Política portuaria (Puerto y puerta - 145)

Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 23 de marzo de 2014)
         

          No es original decir que resulta enormemente ilustrativo conocer o repasar la historia en su elemental acepción; la que narra los acontecimientos pasados dignos de memoria. En casos concretos, como ahora, conjuntamente con la diaria actualidad, accedemos al ayer a través de cercanas hemerotecas que, en su polifacética dimensión informativa, contienen cuantas pretéritas noticias y pareceres interesan

          Aplicando la proximidad de su autoría, algunas se sustancian en el libro Crónicas del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Como la que reproduce un editorial del periódico La Tarde publicado el día 9 de junio de 1936, un mes antes de que estallara la Guerra Civil. Por tal razón, la copia fue precedida de un epígrafe pensando que las “trágicas vicisitudes de la historia decidieran que aquel texto quedara vagando en el olvido”. Se transfirió al libro “por creer que aquellos párrafos tenían el valor de lo perdurable”. Aún estimo su esencial vigencia.

          Como muestra, las líneas  iniciales refieren que en la edición del día anterior se insertan unos datos altamente significativos del movimiento portuario de Santa Cruz. Tal referencia “ha evidenciado la importancia excepcional del puerto, cuyo porcentaje mensual de buques alcanza una cifra total de 3.661 barcos”. Se impone, decía, la adopción de una política portuaria que no solamente logre estabilizar esta cifra, sino que la impulse en un anhelo vertical de superación.

          Y algunas otras escogidas razones que afirman su perdurabilidad: "Una política de unificación de intereses... políticas que, de uno u otro modo, capten nuevas líneas navieras y atraiga nuevos barcos a Tenerife... una política sensata que equilibren las pugnas y las diferencias antagónicas...  una política de atracción en beneficio de todos los sectores sociales que en la isla viven y trabajan bajo el precio de la depresión económica, pero en el soberbio afán de domeñar la situación amarga de los tiempos”. En fin; argumentos que valen.

          En cuanto al pasado informativo, cabe destacar la coincidencia cronológica de cumplirse 35 años de una excepcional escala. El 19 de marzo de 1979 fondeó en la rada del puerto de Santa Cruz, en escala técnica, el buque tanque francés Pierre Guillaumat, de 555.055 TPM, distinguido por ser el mayor barco que aquí ha llegado. Tras suministrarse por más de 12.000 toneladas de fueloil, operación realizada el día 20 por los petroleros de Cepsa Ciudad Rodrigo y Monteleón, zarpó rumbo a RasTanura. Desguazado en 1983, fue considerado el barco más grande del mundo.

          La actualidad portuaria durante la semana que hoy culmina se compendia en los nueve cruceros que han llegado, con un total de más de 21.000 visitantes. Sin olvidar los importantes resultados de Puertos de Tenerife en la Seatrade de Miami.

 

          ¡Feliz primavera!

 

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