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Sigamos con apellidos en Canarias. Vargas.

Autor: Juan Manuel Valladares Expósito
Comunicación en Radio Muelle el 12 de noviembre de 2025

          A medida que pasan los años por tus neuronas, hay momentos en que se te aparece una lámpara al estilo del genio del cuento y, aunque no necesites frotarte la cabeza ni esperar que salgan humos de colores, ni voz cavernosa, sí que te llegan recuerdos que ya dabas por olvidados.

          En mi caso, la luz que aun me alumbra me recordó un apellido de mi infancia que me sonaba romántico, asociado a un famoso personaje del mundo de la mecánica en Tenerife: Vargas. Pero ahora, pasados los años y volviendo a colocar los recuerdos en la misma categoría que las lecturas de nuestra historia, vengo a pensar si el apellido del personaje de mi infancia, de reconocido origen húngaro, como natural de Hungría o como miembro de la nación romaní o gitana de ese país, era Vargas en versión española o, en realidad, Varga en su realidad húngara.

          Como la vida da para tanto, si las decenas de años ya pasan de ocho puedes tener la suerte de que entre tus tantos objetos y recuerdos aparezca aquel Varga o Vargas en el libro que un día te regaló un buen amigo, conocedor de tu manía de aunar historia y ciencias del motor, o por haber tenido algún compañero nieto de aquel prodigio de mecánica en el Tenerife de los años 40/50 del pasado siglo. Y así, hoy puedo decir que poseo un magnifico libro en lengua alemana, regalo de un buen amigo, al que le fue regalado igualmente por el auténtico señor Varga, al que en Tenerife siempre se le llamó el “húngaro”. Curiosidades de la historia, un magnifico taller tinerfeño, que cumple ya su primer centenario, nació de las enseñanzas que por los años 20 del pasado siglo dio el “húngaro”, el señor Varga, a su fundador.

         Pero como esta historia nuestra va de Canarias, y más concretamente de Tenerife en los siglos XV al XVII, no nos vamos a enredar en poner en marcha motor alguno, pero sí intentar poner el apellido Vargas entre nuestros personajes de esos siglos.

         Y ya les advierto, como lo tuve que hacer a mi mismo, que el tal apellido en Canarias, aunque hoy no nos suene tan histórico, ocultado como está entre tanto descendiente de Don Pelayo o Juba, es uno de los mas ilustres que ha pasado por nuestra historia en numerosas personas con ese apellido con relación a los mas variados e importantes personajes para el desarrollo de nuestras primeras industrias y fundaciones religiosas de los siglos XV a XVII.

          Empecemos pues en Tenerife con un Sancho de Vargas, que ya viene acompañado de un largo historial como conquistador en Gran Canaria y padre y promotor de la iglesia de Santa María de Guía en aquella isla. Tras esa fundación nació el gran desarrollo del pueblo grancanario que hoy lleva este nombre. Donde ciertamente he visto los más bellos cuchillos que han pasado ante mis ojos. Disculpen mi chovinismo pero denominar a esa joya grancanaria como naife me parece una absoluta salida de tono y lugar.

          Dando un vuelco total a su vida, aunque ya era un gran propietario en Gáldar y en la misma Guía, viene a Tenerife en el año 1505.

          Las numerosas citas a su nombre en las Datas de Tenerife, de la sabia mano de la señora Moreno Fuentes, editadas en 1992, nos dan noticias de la personalidad e importancia de este nuevo poblador, que no conquistador, de Tenerife. Dejemos algún ejemplo:
                 14 de mayo de 1505:
                 Sancho de Vargas. Regidor e V. 0 de esta isla de T., un agua que esen Adexe, que se llama Too, desde el nacimiento de las aguas de todo el valle, que podades sacar la dicha agua a donde mejor la pudieres aprovechar, con todas lastas. que con la dicha agua se pudiere regar. 8.5.1505.
                «que digo con condición que seáis obligado de hacer un ingenio de agua o de bestias, cual fuere más suficiente, e de las dichas tas. saco una cahizada de sembradura para dar a ciertas personas que se van avecindar al dicho lugar.» El Adelantado.
               28 de abril de 1505
               Sancho de Vargas. En vecindad 200 f. de tas. de s., que son en el valle de Tegueste, las cuales han por linderos de la una parte las canteras que van a dar en el arroyo hasta enfrontar en las tas. de Pero López de Villera.
               3 de septiembre de 1506
              “Sancho de Vargas. Regidor e v. 0 de esta isla, 200 f. de ta. des. en el lugar e sitio en que vos halláredes por toda esta isla de T. que no esténdadas ni repartidas a persona ninguna, etc., e aquí tenés muchos hijos e vos avés venido nuevamente a vivir en esta isla. 25.8.1506. Dóvosla sinperjuicio. El Adelantado”

          Curiosa data que demuestra el aprecio del Adelantado a la persona de Sancho de Vargas al que deja elegir cualquier lugar antes no repartido como agradecimiento a su labor y a que ha traído a su familia como nuevos pobladores en un momento de escasa presencia en las isla de nuevos habitantes.

          Este Sancho de Vargas volvió a Gran Canaria en 1509. Había casado en Gáldar con Catalina de Ávila, de la que hubo ocho hijos, y en segundas nupcias con Marina de La Algaba, con la que hubo otros tres. Esta Marina falleció en San Cristóbal de La Laguna en 1515.

          Como nuestra historia genealógica hunde sus raíces en todos aquellos que vinieron a la conquista de Tenerife, podríamos encontrar algún Vargas que no llegara de tan lejos.

           Pedro Vargas. Un gomero de los conocidos como prehispánicos que vino a la conquista de La Palma y Tenerife. Aquí se estableció con algunas familias gomeras como la de Aguaberque .Un sobrino suyo aparece en la historia como Pedro Ahuhali. Formó familia marital con la gomera Francisca Guerra, y sus hijos Malgarida, Pedro y Marcos siempre usaron el apellido Vargas.

         Otro homónimo, Pedro de Vargas, sevillano, era hermano del nombrado Sancho de Vargas y vivió en Gran Canaria ostentando el titulo de comendador en el Real de Las Palmas.

           Así podríamos llenar páginas con numerosas donaciones y documentos en nuestras escribanías de los siglos XVI y XVII en los que aparezcan individuos que ostentan el apellido Vargas.

          Pero hay un asunto que siempre nos ha llamado más la atención sobre la persona de otro Vargas y su familia. La pista nos llegó tras la lectura de un profundo trabajo de nuestro buen amigo don Miguel Ángel Gómez Gómez con el título “El Valle de Güimar en el siglo XVI. Protocolos de Sancho de Utarte” Una gran publicación con el apadrinamiento del Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Güimar en el año 2000.

         Y de la amena lectura del trabajo de nuestro buen amigo el señor Miguel Ángel Gómez Gómez, podremos extraer dos conclusiones. Una para aumentar el poco respeto que tenemos a la figura del Primer Adelantado, y que no extendemos a otros en su cargo .Y de otra parte, la presencia de un nuevo personaje con el apellido Vargas que nos dará para mucho en la historia de Güimar en el siglo XVI. Hablamos de Francisco de Vargas, que es Tesorero General de Castilla y del Concejo Real al menos desde 1504.

           No podemos dar en su totalidad el histórico asunto en el que acabará teniendo presencia el mencionado Francisco de Vargas, aunque aconsejo su amena lectura, porque no habría espacio para tan documentada obra en estas páginas. Solo decir como la presencia de este Vargas surge de la una de tantas maniobras del primer Adelantado de Tenerife y La Palma .

          Los hermanos Blasino y Juan Felipe Inglesco, a los que la historia llamará “Los Romanos”, reciben del Adelantado una extensa data en Güimar como “compensación” tras haberles despojado de la que ya tenían en Alajeró, La Gomera. Y como la trampa va incluida en la data, da a estos hermanos un plazo de cuatro años para un nuevo ingenio en esta nueva zona sureña de Tenerife. Los llamados Romanos hacen toda clase de trabajos en cuanto a siembra y traída de aguas. El plazo vence sin que estos datados puedan terminar su ingenio y, tras una prórroga, Alonso Fernández de Lugo les quita lo datado con el pretexto de que recuerda en ese momento que son extranjeros y que Blasino no está casado. Las mismas trampas que usó para don Hernando del Hoyo.

          Y si de trampas se trata, habrá que actuar como un tramposo. Puesto que la data de Güimar fue dada a ambos hermanos y Juan Felipe era casado, Blasino va a a la Corte y acuerda la venta o traspaso de su parte al ya mencionado, y objeto de nuestra búsqueda, ,Francisco de Vargas. El viaje a la Corte fue una buena maniobra, pues allí confirman que la propiedad pasa a manos de Juan Felipe Plombino, uno de los “Romanos”, y que otra parte, que es su mitad, queda en manos de Francisco de Vargas, quien por cierto ya posee tierras en Adeje.

           Como verán los pacientes oyentes y lectores, el tema es casi policíaco y merece la obra del señor Gómez Gómez una atenta lectura para conocer el nacimiento de alguna de nuestras primeras industrias y el desarrollo de zonas rurales.

          A esta zona, y como gerentes o poseedores de la gran Data de Güimar, irán llegando no solo Piombino y los Vargas, sino que años después llegará el florentino Giovanni Alberos Giraldín, que detentó esa explotación nada menos que treinta y seis años.

          El contacto de Francisco de Vargas con la zona de esa data siguió sus pasos a través del nuevo poseedor, Giraldin, y el hijo de Francisco, Diego de Vargas, y de éste pasan los asuntos económicos a su hijo Fadrique de Vargas. La historia en cuanto a la presencia de los Vargas en Güimar termina cuando este Fadrique vende a un consorcio de estantes en Tenerife sus derechos sobre la tan historiada data.

          La historia nos llevaría a don Pedro de Alarcón y a doña Argenta de Franquis, pero esa es otra historia de la que hablaremos si el Altísimo nos sigue enviando sus bendiciones.

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