1554. El primer traslado de la Santísima Virgen de Candelaria
Autora: Mercedes Castellano Fariña
Publicado en esta página el 21 de noviembre de 2025
La primera ocasión que se lleva la Virgen de Candelaria a La Laguna, tiene lugar en julio o agosto de 1554, como consecuencia del temor a saqueos franceses por la guerra de 1551-1559 conocida como “la guerra italiana”, cuando Enrique II de Francia, casado con Catalina de Medicci, declaró la guerra al emperador Carlos I con la intención de reconquistar territorios en la península italiana.
Publicaciones en prensa más recientes, databan este primer traslado un año más tarde. El rigor y la veracidad histórica, exige aportar las pruebas documentales que no permita lugar a dudas. En primera instancia, estas fueron aportadas por Néstor Álamo en su publicación de enero de 1953, motivado como el mismo expresa, por la reedición del libro de Fray Alonso de Espinosa, donde en la introducción de la obra junto a dos trabajos de Buenaventura Bonnet y de Elías Serra, Goya Ediciones incorporo su trabajo publicado en prensa con el título “El milagro de Fray Gil”.
Se trata de las comparecencias y testificales ante el comisario de Santo Oficio de La Laguna el 30 de enero de 1555, consecuencia del robo de la imagen de la Virgen, apareciendo en Candelaria dos días más tarde para la celebración de su festividad.
La imposibilidad de averiguar la forma y momento de ejecutar los hechos, además de quien o quienes fueron los autores, hizo finalizar las pesquisas declarando el suceso como un milagro, regresando sola la Virgen a su iglesia en Candelaria, por tanto, un milagro atribuido al vicario dominico de Candelaria Fray Gil de Santa Cruz, por sus numerosas rogativas a la Virgen a tal fin, ante la negativa del provincial de su orden a la solicitud de traslado al santuario en Candelaria para la celebración de su festividad.

Foto de las copias del expediente original del robo en los archivos de la Santa Inquisición.
En los fondos documentales de la Santa Inquisición en Canarias, localizadas en el Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, se hallan los siguientes testimonios, precedidos con la transcripción de la siguiente portada:
“Tenerife.—Año de 1555.—En treynta de Enero de MDLV años [roto].—Sobre el tornar de la ymagen de Nra. Señora de Candelaria cuando la llevaron escondidamente de la Ciudad de La Laguna a su casa.—Legajo 12 de Suspensos.—Tenerife.”
DECLARACIONES JURADAS EN INFORMACIÓN DE LA SANTA INQUISICIÓN (1)
1. FRAY VICENTE CALÇADILLA
Comienza la declaración del padre fray Vicente de Calzadilla, sacerdote sacristán del convento de Santo Domingo de Guzmán de La laguna, que establece la fecha aproximada de su llegada a La Laguna, en unos cinco meses más o menos, añadiendo sobre la imagen de Nuestra Señora de Candelaria, que recibe gran devoción en las islas y que ordinariamente suelen ir en “romería a su casa” desde esta isla y de otras partes.
Su declaración jurada incluye la afirmación relevante sobre el lugar de la aparición de la imagen en el arenal de Candelaria, contradiciendo a lo relatado casi cuatro décadas más tarde por el también dominico fray Alonso de Espinosa. La diferencia entre ambos es clave e importante, fray Vicente lo hace bajo juramento ante la Santa Inquisición mientras que Espinosa lo plasma en un libro bastante controvertido por los datos falsos que contiene, ya bastante demostrado con pruebas documentales, además del dato poco conocido sobre que Espinosa finalizó encarcelado por la Santa Inquisición en Las Palmas.
Fray Vicente de Calçadilla declara bajo juramento:
“ …porque se a hallado que a hecho muchos milagros y en su casa y lugar donde suele estar es en el término de Güjmar lug^ar despoblado junto a la mar, donde se dize que fue hallada la dicha ymagen a la orilla de la mar y allí está hecha una yglesia donde la dicha ymagen suele estar en el altar mayor…”

Se sabe que el término de Güimar se refiere al nombre del territorio o reino guanche, pues los datos poblacionales que aportan las tazmías, indican sobre la gran hacienda o mayorazgo de San Juan, origen del actual Güimar, sólo contar con la casa del titular del mayorazgo, alguna casa para los esclavos y el molino azucarero.
La hacienda en ese instante estaba en manos de varios titulares que terminan vendiendo más tarde a Pedro de Alarcón y su mujer Argenta Franquis. Por tanto, fray Vicente de Calzadilla está dejando un testimonio documental jurado del lugar de su hallazgo distinto a Espinosa con una antelación de 39 años.
También declara que el día anterior, cuando ya la iglesia de Santo Domingo estaba vacía, como sacristán cerró las puertas con llave, vio la imagen en el altar mayor y salió por la puerta de la sacristía, cerro con la llave y se llevó todas las llaves a su celda y no volvió a la iglesia hasta el día siguiente que abrió sus puertas y la imagen no estaba en el altar, ni en otra parte, ni en el monasterio.
Hay algunos detalles adicionales en su declaración sobre el número de frailes del convento, su negativa de localizar rastro o señal en el altar mayor sobre dicha sustracción y dando el nombre de la primera persona que entro esa mañana en la iglesia.
El pasado 20 de octubre, hallándose la Virgen de Candelaria en Santa Cruz, llevé un grupo de Ciudad Real de visita guiada a la capital, por tanto, entramos a ver a la Virgen en la Iglesia de la Concepción de Santa Cruz. Al ver que estaba vestida de blanco recordé la descripción de fray Vicente de Calçadilla 470 años antes:
“Preguntado qué vestidos tenía la imagen de Nuestra Señora ayer noche, cuando dice que quedó en el altar, dijo que estaba vestida toda de damasco blanco, una saya, y una saboyana, y una corona de oro en la cabeza.”
Foto del 20 de octubre de 2025 en iglesia La Concepción de Santa Cruz de Teneri9fe
2. FRAY TOMÁS DE MOLINA PROVINCIAL DE SANTO DOMINGO
Sigue el testimonio de fray Tomás de Molina, provincial de la orden de Santo Domingo de Guzmán, manifestando que oyó levantar a fray Vicente Calzadilla, sacristán del monasterio porque tiene la celda junto a la del testigo. Le pidió hacer la primera señal de prima antes que otra cosa, pero el sacristán dijo que había gente llamando en la poterna y la puerta de la iglesia que quería ir abrir. Así lo hizo, luego la señal y que al poco llegó a la celda para decir que la imagen de Nuestra Señora no estaba en el altar mayor. Sigue declarando que fue a la iglesia con otros frailes y que la imagen no estaba, llegando hasta el altar buscando huellas o señales y que no había ni en otro lugar de la iglesia ni fuera. Declara que preguntó a fray Vicente si cerró las puertas de la iglesia. Este respondió que las cerró todas y que así las encontró.
Esta declaración aporta los datos sobre el origen de la corona de oro de la imagen:
“Esta Preguntado qué vistido tenya la ymagen de Nuestra Señora dixo que estaba vestida de damasco blanco y con una Corona de oro en la cabeça la qual Corona le fue enbiada dende las Yndias por un devoto desta ymagen y que ésta es la verdad y lo que sabe”.
Finaliza el testimonio, diciendo que Fray Gil de Santa Cruz, vicario del convento de Nuestra Señora de Candelaria en el término de Güímar le dijo el día anterior, que había muchas quejas porque la Imagen no estaba en su casa y que harían mal en no llevarla. El testigo le dijo que dejara ese tema en ese momento, pero fray Gil dijo que le rezaba y rogaba a Nuestra Señora para que se fuese a su casa.

3. PERO PACHO UN VECINO
Pedro Pacho declara haber acudido muy temprano a rezar, la iglesia ya estaba abierta y había dos mujeres orando de rodillas a mitad de la iglesia. Se acercó a la reja de la capilla del altar mayor, donde junto a las gradas del altar de rodillas comenzó a rezar, alzando la vista viendo que faltaba la imagen. No se alteró por ello porque sabía que a veces la suelen bajar para vestir. Al poco apareció fray Vicente para encender lumbre porque no había en dicha capilla, exclamando que la imagen se la han llevado. Pedro sugiere preguntar a otros frailes por si la han bajado para vestir, para luego salir espantado, cuando llegó fray Francisco de Santo Domingo y le dice que la imagen no estaba en otro lugar del monasterio.

4. FRAY FRANCISCO DE SANTO DOMINGO
El testimonio de fray Francisco es el compendio de repreguntas formuladas en las tres declaraciones anteriores de la información, la del sacristán responsable de cerrar y abrir la iglesia, el provincial de la orden dominica y un vecino de los primeros en entrar la mañana de la desaparición de la imagen.
En primer lugar, ratifica que la Virgen fue traída a La Laguna en julio o agosto por el motivo “temor a un ataque francés”, estando en la iglesia de Santo Domingo en el altar mayor. También que la noche del 29 de enero, después de estar cerrada la iglesia y monasterio, todos los frailes estaban juntos, luego después de maitines se encerraron todos bajo una clausura. Dice que estuvo en el coro hasta finalizar maitines y luego se quedó a orar viendo que la imagen estaba en el altar y se retiró a su celda.
Relata que la mañana del 30 de enero aún sin amanecer para decir la primera misa rezada, saliendo de su celda se encontró con el sacristán fray Vicente de Calçadilla que venía de la iglesia espantado, diciendo que no estaba la imagen de Nuestra Señora de Candelaria. En su incredulidad fue al coro de la iglesia y desde allí miró el altar y no estaba la imagen, bajando a la capilla y llegando al altar, se encontró a un hombre rezando (Pedro Pacho), quien le preguntó por la imagen de La Candelaria, respondiendo que el no sabía. Declara que se acercó hasta el altar y no encontró rastro o señal de gente que se hubiese llegado a llevar la imagen, ni en la iglesia ni en otro lugar del monasterio.
Ratifica la ropa que tenía la imagen como la declaración del sacristán y del provincial, siendo también preguntado si tiene sospecha o sabe o ha oído que alguna persona o personas, frailes o clérigos o legos se hayan llevado la imagen, siendo su respuesta que no tiene sospecha de ello y que no sabe ni sospecha que persona lo hizo.
En dato nuevo e importante del testimonio de fray Francisco, que está estrechamente ligado con una parte de la siguiente testifical de fray Gil de Santa Cruz, es la celebración de una reunión, de todos los religiosos, para hablar de los preparativos de celebración de la festividad de Nuestra Señora en procesión desde la iglesia de su monasterio el próximo sábado. Dicha reunión fue celebrada el martes 29 de 1555 según el calendario juliano en vigencia en ese momento, siendo la celebración y procesión del 02 de febrero en La Laguna por primera vez fuera de su iglesia en Candelaria.

5. FRAY GIL DE SANTA CRUZ, VICARIO DE CANDELARIA
Lo primero destacable de su testimonio, es su condición de vicario de Candelaria hasta el día anterior que fue destituido por el provincial fray Tomás de Molina. La explicación del cese la explica con el preámbulo de ser testigo en Los realejos y la Orotava que muchos le decían de llevar la imagen de Nuestra señora a su casa, que en su día solían ir en peregrinación a su casa, no lo harían a La Laguna o con la misma devoción. También dice que hizo misa en La Victoria de Acentejo y el La Orotava, suplicando a Nuestra Señora que se fuese a su casa para su día del 2 de febrero, teniendo cuidado de rogar a Dios que encaminase como fuese la imagen de Nuestra Señora a su casa en Candelaria.
Habiendo llegado el 29 de enero al monasterio, lo habló con el provincial, pidiendo que diese la orden para llevar la imagen a su casa como era el deseo de todos los pueblos de la isla, pero su insistente petición fue motivo de enojo y el padre provincial le absolvió como vicario de Candelaria.
Reafirma los detalles de la presencia de la imagen y rezos ante ella la noche anterior y lo testificado por los anteriores testigos sobre la mañana del 30 de enero de su desaparición.
Finaliza su testimonio manifestando que Dios la llevó para estar en su casa el día de su fiesta porque siempre tuvo esa esperanza y por sus continuas suplicas para que así fuese.


La Candelaria en la iglesia de la Concepción del Realejo Bajo, desaparecida en incendio de 1978
La Candelaria en la iglesia de la Concepción de La Orotava.
.La Candelaria de la iglesia de Santo Ángel de Sevilla.

- La Candelaria en la iglesia de Santa Úrsula de Adeje.
La Patrona General del Archipiélago Canario en su basílica de Candelaria.
CONCLUSIONES
La primera ocasión que llevan la Virgen de Candelaria a La Laguna fue el verano de 1554 (julio o agosto), según las declaraciones de fray Vicente de Calçadilla, del provincial Tomás de Molina y de fray Francisco de Santo Domingo.
El lugar de aparición de la Virgen de Candelaria es la Cueva Achbinico de Candelaria a tenor de la declaración de fray Vicente de Calçadilla en esta información de la Santa Inquisición de 1555.
No había intención de regresar la imagen a su santuario para su festividad por parte del provincial de Santo Domingo viendo la declaración de fray Gil de Santa Cruz, a quien llega a destituir como vicario, por su ferviente defensa para el traslado a su santuario, liderando los deseos de los devotos o piadosos de la isla.
Se preparaban los actos de celebración de la festividad de la Virgen de Candelaria en La Laguna como recoge la declaración de fray Francisco de Santo Domingo, siendo frustrados por el robo y luego aparición en su iglesia de Candelaria.
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1. Museo Canario, archivo Santa Inquisición en Canarias, expediente sobre el robo de la imagen de Nuestra Señora de Candelaria. Trascripción de Lorenzo Santana Rodríguez.