Consignatarios (Puerto y puerta - )
Por Rafael Zurita Molina (Publicado en el Diario de Avisos el 6 de marzo de 2011).
Hasta casi ayer mismo, la historia cotidiana del puerto de Santa Cruz de Tenerife formaba parte intrínseca de esta Ciudad. Metafóricamente hablando, bien podría decirse que el muelle Sur formaba parte de su viario urbano; tal era su profundo nexo con la población que lo acogía.
La indeterminación de ese ayer viene dado por la paulatina mengua de la información portuaria en los medios de comunicación, especialmente en la prensa diaria. Y es normal que así sea, porque los tiempos que corren son otros; y en él estamos.
Para componer estas líneas, por qué no decirlo, acudo a la fuente informativa que me brinda el recién estrenado libro Crónicas del puerto de Santa Cruz de Tenerife - siglo XX.Escribí en la Introducción que "la información portuaria -entrada y salida de buques- constituye una de las secciones fijas en los diarios locales, destacando en los titulares la importancia de la escala o las marcadas por el prestigio y/o popularidad de personas que llevan a bordo, ya sean ocasionales huéspedes o viajeros de paso". Ahora, oportunamente, mandan los buques especiales y los cruceros de turismo; y muy poco o nada los pasajeros, que, por lo general, escogen el avión.
También, en tiempo pasado, en la información de la prensa diaria sobre el tráfico del puerto se citaba al consignatario conjuntamente con el nombre del buque. Era lo justo, al entender la importancia de estos profesionales íntimamente ligados a la actividad portuaria. Se explícita en la acepción que los define en el diccionario de la Real Academia Española: “Persona que en los puertos de mar representa al armador de un buque para ocuparse de los asuntos administrativos que se relacionan con su carga y pasaje”. Su nombradía estaba acorde con el prestigio del puerto.
Sirvan las siguientes notas, muy concisas -buque y consignatario, ciertamente ilustrativas, extraídas del Diario de Tenerife (1887-1917) en los primeros años del siglo veinte: vapor Niger, inglés, despachado por los Sres. Hijos de Juan Yanes; Orotava, inglés, despachado por el señor don H. Wolfson; Galeka, inglés, despachado por los Sres. Hamilton y Cía.; Citta di Milano, italiano, despachado por los Sres. Elder Dempster y Compañía; Cordillera, francés, despachado por los Sres. Hardisson Hermanos; Ile de France (conduciendo 105 turistas), despachado por los Sres. T. Marco y Cía.
Y, por último, el correíllo La Palma, que arribó por primera vez al puerto tinerfeño el 14 de mayo de 1912, y que ahora está atracado en el muelle Norte: La Palma, español, salió para Santa Cruz de La Palma despachado por la Compañía de Vapores Interinsulares.
En fin, los tiempos que corren son otros. Y también son otros los señores consignatarios de buques, que, como sus predecesores, cooperan para el enaltecimiento de nuestro puerto