Ampliando lo escrito (Puerto y puerta - 53)
Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 19 de febrero de 2012).
El museo marítimo fue el tema que ocupó este espacio el pasado domingo día 12. Y va a ser su último párrafo el que me sirva de argumento para componer el de ahora. Porque entre otras tantas voces reivindicativas en demanda de la creación del museo marítimo, aprecio sobremanera la que expresa Ricardo Génova Araujo. Su sapiencia marinera, gozosamente dilatada, predispone a ampliar los argumentos esgrimidos.
El referido último párrafo tenía que ver con la Exposición Marítima V Centenario de Santa Cruz de Tenerife (1494-1994), organizada por la Asociación de Veteranos de la Marina Mercante, que quedó reflejada en un libro en el que se recogen, además de los elementos expuestos (instrumentos geográficos y de navegación, cartografía, filatelia náutica, maquetas de barcos, etc.), una serie de comentarios sobre el puerto, debidos a las autoridades regionales, provinciales y locales de entonces. Asimismo, se manifestaron -ambos demandaron la creación del Museo Marítimo- los presidentes de la Asociación organizadora, Bernardo Egido Díez, y Ricardo Génova Araujo; éste de Honor.
Pues bien; como indicaba anteriormente, procede extender los razonamientos que sobre el tantas veces demandado museo marítimo escribió nuestro admirado Ricardo Génova, “que, entre su brillante curriculum vitae, pongo de relieve su calidad de expresidente de la Corporación de Prácticos de Santa Cruz de Tenerife”.
Para requerirlo partía rememorando la denominada Primera Exposición Marítima, celebrada en el mes de mayo de 1956: “Todavía me resulta incomprensible el que una ciudad eminentemente marinera, como la nuestra, haya necesitado 38 años para presentar a su pueblo esta nueva exposición”.
Y, como corolario, serán sus propias palabras, que no admiten más aditamentos: “Pretendemos los organizadores que esta importante muestra no sea un fin en si misma. Es más, nos gustaría que fuese la última exposición marítima: nuestra idea es que constituya el principio de un proyecto mucho más ambicioso que, en nuestra opinión, Santa Cruz merece... cuando clausuremos la presente, debemos empezar a pensar, planear y llevar a la práctica el Museo Marítimo que en su momento habrá de completar la oferta museística de la Capital para sus habitantes y forasteros. Todo el material que aquí se expone debería constituir la génesis del futuro museo".
Me falta añadir que, desde entonces, han transcurrido dieciocho años; y todo sigue igual. ¡Después nos quejamos!
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