Presentación del libro de Jerónimo González Yanes "Historia de la Enfermería Militar Española"

A cargo de Emilio Abad Ripoll  (En el Club Deportivo Militar Paso Alto, Santa Cruz de Tenerife, el 23 de octubre de 2003)

         

          Hace exactamente tres semanas me correspondió presentar otro libro, el titulado A Los Rodeos voy… , de D. José Méndez Santamaría, Presidente de la Agrupación de Antiguos Miembros de las Milicias Universitarias, de la que también es integrante la persona que, con su obra Historia de la Enfermería Militar Española, nos ha congregado aquí esta tarde: D. Jerónimo González Yanes.

          Decía aquel día en la sede de la Agrupación que hacían falta libros como aquel, y hoy añado "y como éste", obras que, sin mayores pretensiones y gracias al esfuerzo investigador y recopilador de sus autores, consiguen mantener vivo el recuerdo de otras épocas, lo que ya de por sí es muy importante, y, a la vez, favorecen el trabajo y desbrozan el camino de quienes los sigan en la profundización de las respectivas temáticas expuestas.

          Y es que este libro que tenemos por primera vez en nuestras manos es un claro ejemplo de lo que acabo de decir.  Jerónimo es un hombre modesto, consciente de que su esfuerzo no será aireado por las grandes editoriales y de que jamás verá este libro en la lista de los más vendidos del país. Y ello hace que su trabajo tenga un doble valor. El autor ha buceado en los antecedentes históricos, ha desenmarañado la madeja de múltiples órdenes, normas, decretos, etc. que constituye el entramado legal del asunto, y ha conseguido ponerlo en orden, y aclararlo. Y así ha logrado el doble objetivo antes citado: por un lado, leyendo sus páginas recordarán unos (los que estaban directamente relacionados con la Enfermería Militar) como fueron aquellos tiempos pasados, y aprenderemos los demás cómo se fue forjando la actual estructura sanitaria de nuestras FAS; por otra parte, ha dejado el camino expedito a quién, más osado o con más tiempo, quiera seguir estudiando la Enfermería Militar española.

          Refiriéndonos más en concreto a la obra, nos habla el propio autor, en una breve introducción, acerca de su intención al escribir estas páginas y quiere destacar, como si de un escudo nobiliario se tratase, la humanitaria labor que los sanitarios militares españoles han desarrollado en el último siglo y medio y en casi todos los continentes, resaltando especialmente la intervención, prácticamente desconocida, en un conflicto como el de Vietnam, que ya parece tan lejano y que, sin embargo, formaba parte de la información diaria de nuestros veintitantos años.

          Pero González Yanes, fiel a su espíritu de investigador, no se contenta con lo meramente anecdótico, sino que, desde el mismo momento en que “se mete en harina”, desde las primeras líneas del primer Capítulo, empieza un repaso histórico sobre la Regulación Académica y las Corporaciones Profesionales existentes desde la famosa Ley Moyano, de Instrucción Pública, promulgada en septiembre de 1857, hasta llegar a 1980, cuando los ATS fueron homologados a los nuevos Diplomados en Enfermería. Y para los estudiosos y curiosos recoge la legislación y la normativa que, a lo largo de todo ese tiempo, va viendo la luz, para finalizar ese capítulo histórico con las especialidades existentes en 1987.

          Los tres capítulos siguientes los dedica el autor a estudiar la creación de los Cuerpos de Sanidad Militar en los tres Ejércitos, siguiendo el orden clásico de Tierra, Mar y Aire. En el estudio van apareciendo personajes muy conocidos, como nuestro Premio Nobel de Medicina D. Santiago Ramón y Cajal (¿cuánta gente conocerá que fue Capitán Médico?) y otros cuyos apellidos no le dirán nada a nadie, ... hasta que González Yanes no les hable de sus vidas, llenas de amor a España, al Servicio y a los demás. En el capítulo correspondiente al Ejército de Tierra nos detalla la ya citada ayuda prestada a la República de Vietnam del Sur, en 1966, y nos transcribe los nombres de los Practicantes militares que formaron parte de la expedición, de los que algunos de los que estamos aquí hemos conocido a D. Manuel Graña Francisco, fallecido hace poco tiempo, y que se retiró siendo ATS en nuestro, también extinto, Hospital Militar de Santa Cruz de Tenerife.

          En el mismo capítulo nos reseña las sucesivas reformas habidas en los últimos tiempos, con especial atención al tema de los ascensos, y lo termina apuntando la unificación, que detallará más tarde, de los Cuerpos Auxiliares de los tres Ejércitos en el común Cuerpo de Sanidad.

          Algo similar a lo anterior hace en el Capítulo dedicado a la Armada, al hablarnos de los primeros Practicantes Mayores de la Marina de Guerra de 1872, para llegar, en su parte final, a la situación existente antes de la unificación recién comentada.

          Y en cuanto al Ejército del Aire, el más joven de los tres, pues como ustedes conocen se creó en octubre de 1939, recién terminada la Guerra Civil, lógicamente la historia de sus Practicantes comienza en 1940. Repasa sus funciones, los empleos que se alcanzaban y, como ocurrió cuando trataba de los otros Ejércitos, las sucesivas integraciones entre las diferentes escalas y la legislación que daba el origen a todas las reorganizaciones.

          La similitud en la exposición y el desarrollo de esos tres capítulos habla bien a las claras del espíritu organizador, detallista y pedagogo de González Yanes.

          El capítulo V de la obra trata ya de la actualidad, de lo sucedido a partir de la promulgación de la Ley 17/1989, de la Función Militar, en la que, entre otros muchos temas, figura la creación del Cuerpo Militar de Sanidad, común a los tres Ejércitos e integrado por dos Escalas: la Superior, formada por titulados sanitarios superiores (Licenciados), y la Media, constituida por los ATS y los Diplomados en Enfermería. Y resalta la alegría que supuso para los componentes de esta Escala el conocer que podrían alcanzar los grados de Alférez a Teniente Coronel y la desaparición de lo que él califica como el “tapón frustrante”, que existía en los empleos más altos de la Suboficialidad.

          Pasa a hablarnos luego de otros Reales Decretos, como el 288 de 1997, por el que se aprueba el Reglamento de Cuerpos, Escalas y Especialidades Fundamentales de los Militares de Carrera del Cuerpo Militar de Sanidad, para concluir el capítulo exponiendo que, con la reducción de puestos en los escalones más altos de la Escala Media, se puede producir de nuevo aquel “tapón frustrante” ya citado, lo que, por otra parte, no es exclusivo del Cuerpo Militar de Sanidad.

          Para terminar su trabajo, el autor dedica un capítulo a los profesionales sanitarios que existieron en las antiguas Fuerzas de la Policía Armada y en la Cruz Roja, y se cierra prácticamente el libro con el Himno de Sanidad Militar, la Bibliografía utilizada y los agradecimientos a personas y grupos que han facilitado la importante labor investigadora de D. Jerónimo González Yanes.

          Y éste es, mal resumido y con la lógica brevedad a que obliga el acto, el libro. Una obra que, me apresuro a decir, no es el libro de cabecera que nos ayuda a coger el sueño, ni la novela que se abre y cierra a voluntad. Repito que es una obra fundamentalmente de investigación, que resume en sus pocas páginas la historia de la Enfermería Militar española, y gran parte de la de nuestra Sanidad Militar. Un trabajo, en fin, al que, como dije al principio, tendrán que acudir a partir de esta noche cuantos estudiosos e investigadores del tema, o de otros temas relacionados, quieran contar con datos fidedignos e históricos.

          Si empezaba mis palabras comentando lo que dije en un acto similar desarrollado hace tres semanas, ahora quiero referirme al futuro. Quizás desde los primeros momentos de mi vida militar, al leer aquella leyenda que adornaba la puerta de entrada al comedor y las cocinas de la Academia General Militar, aquella frase del Quijote: “El peso y cuidado de las armas no se puede llevar sin el buen gobierno de las tripas” se empezó a formar en mí una cierta inclinación para la Logística. Luego, la vida militar me ha enseñado cuán cierta es esa otra sentencia escuchada hace pocos años, cuando la anterior Guerra del Golfo: “Los aficionados hablan de Operaciones; los militares de Logística”.

          Por ello, y porque los de las Armas combatientes tenemos cubriéndonos las espaldas y ayudándonos a “mover, vivir y combatir” unos Cuerpos logísticos, con una Historia y una Cultura que, si no absolutamente desconocidos, siempre fueron “cenicientas” ante el brillo de las hazañas de los que portaban fusiles o manejaban cañones, creo que es una obligación ayudar a que aquellos vistan sus mejores galas y aparezcan en Sociedad con toda su importancia. Como consecuencia, el Centro de Historia y Cultura Militar del Mando de Canarias ha programado para el próximo mes un ciclo dedicado a la Medicina Militar y al Derecho Militar, ciclo que tendrá su continuación con otras dos fases el año 2004, que se ocuparán Dios mediante, de la Cartografía, la Economía, la Ingeniería, etc.

          De modo que la presentación de este libro no ha podido ser más oportuna, ya que constituye un inmejorable prólogo para actividades futuras; y, como continuación a lo que dije hace tres semanas, éste también está escrito por un “milicio”, que no olvida la época de su vida que pasó en el Ejército español, lo que a los que en sus filas seguimos nos enorgullece y alienta.

          Y termino. Gracias a D. Jerónimo González Yanes por su trabajo, su esfuerzo y su ilusión, en nombre de cuantos pensamos que la Enfermería Militar, como parte inseparable de la Sanidad Militar, constituye la primera de nuestras especialidades logísticas, por cuanto los a ella pertenecientes se empeñan y sacrifican en cuidar el más preciado tesoro de nuestros Ejércitos: la persona humana.

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