El Museo Militar y la Gesta del 25 de Julio

Por José Delgado Salazar (Publicado en El Día el 25 de julio de 1997).

 

          El Fuerte de Almeyda fue proyectado por el coronel de Ingenieros don Sebastián Clavijo Pló y construido en la huerta de Los Melones (1859) del tipo "Vauban", en cuyo lugar se halla alojado el Museo Militar Regional de Canarias, inaugurado el 25 de julio de 1988, y donde se encuentran las joyas más preciadas por todos, el cañón Tigre, fundido el año 1768 en Sevilla, después de tan largo peregrinaje por fin está en Almeyda, con el cual fue herido Nelson en su brazo derecho desde la batería de Santo Domingo, ordenada demoler (13-10-1868) adyacente al castillo, y las banderas de combate de la fragata Emerald y la que pretendían izar los ingleses en el castillo de San Cristóbal (1575-1928).

          Las banderas tomadas al enemigo son el recuerdo perenne de tan memorable acción, en que, con fuerzas bisoñas, no dudaron en hacer frente a la poderosa escuadra del contraalmirante Sir Horacio Nelson y Bronte, y en la que ni la sorpresa ni la astucia, ni el decantado genio naval del contraalmirante, pero que no impresionó al puñado de valientes tinerfeños que, por españoles, no se dejaron amedrentar ante tan ilustre marino. Se le frustró el intento de apoderarse de la isla que tan fácil debió parecer a Nelson.

          Pero Horacio Nelson le dio gloria al villorrio de Santa Cruz. El hombre más temido en los mares, enemigo de la libertad, sucumbió a la tentación de Tenerife.

          En el Museo de Almeyda se puede contemplar y examinar en todos sus aspectos, desde las maquetas de los fuertes, documentos, cuadros, los navíos a escala que participaron en el desembarco a Santa Cruz, planos, mesa en donde se firmó la capitulación, seria muy prolijo enumerar lo que se encuentra en la planta alta del citado museo, tanta y tan variada es la documentación que atesora y atestigua en sus vitrinas la Gesta del 25 de julio, los elementos esenciales para los estudiosos, las fuentes documentales.

          Los textos que acompañan en el Catálogo son, en primer lugar, una serie de artículos de carácter histórico, que nos obsequian y sitúan a la obra en el contexto cultural de su tiempo La segunda parte es un análisis de documentos, cuadros, etcétera, al igual que el libro Fuentes documentales del 25 de julio de 1797, escrito por nuestros compañeros Pedro Ontoria Oquillas, Luía Cola Benítez y Daniel García Pulido.

          De la exposición, que fue inaugurada el día 5 del pasado mes de mayo, cabe destacar toda una serie de datos sobre la Gesta, por lo que su visita es altamente recomendable, por lo que quienes acudan a la misma guardarán un grato e interesante recuerdo.

          La conjunción de estos esfuerzos es digna de encomio y ha permitido la realización de esta exposición retrospectiva. Los textos expuestos en vitrinas y paredes ofrecen datos de carácter histórico, que sitúan a la exhibición en el contexto cultural de nuestro tiempo, destinada a orientar al visitante.

          Ni la colección ni el catálogo hubieran podido realizarse sin la eficaz ayuda del Museo de Almeyda, en la responsabilidad de su director, el incansable coronel don Juan Tous Meliá, que ha hecho un trabajo excelente, si señor. La idea de organizar una exposición nació en el seno de un pequeño grupo de personas interesadas e incluso apasionadas en rememorar la Gesta y al general Antonio Gutiérrez Otero, que en breve se celebrará solemnemente el Bicentenario, digno de ser recordado y exigir un monumento para perpetuar al personaje más carismático de la hazaña del 25 de julio. Ya que no fue incluido en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós (1843-1920), don Benito, que estuvo comiendo en la fonda del Inglés Robertson, en la calle San Francisco 11, en el antiguo caserón de la familia Le Brun, el recordado Hotel Camacho, esquina a la calle de El Tigre, ex Señor del Huerto, actual Villalba Hervás, Miguel (1837-1899), antigua residencia del general Antonio Gutiérrez, en su escala en Tenerife en tránsito a Cádiz el 13 de septiembre de 1864, la vivió ajeno a la realidad a sus 21 años de edad, algo etéreo en el episodio de la gesta 25 de julio. Con respecto al proyecto del monumento a alzarse, cuando se digne el Excelentísimo Ayuntamiento y asuma la responsabilidad a conceder la licencia de ubicación, dentro de esta maraña de confusionismo.

          Hay que ser consciente de esa actitud, ya que en su momento se pidió audiencia al Sr. Alcalde. Hasta hoy hermetismo puro. Si hubiese sido para los carnavales, eso sí, pero para levantar un simple plinto a la memoria del general don Antonio Gutiérrez de Otero, el mayor olvido posible es evidente por parte de estos señores; no minimizar el citado proyecto, porque la historia les juzgará y exigirá la máxima responsabilidad el medio de mañana por su ignominia, sería un gran error el dejar pasar la efeméride de la Gesta del 25 de julio y no realizar el conjunto del monumento de la calle General Gutiérrez, porque ningún tinerfeño medianamente sensible puede silenciar estos hechos; basta ya.

          Mi participación en esta iniciativa se debe a mis inquietudes y anhelos y al interés que para mí representa todo lo relacionado con el evento del 25 de julio de 1797. Es una fecha memorable para los tinerfeños, que es rendir culto a los antepasados en la derrota del contraalmirante Horacio Nelson y no olvidemos esta fecha tan conmemorable pasa todos los canarios.

          Queremos también expresar nuestro agradecimiento a las numerosas personas que han contribuido con sus préstamos y a todas aquellas que nos han permitido dar vida a este proyecto y a la ciudad, que ha sabido ver en esta iniciativa una justa revalorización y un homenaje al general Gutiérrez. Sin el apoyo moral y material de los miembros de la Tertulia de Amigos del 25 de julio, esta muestra no hubiera podido alcanzar su objetivo primordial.

          Queremos dejar constancia de ello y, a su vez, agradecer a quienes han contribuido económicamente en la suscripción abierta para erigir el monumento al general Gutiérrez, cuya cuantía no ha sido aún cubierta en su totalidad.

Deseo que nuestra esperanza se reavive por medio de esta exposición sobre la Gesta en un coloquio abierto, bastante debilitado durante tantos años. Me parece indispensable hoy en día para encontrar la dimensión vital que ha perdido a lo largo del transcurso del tiempo. Debemos hacer comprender y reflexionar sobre el hecho histórico, que muchas personas no han sabido valorar en su verdadera dimensión, de gran interés para los canarios.

          La labor que se viene realizando en el Museo de Almeyda nos hace concebir esperanzas sobre su futura conservación, no vaya a ocurrir como sucedió con el castillo de San Cristóbal, derruido en su momento, a pesar de diversas intervenciones contra su demolición. Entre los máximos defensores del castillo se encontraba el preclaro tinerfeño don Emilio Serra y Fernández de Moratín.

          El acto inaugural da la exposición del II Centenario de la Gesta estuvo a punto de deslucirse por la actitud de dos miembros de la fragata de Su Graciosa Majestad Británica Sommerset (F-240), de 3.500 toneladas, que venia bajo el mando del capitán de fragata M.W. Westwood; una presencia discordante y atipica en la farándula de los dos tripulantes. La serenidad de las autoridades presentes, que supieron atemperar el acto, fue una muestra de hidalguía castrense en el baluarte da Almeyda, donde flameaba la bandera nacional roja y gualda.

          Es una dicha que los tinerfeños tengamos y podamos conservar siempre esta reliquia de Almeyda, con su museo militar.