Camino jubilar de Candelaria por Chivisaya
Autora: Mercedes Castellano Fariña
Publicado en esta página el 21 de junio de 2025
El histórico camino de peregrinación. El rito jubilar, un volcán, una promesa.
Por mi afición a la investigación histórica de Candelaria y de genealogía por mi antepasado Juan Castellano, vecino guanche fundador de Santa María de Candelaria, con mi profesión de Guía de Turismo y Guía de itinerarios de baja y media montaña en Tenerife, surgió la idea de rescatar la historia de los caminos de peregrinación a Candelaria, algunos con tramos desaparecidos o poco utilizados, que me animó a publicar folletos y artículos que fomente su recuperación, el conocimiento de su pasado y la conservación de su identidad.
Entre las erupciones volcánicas históricas de Tenerife habidas desde el 31 de diciembre de 1704, a la última del 18 de noviembre de 1909, la erupción en fisura múltiple de 1704-1705 es la que ocasiona mayor número de víctimas. En Güímar ocasionó la destrucción de más de 70 casas, en Orotava dejó muy dañada la Iglesia de La Concepción, así como, numerosos desperfectos en los Realejos, Arafo y Candelaria. El episodio fue acompañado de terremotos de gran intensidad que comenzaron el 24 de diciembre de 1704, un primer proceso eruptivo el 31 de diciembre de 1704 en Siete Fuentes (Arico) de duración 5 días, le siguió el Volcán de Fasnia el 05 de enero de 1705 de duración 8 días y luego el volcán Arafo el 02 de febrero de 1705 que duró 52 días. El proceso completo del 31 de diciembre de 1704 al 27 de marzo de 1705, precedido de terremotos sentidos desde la Nochebuena de 1704, fechas muy señaladas en la sociedad cristiana y católica, hizo pensar a Bernardo de Vicuña Zuazo, obispo de Canarias que estaba en la isla, “que los montes de Tenerife estaban poseídos por una fuerza maligna”. En una huerta que pertenecía a la familia Castillo-Valcárcel, más adelante de la familia Zárate, falleció repentinamente el obispo. Las actas del Cabildo recogen que murió en la huerta de las casas de la Villa de la Orotava, dentro de una cabaña dispuesta para guarecerse del horror de terremotos y volcán (1). Una cruz recuerda el lugar del suceso y la muerte del obispo.
Tras finalizar el proceso del volcán Las Arenas en Arafo , cuyo episodio comenzó el 2 de febrero día de La Candelaria y fue visto desde la Orotava, todo lo acontecido lleva a los temerosos devotos y piadosos villeros, vecinos de la Orotava, a realizar por gratitud y por los favores escuchados y concedidos, el voto solemne de asistir a la celebración anual en honor a la Virgen de Candelaria en su santuario, cuyos caminos convergen en Aguamansa desde varios lugares de la Orotava para alcanzar la cumbre por el paso junto a la montaña la Crucita, bajar la Caldera de Pedro Gil pasando junto al volcán que tanto temor causó y por Arafo llegar al santuario de Candelaria.
Otro camino de peregrinación desde de Taoro por Chivisaya es un recorrido más antiguo si nos remontamos a las disputas entre “Bencomo y Añaterve”(2). Un camino con acontecimientos históricos que marcaron su futuro y casi su olvido, pero lleno de claves o piezas sueltas que lo convierte en camino interesante para descubrir y localizar.
El culto mariano hacia la Candelaria de los Guanches se convierte en tema reconocido y aceptado por las dos sociedades, la vencedora colonizadora que llega convertir relatos falsos e inventados como verdad, sobre la desaparecida aborigen con escasos o difícil documentación sobre la realidad acontecida.
En esta investigación y divulgación del casi olvidado camino de peregrinación desde Taoro a Candelaria por Pino Alto, ruta que llega a la cumbre por la Morra Izarda y por Chivisaya hasta Candelaria, con aparente carencia de documentación, no queda exento a diversas interpretaciones.
Todo parece comenzar con la entrega bastante irregular que se hizo de la Imagen y del santuario de Candelaria a la orden de Santo Domingo de Guzmán en 1530 (3), por el entonces obispo Luis Cabeza de Vaca, en un intento agresivo de despojar a los Guanches sobrevivientes, del papel relevante que venían ostentando en las celebraciones del culto de La Candelaria (3), además de una clara injerencia del Cabildo de Tenerife desde La Laguna, que no escatimó decisiones y acciones favorable a dicha entrega, hasta llegar a difundir la falsedad que la primera iglesia de 1526 en Candelaria fue supuestamente promovida por el segundo adelantado(3), en lugar de su primo y mayordomo del santuario Pedro Fernández de Lugo. La alteración y ocultamiento de hechos históricos que hizo el dominico Fray Alonso de Espinosa, fue un eslabón importante que añadir a todos los episodios acontecidos desde el verano de 1530, destacando el hecho no menos importante, Espinosa fue testigo presencial de los acontecimientos que dieron origen al “Pleito de los Naturales”(4) de 1587 y debió tener conocimiento del poder (posiblemente el primer pleito) de los guanches, vecinos y moradores de Candelaria en septiembre de 1544, pidiendo ni más ni menos “…que de allí no se saque ni mude la Imagen para otra parte…”.(5)
En la investigación de nuestro “Camino de Taoro hasta Candelaria por Chivisaya” se observan numerosas piezas del rompecabezas, que van poco a poco dando forma a su pasado e identidad.
LOS CAMINOS DE PEREGRINACION
Los caminos, veredas y sendas de los guanches, utilizados en su ancestral tradición pastoril, en la interacción entre reinos o dentro del mismo territorio para salvar profundos barrancos o la altitud, son el origen de la red caminera tras la conquista para la movilidad y también como puntos de referencias en el reparto de las datas (6).
Hasta bien entrado el siglo XIX no aparecen las primeras carreteras hacia el norte o sur de la isla, otro tipo de vía de conexión entre los principales núcleos de población, una construcción lenta y por tramos que demoró casi un siglo, desde su comienzo hasta el último tramo en la ejecución de la parte sur.
Otro elemento determinante de nuestros históricos caminos, son las vías utilizadas para la peregrinación a la milagrosa Virgen en la cueva donde fue encontrada del arenal de Candelaria (7), después de recorrer unos caminos muy duros por la orografía y la altitud de la isla, para conseguir el perdón y redención de los pecados.
Tras el sometimiento de la isla a la corona de Castilla en 1496, la Candelaria de los guanches en la cueva se convierte en un culto de devoción (7) y en lugar piadoso de peregrinación para pagar promesas, exvotos, mandas testamentarias o capellanía de misas de las piadosas almas colonizadoras y de los naturales de la isla, sobrevivientes a la llegada de castellanos y portugueses.
Con la Candelaria de los Guanches en la cueva Achbinico (8), lugar donde se organizó su culto después de la conquista, dependiente del clero secular bajo la jurisdicción del obispo Diego de Muros, aceptado los derechos de los Guanches sobre la imagen y su culto, comienzan las piadosas procesiones o peregrinaciones desde La Laguna (5)y desde otros lugares de la isla, como el antiguo reino de Taoro, tal y como, evidencia la declaración de la guanche Leonor Sánchez en la información dominica de 1565 sobre la aparición de la Virgen a los guanches, vecina de Candelaria de raza guanche, nacida en Taoro hacia 1495, casada con el guanche de Candelaria Rodrigo Martín, “…declara tener 70 años de edad y conocer el culto desde que tenía 10 años, en que era llevada por su tía Beatriz Sánchez, del bando de Taoro y llamada Guaima, que le contaba haber conocido al guanche que arrojó la piedra. Declaró que la cueva del aparecimiento se llamaba Atbinico.”(9)
Tres son los obispos claves y fundamentales en estos más de cinco siglos de culto y propagación de la devoción mariana de La Candelaria fuera de las fronteras insulares, nacionales y continentales desde finales del siglo XV:
*Empezando por el obispo Diego de Muros el primer obispo de Canarias que se nombra tras la finalización de la conquista de la Isla, mantiene el culto en la cueva de Candelaria y respeta la participación de los guanches en sus celebraciones.
*En la segunda mitad del siglo XVII con el obispo Bartolomé García Ximénez que da a conocer el culto mariano fuera de las fronteras, hacia todos los lugares del imperio y del mundo conocido con el reparto de estampas y medallas de La Candelaria (10), también promoviendo la construcción de la primera basílica cerca de la cueva.
*Por último, con el obispo Domingo Pérez Cáceres, primer y único obispo nacido en Tenerife en cinco siglos, al que se debe la edificación de la segunda y actual basílica, templo más apropiado a la dignidad de la Patrona General del Archipiélago Canario, tras el incendio en 1789 de la primera basílica.
EL RITO DE PEREGRINACIÓN PARA PERDÓN DE PECADOS
Entrar en el templo tras recorrer un largo trayecto, logro muy especial del peregrino, un camino de fervor con el arrepentimiento de los pecados y pagar la piadosa promesa o rogativa, es el origen de las rutas de peregrinación cristiana en Tenerife desde 1497, bajo la influencia en esos tiempos de las tradiciones y costumbres peregrinas de moda en el mundo cristiano como es el rito jubilar.
El jubileo es una tradición católica, un rito piadoso del peregrino hacia un lugar santo o santuario para perdón de los pecados o alcanzar una promesa. Esta celebración es oficializada por el papa Bonifacio VIII en el año 1300, fijando su sexto año de pontificado como el primer “Año de perdón de los pecados”. Con ello concedía la indulgencia plenaria a quienes se acercaban a Roma para visitar el santuario de San Pedro.
Este primer jubileo con periodo cada 100 años dejaba a muchos fieles sin el perdón de sus pecados porque la expectativa de vida en la Edad media promediaba menos de 50 años. Así comenzó, un proceso de reforma con Clemente VI, finalizada por los papas que lo sucedieron, acortando el periodo de celebración del jubileo a cada 50 años hasta que el papa Sixto IV lo estableció cada 25 años en 1475. Con Sixto IV se utilizó el reciente invento de la imprenta para divulgar las bulas jubilares. Desde entonces, también se empieza a utilizar la denominación “Año Santo” para nombrar al año jubilar. Cabe recordar que Sixto IV fue protector del eremitorio franciscano en la Cueva Achbinico de Candelaria décadas antes de la conquista de la isla en 1496, conocida actividad misional para la conversión al cristianismo de los guanches.
El papa Alejandro VI añadió el rito de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro en la Navidad de 1499. También se decidió lo mismo para otras tres basílicas de San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor, logrando el peregrino su jubileo con el paso por las cuatro puertas en las citadas basílicas de Roma. El significado de pasar la Puerta Santa de San Pedro, caminando y pasando a través de este conjunto de puertas durante un año jubilar simboliza el paso a la presencia de Dios.
Además de los jubileos ordinarios, existen extraordinarios y también “años santos” a perpetuidad. En España los establecidos y declarados a perpetuidad son “Año Santo de Santiago de Compostela” cada vez que el 25 de julio es domingo. El de “Santo Toribio de Liébana”, sitio donde encuentra la reliquia del trozo más grande de la cruz donde Cristo murió, es cada vez que el 16 de abril, fiesta de ese santo, coincide también con un domingo y se llevó a cabo por primera vez en 1512 con la bula del papa Julio II. La primera ocasión en “Caravaca de la Cruz” fue en 1981, cuando se cumplieron los 750 años de la tradicional ceremonia de aparición de la Cruz en dicha localidad y se decidió que el jubileo tenga lugar cada siete años. En la localidad de Urda en Toledo desde 1994 por decisión de Juan Pablo II cuando el 29 de septiembre, fiesta del “Santísimo Cristo de la Vera Cruz”, coindice con un domingo. La más reciente es en “Valencia” otorgada en 2014 el Papa Francisco, celebrada cada cinco años, en cuya la catedral se encuentra la reliquia del Santo Cáliz.
También se promulgaron Años Santos con carácter especial en Ávila al cumplirse “400 años de la canonización de Santa Teresa” o el “Jubileo Extraordinario del año 2000” cuando se cumplió los dos milenios del nacimiento de Jesús, siendo el próximo gran “Jubileo Extraordinario en el año 2033” para la celebración de los dos mil años de la resurrección del Señor.
El Papa Francisco, como ocurre cada 25 años en la Iglesia Católica, convocó al Jubileo Ordinario de la Esperanza 2025. El inicio del “Año Santo” es la apertura de la “Puerta Santa” el 24 de diciembre de 2024 en la Basílica de San Pedro, luego se procederá a la apertura de las otras tres puertas santas, el 29 de diciembre la Catedral de San Juan de Letrán, el 1 de enero de 2025 Santa María la Mayor coincidiendo con la Solemnidad de Santa María Madre de Dios y el 5 de enero la puerta de la basílica papal de San Pablo Extramuros. Al finalizar el jubileo serán selladas nuevamente desde el domingo 28 de diciembre de 2025 al 6 de enero de 2026 con cierre del pórtico de la basílica de San Pedro, clausurando el “Año Santo” en coincidencia con la Epifanía del Señor.
LAS PUERTAS JACOBEAS DE LOS BENEFICIADOS DE TAORO
Las portadas jacobeas de Taoro (11) y sus elementos distintivos son un hecho singular en Canarias de las primeras iglesias en los reinos de Taoro y Daute, tema tratado minuciosamente por Lorenzo Santana Rodríguez en su publicación, donde nos da a conocer hasta siete puertas de canterías con dos ménsulas, una en cada lado, distinguiendo veneras sobre cada una de ellas. La primera en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol del Realejo de Arriba; dos en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo; dos en la iglesia parroquial de Santa Ana de Garachico, una de las cuales, carece de ménsulas aunque Lorenzo Santana demuestra que pertenece a este grupo; otra puerta en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de la Orotava y la séptima se hallaba en la iglesia parroquial de San Juan de la Rambla, posiblemente desaparecida tras las obras de recuperación por los destrozos del temporal del año 1826.
En un primer momento, la isla contaba con dos beneficios eclesiásticos, el “beneficio de Taoro” abarcando desde Acentejo hasta la Punta de Teno, incluyendo las comarcas del sur de Adeje, Abona y Chasna, y el “beneficio de La Laguna” con jurisdicción sobre el resto de la isla en la iglesia de la Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna.
La Iglesia de Santiago de Taoro fue la iglesia matriz de todas las parroquias y beneficios que fueron creadas en el territorio de Taoro. Se funda una ermita en el lugar de rendición de los régulos guanches (12). En la primavera del año 1496, entre marzo y abril finaliza la conquista de Tenerife sin documentar el día exacto (13), cálculo hecho atendiendo a la carta del 8 de junio de 1496 del embajador Francesco Capello al líder de su república, el Dux de Venecia, relatando la llegada de Alonso Fernández de Lugo con los reyes guanches de Tenerife a la corte de los Reyes Católicos, en aquel momento en Almanzán, escenificando la sumisión y juramento de obediencia ante Isabel y Fernando (13).
Por otro lado, las sinodales del obispo Don Diego de Muros mencionan la donación de tierras a la iglesia de “…Santiago del Realejo de arriba” (14).
Hacia 1515 existen otros dos beneficios en la comarca de Taoro, Ntra. Sra. de la Concepción de La Orotava y San Pedro de Daute en Garachico. Posteriormente en 1533 se funda Ntra. Sra. de la Concepción del Realejo de Abajo, en 1542 la parroquia de Santa Ana de Garachico y la aceptación del Obispo para recibir el sacramento en la ermita de San Juan Bautista en San Juan de la Rambla.
DIEGO DE MUROS OBISPO DE CANARIAS
El proyecto de evangelización misional formulado desde Mallorca, por facciones franciscanas inspiradas en la filosofía de Raimond Lull (5), condujo a la creación del eremitorio de Candelaria hacía 1455, contando que sepamos, con la protección de los papas Pio II y Sixto IV (13).
Básicamente la presencia mallorquina, normanda y portuguesa desembocó en el reconocimiento de la pertenencia del archipiélago a la corona de Castilla, por tanto, definida con sede obispal como sucedía en otros lugares de la corona. Esta se llamó “Rubicón” desde 1404 por tener sede en Lanzarote, con el nombramiento sucesivo de obispos con predominio franciscano aunque algunos no llegaron a residir en las islas. Con Tenerife se ultima el proceso de conquista, imponiendo los Reyes Católicos el nombramiento de Diego de Muros a la sede vacante de Canarias, protegido del cardenal Mendoza, sobrino del obispo de Tuy del mismo nombre y primer colegial de Santa Cruz de Valladolid, si bien el papa en Roma tenía el derecho de proveer las vacantes según su beneplácito, en aquel entonces, concedían las mitras a aquéllos que proponían los Reyes Católicos (15).
El obispado de Canarias no era un honor apetecible con su recién traslada sede de Lanzarote a Gran Canaria, por tanto, aún no tenía catedral para poner en funcionamiento el cabildo, ni las iglesias y parroquias realizaban un normal desarrollo eclesiástico.
El nombramiento de Diego de Muros se produjo hacia el 21 de julio de 1496, encontrando en la amplia documentación de la trayectoria previa de este gallego, su nombre como “Canónigo Compostelano”, título que conservó hasta el día de su nombramiento para obispo de Canarias. Se calcula su llegada hacia finales de 1496, celebrando el primer sínodo de su pontificado el 23 de octubre de 1497 (14), estimando entre sus posibles decisiones, mantener la Virgen de Candelaria en la cueva para acudir en peregrinación santa a sus celebraciones desde La Laguna y otros lugares. En el segundo sínodo en 1506, incluye en el calendario de festivos de la diócesis de Canarias el día 2 de febrero festividad de Nuestra Señora (13).
Un hecho importante y relevante de Diego de Muros en relación sobre sus posibles decisiones a cerca de la Imagen en la cueva de Candelaria y los caminos de peregrinación hacia la misma en celebración del rito jubilar, es la evidencia histórica que las Bulas de nombramiento de Muros Obispo de Canarias, se desconoce si en vida o en muerte de su titular, fueron a parar a los pies de la Virgen de Guadalupe en Extremadura, a la que profesaba una importante devoción (15). No se escapa a nadie, el origen y culto de la orden de los Caballeros de Santiago a la Virgen de Guadalupe, además de la labor de protección de peregrinos por el camino a la catedral de Santiago de Compostela.
La mayoría de iglesias de Taoro fueron fundadas años después de su fallecimiento en 1506, hecho que no descarta su relación Jacobea y el legado de Diego de Muros sobre este rito, observando en las posteriores mandas testamentarias de colonizadores y guanches, numerosas aportaciones a la Catedral de Santiago de Compostela, cantidades recolectadas cada año por un enviado de la misma a Tenerife (11).
HITOS Y TOPONIMIA DEL CAMINO EN CINCO SIGLOS
El recorrido entre el punto de inicio del Camino de Taoro por Chivisaya desde este antiguo reino aborigen (no descartando el trazado por otros lugares del norte desde Daute) y el lugar final de trayecto en el santuario de Candelaria, ha tenido su reflejo en la toponimia de la isla o en decisiones bastante llamativas a lo largo de los últimos cinco siglos, enumerando las que dispongo en el momento de presentar este trabajo, relacionadas por localización geográfica respecto al inicio y final del recorrido pero sin un orden temporal para marcar el trazado basado en varios datos de la peregrinación histórica.
En 1617 el matrimonio formado por Cristóbal López de Vergara y Juana Grimón obtienen licencia para fabricar una ermita en su Hacienda de La Gorvorana, sita en el Realejo Bajo de Taoro, de fachada con frontispicio semicircular, decoración mudéjar de su artesonado y con imagen titular de Nuestra Señora de Guadalupe de iconografía extremeña en la hornacina central del templo.
El origen de la iglesia de Nuestra señora de la Concepción en del histórico Realejo Bajo, fue la construcción de una ermita dedicada a Santa María de la que consta existencia hacia 1516, dependiente de la Iglesia de Santiago de Taoro, siendo un beneficio parroquial independiente desde 1533, con dos portadas jacobeas de las tres que cuenta el templo.
Es lógico pensar qué hacia la primavera de 1496, al finalizar las contiendas bélicas, se celebró una liturgia conmemorativa del mismo en el lugar que más tarde se erige la iglesia Santiago de Taoro, en honor al apóstol que es invocado por las huestes y milicias castellanas al entrar en combate, aunque no conviene descartar que fue una decisión del prelado Diego de Muros, ex canónigo compostelano, cuya fabrica durante las posteriores décadas, nos deja la mencionada «portada jacobea» labrada en 1570 por Juan Benítez como la portada principal del templo.
La iglesia Nuestra Señora de la Concepción de la Orotava fue ermita erigida como curato por obispo don Diego de Muros, dependiente de Santiago de Taoro, segregada en 1514 tiene una importante reforma de ampliación hasta ser iglesia y posterior beneficio hacia 1532. Tras los daños por la erupción del 2 de febrero de 1705, sobre la mitad del siglo, su importante deterioro finaliza en nueva construcción en el mismo lugar, en el edificio actual que tiene en el acceso norte su portada jacobea.
Pino Alto (6) fue el primer lugar de entrada al Valle de la Orotava desde San Cristóbal de La Laguna por el Camino de los Guanches, punto de paso del este camino hacia Candelaria por la Morra Izarda.
El Camino de Candelaria en Santa Úrsula lleva el ascenso por los altos de la Corujera hasta el descanso en el Corral de Los Jacobinos donde se inicia un camino con el mismo nombre hasta la cumbre.
La Cama de los Difuntos en el comienzo del recorrido por la banda sur y la conocida Cruz del Humilladero son dos lugares destacados en el trazado hacia la conocida Chivisaya en los altos de Candelaria, llegando a Malpaís de Candelaria por el camino la Cruz, donde se une en este lugar con el también histórico camino de la Virgen desde Taoro por Aguamansa que baja por la caldera de Pedro Gil hacia Arafo.
Es necesario recordar las documentadas celebraciones de la Candelaria del siglo XVIII (16), describiendo el recorrido procesional desde su primera basílica (desaparecida en el incendio de 1789) hacia la Cueva Achbinico o de San Blas, luego por la playa hasta la ermita de Santiago junto al Pocillo Santo, regresando hasta la ermita de la Magdalena sobre el risco y retorno a su templo para finalizar.
Otro elemento a destacar de los Caminos Jubilares de Tenerife al santuario de La Candelaria de Los Guanches, son las dos desaparecidas ermitas en el pueblo de Candelaria. La ermita de La Magdalena sobre el risco de mismo nombre detrás de la actual Basílica en el Camino Real del Sur y la ermita la de Santiago en la punta de igual denominación donde se localiza el muelle de Candelaria en la actualidad.
PEREGRINAS Y ROMERAS
La interesante investigación de Lorenzo Santana Rodríguez, nos aporta el dato importante que son mujeres las que realizaban la peregrinación o romería a Candelaria atravesando la cumbre (16). Incluye la cita del 3 de enero de 1629 de los capitanes Doménigo Rizo, Doménigo Grimaldo Rizo, …
… Andrés Hernández y Cristóbal Hernández, alhondigueros, contratando a Amador Perera, portugués, vecino de La Orotava, que se obligó: “de haser un camino que vaya de este lugar al de Nuestra Señora de Candelaria por el camino del Pino. A de ser muy bueno y sufisiente, que vaya y venga por él un honbre a caballo. Y a de ser muy bueno”(17) (AHPT PN, 2997, escribanía de Juan González de Franquis f. 1r, 3/1/1629).
Otra información interesante, trata sobre la infraestructura espiritual en el santuario de Candelaria por laicos para la atención de los romeros, la aporta el testamento de Inés Hernández (17), vecina del Realejo de Arriba, otorgado en ese mismo lugar el 31 de marzo de 1589: “Ytem mando se den de limosna a la beata de la yglesia de Nuestra Señora de Candelaria desta ysla, que dizen la Siega, doze reales para que me cunpla vnas novenas que yo tenía prometidas de yr a hazer a la dicha yglesia de Nuestra Señora y no las pude hacer. «(17) (AHPT PN, 3577, foliación perdida, 31/3/1589.).
Se mantiene por tradición oral y escrita en la historia de la Iglesia Parroquial de la Gloriosa Santa Ana de Candelaria, iglesia parroquial matriz de la comarca sureste de isla desde 1539, el suceso en la cumbre de Candelaria, entre la Morra Izarda y Chivisaya, cuando un grupo de cinco mujeres fallecieron de frio, bajando a Candelaria a la fiesta del 2 de febrero. La tradición oral de Candelaria nos dice “La flor de la Gorgolana murió en Chivisaya y la enterraron en Santa Ana” dicen por la belleza de una de estas mujeres desconocidas. La gente de Candelaria fue a la cumbre a buscar sus cuerpos para dar cristiana sepultura en la Iglesia de Santa Ana y se hizo cargo de sus costes la Hermandad de la Santa Misericordia por pobres, con el entierro de mayor entidad que se pagaba en la época. Parece con procedencia, muy posiblemente, del ámbito de la Gorvorana en el Realejo Bajo, a decir por el nombre que nos llega por la tradición oral.
EL CAMINO JACOBEO POR CHIVISAYA
Para la publicación del folleto que tengo en curso, marco el inicio de la ruta en la histórica ermita de Nuestra Señora de Guadalupe en la Gorvorana, teniendo presente que esta ruta del norte nos llega desde las tierras de Daute, utilizando los históricos caminos de Taoro del antiguo mapa (17), la relación con Diego de Muros por la tradición peregrina del Camino de Santiago y la tradición oral de Candelaria sobre la “Flor de La Gorgolana”.
Desde la ermita de la Gorvorana, en la finca del mismo nombre, saliendo en dirección a Nuestra Señora de la Concepción del Realejo Bajo por las vías de la Gorvorana para girar a la izquierda en las Toscas y las Longueras, nuevo giro a la izquierda por El Castillo, los Barros, haciendo giro a la derecha en San Agustín y también en la Alhóndiga que ya nos conduce a la primera puerta jacobea en la iglesia de N.S. Concepción del Realejo Bajo.
Desde la misma sigue el trazado del viejo camino por calle Cruz Verde, El Medio y Godinez hasta llegar a la iglesia de Santiago Apóstol de Realejo Alto, pasando por su esbelta puerta jacobea.
Continuamos por el viejo camino hacia la Zamora y luego La Montañeta, lugar donde se une con el histórico camino desde el Realejo Bajo a la Orotava, enfilando la ruta por el antiguo camino de La Luz y San Miguel siempre al paso de cruces, capillas y ermitas, donde por Viera y luego Cólogan llegamos a la puerta norte jacobea de Nuestra Señora de la Concepción de la Orotava.
Nuestras peregrinas no fueron ajenas al bullicio social de la Villa, realizando un descanso en el camino de peregrinación, por tanto, La Orotava es punto central de recorrido urbano de esta ruta histórica a Candelaria por Chivisaya
Por el corazón histórico de la Villa sigue el camino por las calles Tomás Pérez, izquierda por carrera Escultor Fernando Estévez, derecha por Tomás Zerolo y a la izquierda en San Agustín, alcanzando la ladera del barranco hasta la trasera del Liceo Taoro, por la vereda que se hace histórica vía y que sube hasta el Camino Los Guanches en La Florida para subir hasta el antiguo paso de Pino Alto. Sigue la cuesta para llegar al Camino de Candelaria de Santa Úrsula, con el descanso y agua en la Cruz de la Atalaya, continuando el ascenso a la cumbre por el monte hasta el lugar de descanso en Corral de Los Jacobinos. Luego, junto a la pequeña Cruz, parte el Camino de Los Jacobinos hasta alcanzar la ladera del Lomo del Confesionario y el pequeño altar en su lado norte para luego llegar a la cumbre por la Morra Izarda, completando la ruta por la banda norte.
Comienza el descenso del trazado de nuestro camino en el rellano “La Cama los Difuntos”, posible nombre y lugar en la toponimia del óbito de las cinco peregrinas del 2 de febrero, entre los frondosos pinares hasta la “Cruz del Humilladero”. Desde esta cruz en las medianías de Candelaria se hace fuerte la bajada por el camino de Los Belloteros, alcanzando el camino del Barrero en Chivisaya hasta el sitio conocido por Las Hermosas, donde lo conocemos como Camino de La Cruz hasta el pueblo de Malpaís de Candelaria, lugar donde el camino se une al otro que viene de Taoro por Aguamansa, descendiendo y pasando junto al histórico volcán hasta Arafo. Nos resta el tramo final pasando por Guarrajo y Guanches de la Virgen de Candelaria para arribar a Santa Ana y finalizar en el santuario de la Patrona General del Archipiélago Canario, al cuidado de los reyes guanches de Tenerife y luego una especial visita a la Cueva Achbinico, lugar donde hace más de 550 años empezó nuestro camino, nacido del amor y devoción por La Candelaria de los Guanches. En el siglo XVIII tras los sucesos de la erupción del volcán del 2 de febrero de 1705, en la Villa de la Orotava la piadosa promesa de los villeros a su patrona por su ayuda y protección.
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BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
1. SANTIAGO CAZORLA LEÓN-JULIO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, “Obispos de Canarias y Rubicón”.
2. JUAN BETHENCOURT AFONSO, “Historia del Pueblo Guanche”.
3. JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, “Historia de Achmaye-Guayaxeras Achoron Achaman”.
4. MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ GÓMEZ, “Reflexiones entorno al Pleito de Los Naturales”.
5. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, “La Candelaria de los guanches, la de los agustinos y la de los dominicos. Dos visiones opuestas del culto candelariero”.
6. FRANCISCO BÁEZ HERNÁNDEZ, “El repartimiento de Tenerife (1493-1569)”.
7. FRAY MARTÍN IGNACIO DE LOYOLA, “Viaje alrededor del Mundo”.
8. FRAY JUAN GONZÁLEZ DE MENDOZA, “La Historia del Gran Reino de la China”.
9. JOSÉ ANTONIO CEBRIÁN LATASA, “Supervivencia Guanche en el término jurisdiccional de Taoro” del suplemento “Aislados, Arte y letras del Archipiélago” .
10. CARLOS RODRÍGUEZ MORALES, “Medalla de la Virgen de Candelaria” h. 1685”.
11. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, “Las portadas jacobeas del beneficio de Taoro, en la isla de Tenerife”.
12. JOSÉ TRUJILLO CABRERA, “Guía de la Diócesis de Tenerife”.
13. ANTONIO RUMEU DE ARMAS, “La Conquista de Tenerife de 1494 a 1496”.
14. FRANCISCO CABALLERO MUJICA, “Canarias hacia Castilla”.
15. JOSE LUIS GONZÁLEZ NOVALIN, “Don Diego de Muros II Obispo de Canarias”.
16. DÁMASO QUESADA CHÁVEZ, “Canarias Ilustrada y puente americano”.
17. LORENZO SANTANA RODRÍGUEZ, “Cuando las romeras cruzaban la cumbre para cumplir con la Candelaria”.
18. Fotos del archivo personal de la autora, números según aparición en el texto: 7,8,9,10,11,12,13,15,17,18, 20 y 23.
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