La Artillería y el hundimiento del cúter Fox (y 2)

 
Por Juan Tous Meliá (Publicado en El Día / La Prensa el 9 de agosto de 2015)
 
 
Tigre Bonnin 1943 Custom
 
En marzo de 1943 el afamado acuarelista y artillero Francisco Bonnín diseñó esta composición alegórica
 
con El Tigre y el escudo de Santa Cruz de Santiago de Tenerife
 
 
 
Alarma “Lanchas al muelle”
 
          Miller siempre tan preciso dice que era una noche estrellada, pero no una noche clara, con poco viento y una marea que se hizo considerable al acercarnos a tierra, lo que concuerda con el cuadro de mareas que hemos confeccionado. Miller concluye:
 
                     “Al estar los botes muy pesadamente cargados, y habiendo una corriente adversa, tardamos en acercarnos y fuimos descubiertos a media milla completa antes de desembarcar” (Adenda, p. 139).
 
                   “A la 1 y media de la mañana estábamos a medio tiro de cañón de la cabeza del muelle, sin haber sido descubiertos, cuando las campanas de alarma sonaron y 30 ó 40 piezas de cañón con fusilería de un extremo de la población al otro se dispararon sobre nosotros” (Fuentes, Diario Theseus, p. 330).
 
                    “A la una y media se dio la alarma en el bando enemigo, que abrió un intenso fuego de cañón y fusilería. Se ordenó a las lanchas que se separaran unas de otras y tocaran tierra donde fuera conveniente, debido al enorme oleaje y a la playa rocosa había muy pocas posibilidades de que las lanchas no se destrozaran por lo que el desembarco acarreó grandes dificultades y muchos hombres” (Adenda, Waller, p. 149). 
 
          Miller relata ese momento así:
 
                   “Al estar los botes muy pesadamente cargados, y habiendo una corriente adversa, tardamos en acercarnos y fuimos descubiertos a media milla completa antes de desembarcar. Sonó la campana de alarma y los hornillos funcionaron en algunas baterías, etc. etc. Era tal la oscuridad cerca de la orilla que sin acercarse mucho a los objetos no se podían descubrir con alguna precisión, por lo que las lanchas pasaron de largo el muelle, pero el capitán Bowen, yendo próximo con su bote, lo descubrió. El almirante entonces ordenó soltarse a los botes, y avanzar hacia tierra cuando sería la una y media de la mañana; y aquí acaba mi conocimiento personal de los botes en general” (Adenda, p. 139). 
 
         Sobre ese momento dice Nelson:
 
                    “La noche era tan excesivamente oscura que sólo yo, los capitanes Thompson, Fremantle y Bowen, con 4 ó 5 botes del total, encontramos el muelle, que fue instantáneamente asaltado y tomado, aunque defendido aparentemente por 400 ó 500 hombres, y los cañones, 6 de 24 libras, clavados, pero era tal el fuego de fusilería y metralla que se mantenía desde la ciudadela y casas sobre la cabeza del muelle que no pudimos avanzar y casi todos fuimos heridos o muertos” (Fuentes, Diario Theseus, p. 330). 
 
       Según Waller las lanchas al haber navegado demasiado hacia el oeste, sobrepasaron el muelle y la mayor parte desembarcó cerca de algunos barcos naufragados (se refiere a la Bella Angélica) en una muy mala playa (el barranquillo del Aceite), en lugar de hacerlo en el muelle como era la intención original (Adenda, p. 150). El relato de Nelson continúa así:
 
                   “Alrededor de las dos y cuarto los capitanes Troubridge, Hood, Miller y Waller desembarcaron con parte de los botes justo al sur de la ciudadela, pasando a través de un furioso oleaje, que destrozó todos los botes, y mojó todas las municiones, a pesar de las dificultades avanzaron sobre la muralla y batería enemiga, y formaron en la plaza mayor de la población casi 80 infantes de marina, 80 piqueros, y 180 marineros armados, donde tomaron posesión de un convento, desde el cual marcharon contra la ciudadela, aunque lo encontraron lejos de su alcance” (Fuentes, D. Theseus, p. 330).
 
          Los 24 botes que sobrepasaron el muelle derivaron hacia el sur, 1 varó en la caleta de la Aduana, 3 en el barranquillo del Aceite y 20 intentaron desembarcar en el barranco de Santos en la llamada playa de las Carnicería, pero “debido a lo pedregoso de las rompientes y al fuego que recibían desde tierra, se desviaron bogando como 225 pasos a la derecha y fueron a desembarcar en el barranquillo citado” (el del Aceite) (Fuentes, p. 139).
 
¿Qué ocurrió con el resto del convoy? 
 
          La Pinaza (Pinnace) sobrepasó el muelle siguiendo a los botes desembarcando a los ‘marines’ seguramente en el barranco de Santos y partió hacia alta mar con su tripulación.   
 
          La Yola (Yawl), al llegar cerca de la cabeza del muelle y de acuerdo con las órdenes generales, partió inmediatamente hacia alta mar con su tripulación, desembarcando el teniente Wetherhead, con 20 hombres de su compañía (Adenda, p. 139-140).
 
         El Quechemarín (Large Spanish Boat or launch) sobrepasó el muelle siguiendo a los botes desembarcando a los marines seguramente en el barranco de Santos y partió hacia alta mar con su tripulación. Iba al mando de Thomas Oldfield del que el Diccionario de Oxford dice:
 
                    “En la noche del 24 de julio fue capaz de llevar a los infantes de marina en el valiente pero desastroso ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife. Al tratar de desembarcar, su lancha fue hundida, pero él nadó hacia la costa, y al alcanzarla se lesionó”.
 
          No hay constancia de que fuera hundida la embarcación de Oldfield.
 
         ¿Y con el cúter Fox?  Quizás la baza más importante para el desenlace favorable hacia nuestras tropas fue el haber hecho la Artillería blanco sobre el cúter. Terminado el combate una pregunta quedó en el aire ¿Quién hundió el cúter? Tres castillos se disputaron el honor: Paso Alto, San Miguel y San Pedro.
 
          En los prolegómenos de la conmemoración del segundo centenario, en 1995, la Tertulia inició una línea de investigación para dar respuesta a la pregunta ¿dónde se encuentra actualmente el cúter? Por falta de medios económicos se paralizó el proyecto. Cuando escribí el artículo ya citado dije:
 
                  “De la lectura de las distintas relaciones se puede afirmar, con ciertas dudas, que el disparo salió de la Artillería asentada a la izquierda de línea, esto permitiría indicar que el cañón estuviera emplazado en la batería de San Pedro”.
 
         Debo revisar esta afirmación. Para ello hay que acudir al croquis que he preparado con toda la información disponible: situación de los castillos y baterías, sectores de tiro y alcances, situación de los barcos mercantes fondeados y, sobre todo, la organización del convoy con el que Nelson ideó atacar la Plaza (ver primera parte de este trabajo, publicada el 2 de agosto).
 
         Hemos dibujado el derrotero que presuntamente siguió Nelson, de acuerdo principalmente con las Relaciones de Miller y de Waller, cuando estaba a una milla del muelle. La longitud del convoy no está a escala, podría suponerse que fueran unos 200 metros, ya que iban sujetos formando un rosario. Sólo hemos situado al Zealous navío más cercano a Paso Alto. El resto de la escuadra está fuera del dibujo y estaría distribuida a lo largo de una milla, con el Theseus cerca de San Andrés. Consideramos que el espacio que debió recorrer el convoy fue de dos millas entre las 11 de la noche y la 1 y media (dos horas y media) a una velocidad de 30 metros por minuto. La alarma se produce cuando los botes son detectados por la San José, a media milla del muelle. En ese momento, el Fox podría estar bajo el fuego de Paso Alto, con interferencias con la goleta  La Delicia y el bergantín La Estrella. A las dos podría estar bajo el fuego de San Miguel que pudo disparar entre el bergantín La Estrella y la fragata Dinamarquesa. A los pocos minutos de darse la alarma, el Fox pudo estar bajo el fuego de San Pedro según figura en el mapa. En resumen, es posible siguiendo a Francisco Tolosa jefe de la artillería de San Pedro, que fueran las baterías de Paso Alto, San Miguel, San Antonio y San Pedro “las que lo hecharan a pique porque un solo cañonazo, dos, tres, o cuatro de una Batería, no podían haberlo destruido y anagado con tanta prontitud” (Fuente, p. 225). No parece posible que interviniera la batería de San Antonio por ser obstaculizada por los barcos fondeados. El marinero Oliver Davis, sirviente personal de Miller, cita que el cúter Fox fue hundido por una batería de seis cañones (Adenda, Oliver Davis, p. 155).
 
          El fuego artillero duró alrededor de una hora y media, por lo que el hundimiento del cúter fue entre la una y media y las tres de la madrugada. El guardiamarina William Hoste dice al respecto:
 
                    “A las 4, muchos de los botes regresaron a bordo sin haber podido desembarcar debido al fuego mantenido por el enemigo. Nos dieron la desagradable noticia de que un cañón de 24 libras había alcanzado al Fox y que éste se había hundido con rapidez, con 150 almas a bordo, la mayor parte de los cuales se había ahogado” (Fuentes, p. 343).  
 
          La versión de Miller dice
 
                 “Inmediatamente después de él (se refiere a Nelson) fue herido Fremantle en el brazo, y Thompson, recién desembarcado, hizo que su bote lo transportase al barco; en su trayecto hizo un buen servicio, salvando al teniente Davis y mucha gente del cúter Fox, que había sido hundido por un disparo de un cañón de 24 libras que le atravesó ambos costados bajo la línea de flotación” (Adenda, p. 139).
 
          Esta afirmación adelantaría la hora del hundimiento, que sería entre las dos y cuarto y las dos y media de la madrugada. 
 
 
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