Monumentos (12). A Diego Crosa y Costa «Crosita»
Autor: José Manuel Ledesma Alonso
(Publicado en el Diario de Avisos el 25 de mayo de 2025)
El monumento levantado a Diego Costa y Costa “Crosita” en el Parque García Sanabria, en 1954, por iniciativa del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, consta de un busto de bronce, obra del escultor Nicolás Granados Raimundo, colocado sobre un pedestal de piedra con un escudo de bronce, donde aparecen grabadas dos de sus coplas: “Cuando una canaria quiere a quien la sabe querer, de tanto querer se muere y muerta quiere también”. “Todas las canarias son como ese Teide gigante, mucha nieve en el semblante y fuego en el corazón”.
Diego Crosa y Costa (Santa Cruz de Tenerife, 1869-1942) una de las figuras más populares y distinguida del Santa Cruz de finales del s. XIX y principios del s. XX, era de espíritu polifacético, con maneras de hombre de salón, mundano y locuaz, que tocaba el piano, imitaba personajes, improvisaba versos, dominaba el arte de la réplica…
Conocido popularmente como Crosita, sus coetáneos lo catalogaban como dramaturgo aplaudido, conversador amenísimo, periodista de vena cómica, poeta, autor de romances y folias, cónsul de todas las actrices, sopranos, danzarinas y cupletistas que venían a actuar al Teatro Guimerá.
Según su íntimo amigo Ramón Gil-Roldán, tenía dos personalidades; don Diego, el caballero que pasaba apuros económicos con la dignidad y el humor de la clase social a la que pertenecía, y Crosita, la figura popular del hombre de salón, arquetipo de bohemio seductor y mundano que mantenía el tipo a toda costa.
Como poeta, sus romances festivos aparecían en el periódico La Prensa, bajo el lema Musa Cómica. Entre sus composiciones poéticas de carácter regionalista destacan El Drago de Icod, Confesiones e Intimidades, y Romancero Guanche.
Sus coplas canarias, cantadas en todas las islas, fueron recogidas en su libro Folias, del que se realizarían dos ediciones, en 1923 y 1932. La primera, con prólogo de Antonio Domínguez Alfonso, se compone de 149 coplas, 80 de ellas bajo el epígrafe de Campesinas. La segunda edición incluye 164 coplas, divididas en dos grupos: la Ciudad y la Aldea.
Como comediógrafo, escribió el cuadro dramático Isla adentro y la comedia Senderos. También sería colaborador literario de la revista Artes y Letras.
Sus acuarelas están dispersas en colecciones particulares, muchas de ellas en Europa, pues las solía vender a los turistas que llegaban al Puerto. Sus dibujos al natural están recogidos en su libro Rincones de Tenerife. También llevó a cabo retratos y caricaturas de destacados personajes de la vida local, la mayoría publicadas en La Prensa. Fue ilustrador de la revista Castalia.
En el merecido homenaje que se le tributó a Crosita en el Teatro Guimerá, en 1934, fueron exaltadas sus cualidades artísticas, su esmerada educación y su notoria predilección por el agua de vida escocesa. En 1942 recibiría un homenaje póstumo en el Círculo de Bellas Artes de esta capital, en el que su figura sería encumbrada por don José Manuel Guimerá.
– – – – – – – – – – – – – –