Acto solemne (Puerto y puerta - )
Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 27 de noviembre de 2011).
El pasado jueves día 24, en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, se celebró la solemne Sesión de Honores para hacer entrega del título de cronista oficial de esta ciudad a don Luis Cola Benítez. A saber, siendo la primera vez que una Corporación Municipal de nuestra capital otorga a este acto la debida solemnidad, nos apresuramos a apreciar tan feliz iniciativa, ciertamente oportuna.
Considerando la vertiente portuaria que distingue a Santa Cruz de Tenerife, tiene perfectamente cabida en este espacio el espíritu de las palabras que se expandieron en el transcurso del acto. Diría más: es imprescindible acogerlo en estas líneas que nacen con la voluntad de acercarse al mar y a los barcos que aquí arriban.
Tras la lectura del decreto de concesión del título de cronista oficial, el alcalde pronunció un discurso colmado de emocionadas verdades. En principio, afirmándose en el indudable acierto que tuvo para proponer el nombramiento de Luis Cola -destacó las múltiples cualidades que adornan a su persona, plenamente compartidas-, el alcalde, José Manuel Bermúdez Esparza, también tuvo palabras de justo agradecimiento y profundo recuerdo a los inmediatos cronistas que le precedieron: Alejandro Cioranescu y Gilberto Alemán.
Después fue la disertación del flamante cronista santacrucero. El título que escogió para esta excepcional ocasión fue "El alma de la ciudad". Para aliviar mi memoria, anoté algunas palabras que desgajé del sólido tronco de su magistral exposición; y subrayé las que describían el espíritu solidario de sus gentes; y la tolerancia. Además, ¡como no!, Luis Cola habló sobre el Gabinete Instructivo de Santa Cruz de Tenerife (1869-1901), extrayendo conceptos inamovibles de su libro sobre esta gloriosa institución chicharrera: “...a lo largo de su azarosa y fructífera vida, de casi un tercio de siglo, logró aglutinar en su seno a toda una generación de patriotas de las más diversas ideologías -excepcional por muchos conceptos-, que trataron por todos los medios de enaltecer, instruir y motivar a la sociedad en que vivían”. Y sobre otras tantas, tantas cosas.
Sin olvidar las intervenciones de nuestra magnífica Banda Municipal de Música, dirigida por Felipe Neri Gil Marrero, para terminar esta sucinta descripción de la Solemne Sesión de Honores, cabe una oportuna cita, por aquello del alma de la Ciudad que inspiró a nuestro dilecto amigo.
Se trata de las palabras finales del Pregón de las Fiestas de Mayo de 1988, pronunciadas por la eximia profesora María Rosa Alonso, que, por cierto, también nombró Luis Cola en su disertación. Son estas: “...En esta ciudad que va siempre tras su deseo de futuro, quienes la timonean, para iluminar su destino, la han de hacer, y eso es mi más ferviente deseo, además de Muy Leal, Noble, Invicta y Benéfica: Limpia, Culta y CON ALMA”.
- - - - - - - - - - - - - - - - -