otra de Argelia y, por supuesto, Ceuta, Melilla y Canarias”.
-¿Queda algo de aquella extravagante idea?
“Depende de cuánto quede de aquel delirio para adjudicar con mayor o menor certeza la condición de enemigo potencial de Marruecos, sin dejar espacio a la sorpresa: los europeos saben bien las consecuencias de este tipo de delirios expansionistas. En tal caso, su inversión en defensa debería ser analizada y contrarrestada, pero también todos los demás campos de la guerra “híbrida” como la intromisión cultural, la inmigración y un sinfín de asuntos que están al cabo de la calle. No están tan lejanos la Marcha Verde ni el fracaso del plan Baker”.
-¿Por qué se ha sido tan injusto con Isaac Peral, cuando fue quien revolucionó la Armada con su submarino? ¿Se hubiera ganado la guerra de Cuba si lo hubieran llevado allí?
“Fue el almirante norteamericano George Dewey el que dijo que con un solo submarino de Peral no habría podido mantener el bloqueo de Manila más de 24 horas. Un submarino de aquellos costaba treinta veces menos que un acorazado y podía hundirlos, así que habría sido decisivo, siempre que todos los demás aspectos del conflicto se hubieran abordado inteligente y honestamente por el interés de los españoles y no de otros corporativos o supranacionales, como en realidad ocurrió. El trato injusto hacia Peral viene de aquella villanía porque él era la prueba de cargo contra los que, entonces, permitieron que el sabotaje y la muerte civil acabaran con ese invento extraordinario, hasta convertirlo en una letrina en los caños de La Carraca”.
-¿Crees que nuestros marinos militares están bien formados?
“Entiendo que sí, no creo que haya cambiado ni el espíritu ni la capacitación de mis compañeros desde que yo pasé al retiro”.
-¿Por qué se han desechado los barcos más pesados, los cruceros y los destructores, en beneficio de barcos de guerra más ligeros, como son las fragatas?
“El blindaje de los antiguos acorazados se suple ahora con la guerra electrónica y otros medios de defensa artillera antimisil. Así que los barcos ya no necesitan ser tan pesados ni tampoco tan rápidos como aquellos a los que urgía salir del alcance de la artillería enemiga. Sí necesitan de excelentes sensores y sistemas de armas centralizados, capaces de batir las amenazas actuales. También existen otros buques para tareas más específicas, como los de acción marítima, cazaminas, de asalto anfibio, portaaeronaves, etcétera, además de la nueva clase de submarinos S-80”.
-Luis, España está reforzando la potencia militar de sus peñones de soberanía. ¿Es que no se había entendido hasta ahora su valor estratégico?
“Los peñones norteafricanos son españoles desde mediados del siglo XVI y sirvieron para luchar contra la piratería berberisca que asolaba el Mediterráneo y contra las invasiones otomanas. Son un referente de resistencia numantina durante siglos, hasta la guerra del Rif, en la que también fueron atacados por las cábilas de Abd el-Krim. Y una posición avanzada sobre la costa africana, con todo lo que eso puede significar desde un punto de vista militar, pero también civil. En el pasado fueron centros de comercio y comunicación con las cábilas”.
-Tú viviste en uno de ellos, ¿no?
“De niño, sí. Tuve la oportunidad de vivir una larga temporada en el peñón de Alhucemas. Entonces la comunicación con el exterior dependía de un carpintero de ribera que mantenía las embarcaciones. Afortunadamente los peñones cuentan ahora con helipuertos y otros medios, acordes con los tiempos”.
-Hemos tratado algunos temas de seguridad. ¿Tienen cabida estos asuntos en la Tertulia Amigos del 25 de Julio?
“Creo recordar que fue a Winston Churchill a quien le preguntaron, durante la Segunda Guerra Mundial, por qué no reducía el presupuesto del Ministerio de Cultura. A lo que él contestó que por eso luchaban, por su cultura. No en vano, la aculturación es una importante herramienta de la ingeniería social de masas”.
-¿Me doy por respondido?
“En la Tertulia Amigos del 25 de Julio trabajamos por conservar nuestra identidad cultural, para ser conscientes de la valiosa herencia que hemos recibido y por los nexos que nos unen a otros seiscientos millones de hispanohablantes. Para aquellos que estén interesados, la Tertulia tiene una lista de correo a través de la cual los mantenemos al corriente de nuestras actividades. También mediante la página web, el Facebook y el canal de You Tube de la Tertulia (https://amigos25julio.com), desde donde también pueden ponerse en contacto con nosotros”.
(El almuerzo fue muy cordial, igual que la conversación. Con un marino de la Armada, los temas se harían eternos. Luis García Rebollo es un hombre dialogante, estudioso. Está titulado en Arquitectura Naval para buques menores por el Westlawn Institute of Marine Technology, ha estado embarcado en numerosos buques de la Armada y practica la navegación deportiva. Es conferenciante y ha escrito sobre temas muy interesantes relacionados con la navegación. Como ven, la conversación sería interminable. Y, de hecho, fue larga y muy grata. Y esta era mi segunda entrevista con Luis García Rebollo en esta sección de Los Limoneros. Igual habrá una tercera).
- – – – – – – – – – – – – –