Almeyda (Puerto y puerta - )

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 24 de abril de 2011).

 

          La pasada semana nos referíamos a unas fortificaciones que han jalonado el litoral de Santa Cruz de Tenerife -algunas perduran en el paisaje urbano- acordes con la cualidad que aúna y armoniza los símbolos que adornan el escudo de armas de esta ciudad, puerto y plaza; indelebles huellas de su historia.

          Fueron sucintos apuntes tras los nombres (escogidos entre otros, también significativos) de los castillos de San Cristóbal, San Juan, Paso Alto, San Pedro y la torre de San Andrés, que, dicho sea de paso, estimamos que puede restaurarse.

          Y el fuerte de Almeyda lo reservamos para este día, entendiendo que su actual presencia en nuestra ciudad adquiere el extraordinario valor añadido de haberse convertido en Museo Histórico Militar de Canarias.

          De tal manera, el recinto que abarca el actual complejo de Almeyda, dicho de forma genérica, ostenta el atributo de ser depositario de parte de los fundamentos que cincelan el carácter, la idiosincrasia de un pueblo, preservándolo ante la indiferencia o el olvido.

          Fiel a la historia que narra el profesor Cioranescu, el fuerte santacrucero de Almeyda comenzó a construirse en el año 1859, en la Cuesta de Los Melones, por encima de la playa y batería de San Antonio, siendo el director de la obra el general de ingenieros Salvador Clavijo y Pló. Tuvo desde el principio batería de casamatas, con fortín y cuartel de artillería, y un fuerte anexo realizado en el año 1896; antes, entre 1878 y 1883, en el tiempo que desempeñó el Mando Militar de Canarias el general Weyler, se realizaron obras de ampliación.

          El cuartel de Almeyda, que así lo llamábamos, alojaba la tropa del Regimiento de Artillería; lo fue hasta 1988, cuando se hizo Museo por iniciativa del coronel Juan Arencibia de Torres, que fue su primer director. El día de su inauguración, el 25 de julio de este mismo año, recibió el pendón de esta ciudad para quedarse un mes bajo su custodia.

          Fue el preludio de un hermoso proyecto que día a día se ha ido enriqueciendo con nuevos objetos relacionados con la historia de Canarias. Y siendo así, para alentar su acrecentamiento, hay que salvaguardar todo su conjunto para que no sufra las consecuencias de un mal entendido progreso urbanístico.

          Es incontable lo que representa el Centro de Historia y Cultura Militar de Canarias. Porque Almeyda es la reunión de objetos y cosas que pertenecieron al pasado, con todo lo que implica de estudio y reflexión. Es la biblioteca, que contiene un fondo antiguo compuesto por más de 3.000 volúmenes, y más de 26.000 libros de todas las áreas; es la valiosa cartografía que nos informa sobre la evolución de esta ciudad y su puerto; es la exposición del arte y la ciencia de navegar; es... Y, debe ser, dicho con todas las letras, un BIEN DE INTERÉS CULTURAL.

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