Dársena de Los Llanos (Puerto y puerta - )

Por Rafael Zurita Molina  (Publicado en el Diario de Avisos el 3 de abril de 2011).

 

             La actual dársena de Los Llanos ya figuraba en el Plan General del Puerto de Santa Cruz de Tenerife de 1918, gestado cuando ocupaba la presidencia de la Junta de Obras don Manuel de Cámara y Cruz, que, dicho sea de paso, fue el primero en ostentar este cargo tras la creación de este organismo.

           El proyecto, redactado por los ingenieros Pedro Mattos Massieu y Antonio Pérez Nuñez, al ser sacado a información pública se cuestionó el trazado de la dársena que se llamó de embarcaciones menores y pesqueras, por entender que quedaba expuesta a los temporales provenientes del Sur. Consecuentemente, el Consejo de Obras Públicas, aún aceptando la idea de su construcción, en su preceptivo informe “ordenó que se hiciera un nuevo estudio de su disposición”.

          En el año 1952, en el tiempo que ocupaba la presidencia de la Junta don Carlos Hamilton Monteverde, el entonces ingeniero director don Miguel Pintor González planteó la construcción de la dársena Sur, que, como la proyectada en 1918, también se destinaba al tráfico de buques de cabotaje y pesqueros.

         Este nuevo proyecto, modificado en los años 1956 y 1967, contemplaba la apertura de un canal que la comunicaba con la de Anaga, estableciéndose un puente móvil. Y en la dinámica de su concreción, al construirse la actual dársena Pesquera, inaugurada en 1968, se difuminó la primitiva idea de su destino, que quedaba abierto a futuras decisiones institucionales.

         En este proceso, nos trasladamos al período que transcurre entre los años 1974 y 1976, que fue cuando ejercía la dirección del puerto don José Luis López Páramo; era entonces presidente de la Junta don Cándido Luis García-San Juan. Sucedió que cuando se estaban ejecutando las obras de la dársena, tuvo que reformarse el proyecto inicial.

          Para explicar los porqués, será mejor que acuda a los argumentos del señor López Páramo, en declaraciones hechas a Radio Club Tenerife en febrero de 1982, en las que refirió que la apertura de una bocana a la altura de la Plaza de España había llegado a unas dificultades de realización insuperables.  Al respecto, dijo que “cuando la obra estaba ya hecha en más de un cincuenta por ciento, hubo que buscarle solución para evitar la paralización definitiva de ella”. De tal manera, se construyó una dársena comercial independiente de la antigua.

          Y, llegados a este punto, analizando el estado actual de la dársena de Los Llanos, entendemos que, sin dejar de ser puerto, acomodándolo con altura de miras al nuevo destino que se le tiene reservado, será, sin duda alguna, un valor añadido a la pluralidad de nuestro dispositivo portuario.

          ¡Quien se lo iba a decir a los ingenieros Mattos, Pintor y López Páramo!