Presentación de su libro "Villalba Hervás. Un repúblico íntegro. Cartas a Patricio Estévanez"

Presentación por Luis Cola Benítez de su libro (Círculo de Amistad XII de Enero, 23 de diciembre de 2003)

 

          Me toca a mí el capítulo de agradecimientos y en verdad que son muchos, en calidad y en cantidad, los que tengo que señalar.

          En primer lugar, naturalmente, gracias a todos ustedes por su presencia, dando calor y color a este acto, y por el apoyo que con ella me prestan.

          En segundo lugar, a EDICIONES IDEA y al director de la colección “con T de Tenerife”, D. Emilio Abad Ripoll, por la buena acogida que desde el primer momento dispensaron al original de este trabajo. Soy consciente de que se trata de una publicación que puede merecer, si acaso, la prioritaria atención de un público lector en cierto modo selectivo, por lo que es más de agradecer el esfuerzo editorial realizado. Y dentro de este apartado, gracias al equipo de diseño y maquetación, Frank Castro y Mª. Victoria Santos; especialmente a esta última, a Victoria, por su simpatía, buen hacer y por la paciencia que ha tenido con el autor.

          Mi agradecimiento también al buen amigo Julio Pérez Hernández, que me honra con un espléndido prólogo, ya lo comprobarán ustedes, que enaltece y da categoría al trabajo.

          A don Antonio Martinón Cejas, que muy amablemente me facilitó el acercamiento a las monografías históricas de Villalba, en las que no se limita a relatar los hechos históricos, sino que se implica de una manera decidida en los mismos, por lo que su lectura y conocimiento resulta imprescindible para tratar de calar en el pensamiento del personaje.

          A los no menos amigos Juan Arencibia de Torres, Carlos Gaviño de Franchy y el brillante presentador de hoy, Juan del Castillo y León, por facilitarme fotografías y grabados, ayudándome a paliar la muy escasa  iconografía relacionada con la persona de Villalba Hervás.

          Y, naturalmente, tengo que volver a nombrar y agradecer muy sinceramente a Juan del Castillo su amabilidad al acceder a presentar este libro. Es uno de los contadísimos escritores estudiosos de nuestras cosas, que ha dedicado atención a uno de sus paisanos más insignes, controvertido y muchas veces postergado, con su delicioso trabajo titulado Villalba Hervás entre la capital y la villa, cuya lectura recomiendo a todos. No sólo me facilitó varias de las fotografías de su libro, sino que accedió desde el primer instante a hacer la presentación de hoy, lo cual ha sido un honor y todo un lujo para mí.

          Pero nada de esto hubiera sido posible sin la gentileza y confianza que me ha brindado la nieta del destinatario de las cartas a que se refiere el libro, Patricio Estévanez y Murphy. A doña Isabel Borges Estévanez, distinguida dama que también me honra hoy con su presencia, nunca agradeceré bastante las facilidades dadas para la trascripción del copioso y jugoso epistolario. Son dos personajes, don Patricio y don Miguel, cada uno en su estilo, encarnación ambos –y aunque parezca una contradicción no lo es- del más universal espíritu tinerfeñista, de una generación de auténticos "patres conscripti", y no sólo de la política sino también y especialme-te de la cultura, de la libertad y de la convivencia, que tuvo su núcleo y alma en el Gabinete Instructivo de Santa Cruz. De nuevo, doña Isabel, muchas gracias.

          Y, naturalmente, a esta querida y admirada sociedad, el Círculo de Amistad XII de Enero, el entrañable “Recreo”, auténtico e inagotable venero que surte de savia a todas la iniciativas tinerfeñas, mi más sincera gratitud por las facilidades prestadas para la celebración de este acto, que se ve ennoblecido en el marco de sus salones. De verdad, muchas gracias.

          Los que me conocen saben que hablar de mis libros es algo que dejo para los lectores, si alguno hay, y que no soy proclive a ello. Sólo quiero decir que vale la pena, aunque no estemos de acuerdo con sus ideas, conocer la personalidad de Miguel Villalba Hervás. Vale la pena acercarnos a este hombre singular, de integridad contundente y lenguaje franco y espontáneo, que debería servir de ejemplo a tantos y tantos faranduleros que hoy se empeñan en presentársenos como líderes salvadores de no se sabe qué. Julio Pérez ya lo dice en su prólogo: "...ciertos tiempos históricos" –dice, y por mi parte me atrevo a añadir que pueden prolongarse hasta nuestros días- "parecen abonar la idea de que la política es el territorio venal de los pillos y los tramposos, sin que en ella haya lugar para las inteligencias honestas y libres." La trayectoria, la vida y el pensamiento de Miguel Villalba Hervás, desmienten esta idea. Pero, además, acercarnos al pensamiento de Villalba y de Estévanez equivale a sumergirnos en un auténtico y gratificante baño de patriotismo y de amor a Tenerife.

          A todos, repito, muchas gracias, y mis mejores deseos de Paz y Felicidad en estas Navidades.

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