Pasado y presente (Puerto y puerta - 121)

Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 6 de octubre de 2013)

          

          Más de una vez hemos traspasado la alegórica cancela del dispositivo portuario para referirnos a la capital que lo acoge, Santa Cruz de Tenerife. La simbiosis entre una y otra parte se determina en el escudo de la Ciudad, que, entre otros símbolos de su identidad histórica, luce cuatro áncoras por su puerto de mar, que en su explicación heráldica significa que son de plata “por su limpieza e importancia, y por las riquezas que en él se han salvado de la codicia enemiga”.

          En tal contexto, el ayer y el hoy también ensamblan la ciudad y el puerto. Y no se trata de vivir de las cosas que sucedieron, en correspondencia con el refranero clásico cuando dice que “el agua pasada no mueve molino”; desde luego que no. Pero sí considerar la historia, en todas sus facetas, que narra  los pasados acontecimientos dignos de memoria.

          Como merecen recordarse las impresiones personales que sobre su estancia en Tenerife han escrito renombradas personalidades de la literatura, la ciencia, la política... Algunas surgen en el tiempo que impone la estadía del buque, como las expresadas por Blasco Ibañez, que hizo una novelada descripción del puerto, tal como se percibe en las siguientes escogidas líneas:

               ”Entre el muelle y el trasatlántico un anchuroso espacio de bahía con gabarras chatas para el transporte del carbón (…); vapores de diversas banderas en torno de cuyos flancos agitábase el movimiento de la carga con chirridos de grúas y hormigueos de embarcaciones menores (…); la Isla risueña e indolente, en mitad de la encrucijada de los grandes caminos que llevan a África y América, parecía contemplar impasible este movimiento de la navegación mundial, mientras proporcionaba por unas horas el alimento negro del carbón a los organismos humeantes —genial  definición de los barcos— que llegaban y partían sin conocerla”.

          Situados en la actualidad, también puede diseñarse un marco específico compuesto por las respectivas dársenas, en donde caben los muelles y diques que conforman el complejo portuario de Santa Cruz de Tenerife, en donde los barcos marcan la diferencia. El cuadro que ofrece el puerto en estos años, aparece superada la exigencia de adaptar las infraestructuras portuarias a las necesidades presentes y futuras, acordes con la evolución del tráfico marítimo: mercancías, contenedores, comunicación entre las islas y grandes cruceros de turismo.

          Ahora, con el anuncio de las escalas de 23 cruceros de turismo en este mes de octubre, que conlleva un movimiento de unos 65.000 visitantes, prosiguiendo su brillante temporada hasta el mes de abril, al tiempo, la Autoridad Portuaria informa que procederá en breve a licitar las obras de la nueva estación de cruceros. ¡Se escribe la historia! 

 

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