Los 100 años del COTIME (1)

 
Por Antonio Salgado Pérez (Retazos de su libro Los 100 años del COTIME (1908-2008). Remembranzas de la Escuela de Comercio).
 
 
Galería de Presidentes del Ilustre Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife (COTIME)
 
 
          En la contraportada del libro que se menciona en los anteriores títulos de crédito, figura el texto que a continuación transcribimos para una mayor comprensión de la nueva serie que hoy iniciamos.
 
          “Quien puede celebrar esta efeméride centenaria, suele alardear de tener consistencia histórica, que es lo que le  viene sucediendo al Colegio Oficial de Titulados Mercanties y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife (COTIME) que, al no olvidar su memoria, no ha perdido su humanidad, como se demuestra en este tomo redactado por Antonio Salgado Pérez que, siempre encariñado con esta entidad de solera y tradición recuerda en estas páginas a todos aquellos que han hecho posible, con dignidad y profesionalidad, que las ramas afines a sus conocimientos en la Isla han estado a la altura de las circunstancias.
 
          Antonio Salgado, que acentúa la calidad humana en los acontecimientos y actos de toda índole que se suceden en la narración, analiza exhaustivamente los orígenes y la evolución del Colegio a lo largo de los cien años de su existencia. Todos están en el volumen: los distintos directivos desde aquel lejano 1908; los que fortalecieron, con su presencia e inquietud, este colectivo; los que dictaron conferencias, cursillos y charlas en aras de profundizar y ampliar conocimientos atendiedo demandas; también están los que recibieron un diploma, una distinción, unos aplausos y el halago por el esfuerzo realizado o por el reconocimiento a la labor  desarrollada. Están aquí, igualmente, todos aquellos nombres que, en su día, celebraron sus Bodas de Plata y las de Oro con el Colegio que, desde sus albores, tuvo el lujo de instalarse en edificios de tanto rango como de belleza arquitectónica, como lo fueron, primero, el Ayuntamiento de Santa  Cruz y, más tarde, la emblemática Escuela de Comercio, ubicada en la calle Veinticinco de Julio, ocupando la Institución de Enseñanza Imeldo Serís, marqués de Villasegura, que fue legado de este insigne militar y político tinerfeño.
 
          Este libro, inédito, en su género, en España, con abaundante y seleccionada documentación gráfica, ha sido editado bajo el  generoso mecenazgo de CajaCanarias.
 
          El autor ha querido reflejar su sentido homenaje a toda esa  pléyade de ejecutivos impecables en el amplio y difícil campo de la contabilidad; asesores fiscales y financieros arraigados; funcionarios cualificados: ecuánimes auditores y empresarios solventes que tuvieron y siguen teniendo sus puntos de contacto y reencuentros en el citado organismo que, entre otros detalles, ha sido el único camino, por lo menos el más eficaz, para canalizar demandas y esperanzas; para defender títulos y derechos y, como ahora, para recuperar la memoria, porque sin ella no hay historia.
 
          Y esta historia, la del COTIME tinerfeño, ha sido recientemente renococida por el Consejo del Gobierno del Cabildo de Tenerife que, en su Pleno celebrado en el mes de julio de 2008, aprobó la concesión de la Medalla de Oro de Tenerife al Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife, ahora bajo la presidencia de Antonio Pérez Viera”
 
 
          Tras la transcripción de la contraportada que figura en el libro Los 100 años del Cotime; contraportada que, en su día, generosamente me brindaron plumas amigas, vamos a iniciar la serie anunciada con la semblanza del primer presidente que tuvo el actualmente denominado Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Santa Cruz de Tenerife (Cotime).
 
 
CAPÍTULO 1
 
1ª Etapa Presidencial Cotime: Melchor Ordóñez Alonso
 
ANSALPE-1 Personalizado
 
         
          Melchor Ordóñez Alonso, natural de Cebú (Filipinas), había cursado el bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros y los estudios de Profesorado Mercantil en la Escuela Superior de Comercio de Madrid. Además, era licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca. Aparece ya en los primeros claustros de la Escuela Superior de Comercio de Canarias, ubicada, como ya hemos indicado, en el Instituto General y Técnico de La Laguna. En 1907, toma posesión del cargo de secretario de dicha Escuela que, dependía, a su vez, de la Universidad Literaria de Sevilla. Figura en el primer cuadro de profesores de la Escuela de La Laguna, impartiendo Geografía Económica-Industrial y, más tarde, Historia del Comercio. En mayo de 1911 releva a Mateo Alonso del Castillo en la dirección de la Escuela Superior de Comercio, cargo al que renuncia al cabo de dos años, para retomarlo en 1917.
 
          Melchor Ordóñez participó activamente con los catedráticos Segovia García y Pérez Faraudo en la comisión encargada de redactar un informe para la asamblea preparatoria de representantes de Escuelas de Comercio y Corporaciones de Titulares Mercantiles. Integrado plenamente en la vida isleña, desempeñó diversos cargos en el mundo cultural y profesional de la época: presidente de la Real Sociedad Colombófila de Santa Cruz; vicepresidente del Real Club Tinerfeño; vicepresidente de la Comisión Provincial de la Excelentísima Diputación de Canarias; oficial-secretario de la Sección de Información y Publicidad del Consejo Superior de la Emigración, secretario-contador de la Junta de Obras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife.
 
          Entre sus distinciones destacan la Medalla de Plata de Alfonso XIII y el título de Comendador de número de la Orden Civil de Alfonso XII.
 
          En cuanto a sus publicaciones cabe mencionar «La cartilla del emigrante», trabajo que obtuvo el premio del concurso patrocinado por la Unión Ibero-Americana, de 1910.
 
          Figura, a su vez, como redactor de las memorias anuales de la Sección de Información de Publicidad del Consejo Superior de Emigración. Igualmente, redacta una memoria realizada a instancias del gobierno de Venezuela sobre las condiciones del país para recibir la emigración española. Publica, también, varios artículos sobre asuntos mercantiles en revistas profesionales.
 
          En 1930, Melchor Ordóñez se traslada a la Península, falleciendo en Barcelona cinco años más tarde.
 
          En su etapa como presidente del Colegio Pericial Mercantil de Canarias, Ordóñez Alonso defendió, con plausible mesura, al colectivo, lamentando la marginación de sus miembros, como se refleja en la Junta celebrada con fecha 24 de abril de 1925, donde se especifica en Acta que "el señor Presidente propone se haga constar el sentimiento con que ha visto la corporación el acuerdo tomado por el Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad, al reformar el artículo del Reglamento Orgánico del Cuerpo de Funcionarios de dicho organismo y con cuya reforma ha sido preterido el título de Profesor o Contador Mercantil, que era antes indispensable para ingresar en las plazas de Intervención"
 
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