El origen de nuestras Ramblas (Retales de la Historia - 7)

 Por Luis Cola Benítez  (Publicado en La Opinión el 22 de mayo de 2011)

         

                     En 1661 Santa Cruz era un pueblo de unos 2.100 habitantes, lo que puede parecernos muy poco, pero que no lo es tanto si se sabe que en los cincuenta años anteriores había pasado de apenas 750 almas a casi triplicar su población, evidenciando el influjo que la actividad mercantil tenía ya para el desarrollo del Lugar y Puerto. Y fue este año cuando llegó un nuevo capitán general, Gerónimo de Benavente y Quiñones, que siendo el primero autorizado por la Corona para residir en el lugar que estimara más conveniente, alternó su residencia entre La Laguna y Santa Cruz, mostrando cierta predilección por esta última. Entre las novedades que aportó se encontraba un coche de caballos que se hizo traer de la Península, primero del que se tiene noticia.

          La verdad era que ni calles ni caminos reunían las condiciones idóneas para el tránsito de este novedoso medio, por lo que el general hizo que se arreglara un trozo de la incipiente vía de ronda, hacia el Norte de la población, por el camino de El Blanco –hoy San Isidro–, para poder pasear con su carruaje. Y así nació el primer tramo del que comenzó a llamarse Paseo de los Coches. Pasa mucho tiempo hasta que se tienen noticias de más coches en Santa Cruz. En 1743 el Cabildo otorga una data a Juan Bautista de Franchi para cochera en la calle de Las Norias y, bastante más adelante, en 1755, Anchieta y Alarcón dice en su diario: “gracias a Dios ya en Santa Cruz ay coches pr. qe. solo antes el de Su Exa. y Sr. Obispo.”

          Poco a poco, como la necesidad crea el órgano, el camino fue prolongándose hacia el Sur, primero, porque desde su primer tramo –la Cuesta de los Melones- era el Camino de Pescadores, con igual nombre que el que se encontraba al otro extremo de la población, que facilitaba el acceso desde la Playa de Roncadores hacia el centro y, segundo, porque permitía enlazar con el camino de Los Campos –actual calle José Naveiras– que conducía a los núcleos rurales y agrícolas de Los Campitos, los Valles y hasta La Laguna. Hacia la mitad del siglo XVIII el camino ya había alcanzado, más o menos, su trazado definitivo, pues hay una petición del Cabildo para que lo utilizaran en lo posible las carretas, evitando su paso por el camino de La Laguna –actual Rambla Pulido–, lo que producía su deterioro. Entre huertas y eriales, estrecho y polvoriento, el Paseo de los Coches ya llegaba a los Cuatro Caminos –Plaza de la Paz–, enlazando con el acceso hacia el interior por el puente Zurita. Los Cuatro Caminos era el cruce con la carretera de La Laguna y el punto del que partía el camino de La Costa, hacia el Sur.

          En 1854 el general Jaime Ortega procedió al arreglo de varias vías, entre ellas la carretera de San Andrés hasta Paso Alto, por el interés militar de mantener el servicio con dicha fortaleza, pero también hizo obras de mejora en el primer tramo del Paseo de los Coches, lo que el Ayuntamiento agradeció poniendo su nombre a aquella parte del trazado. En los años siguientes se hicieron obras de ensanche y afirmado, a través de fincas y huertas, siendo la más conocida la de Mandillo, que después fue de Foronda, junto al pequeño puente –puente de Mandillo– que salvaba el barranquillo del Aceite por donde hoy llega la calle Horacio Nelson. El primer sector recibió también el nombre de Rambla de Isabel II, y desde el puente de Mandillo hasta Cuatro Caminos se le nombró Rambla 11 de Febrero a partir de 1873. Este mismo año un grupo de propietarios de fincas en la Costa –Juan Cumella, Antonio Cifra y otros– pidieron autorización para mejorar el camino hacia el Sur, que era poco más que una mala senda, para que pudieran circular carruajes, licencia que se les concedió con la condición de que respetaran las rasantes al cruzar la carretera de La Laguna y calle San Sebastián y que levantaran a su costa los parapetos del Puente Nuevo –Asuncionistas–, que ya estaba construido. Algo se iba mejorando cuando en 1898 ya se disponía de espacio en el Paseo para que el batallón de la Reserva nº. 1 hiciera allí sus ejercicios de instrucción, con la protesta del vecindario por la insoportable polvareda que se producía.

          Es en el siglo XX cuando las Ramblas adquieren protagonismo en el trazado urbano y se estructuran tal como hoy las conocemos. Desde 1902 se empieza a proyectar su ensanche y remodelación, que vendría a culminarse a finales de la segunda década, siendo su principal impulsor el alcalde Marcos Peraza y Vega, hasta que en 1917 se inauguró la Rambla 11 de Febrero con paseo amenizado por música. Poco después se acuerda que las nuevas construcciones de la zona fueran, como mínimo, de planta baja y dos pisos en alto. En 1924 se intentó poner orden en los nombres de sus diferentes tramos: de San Sebastián a Plaza de la Paz, "Asuncionistas"; de dicha plaza a la de Toros, "11 de Febrero"; a continuación, hasta la Estatua, "Marcos Peraza"; y hasta la calle Los Campos, "Isabel II". Después de 1936 se puso a toda la vía "General Franco".

          Recientemente se ha rebautizado, hasta la Plaza de la Paz, "Ramblas de Santa Cruz". Es correcto, pero nada aporta, porque es obvio que las Ramblas están en Santa Cruz. Qué acertado, entrañable y evocador hubiera sido recordar la historia y su origen, respetando su nombre original: Paseo de los Coches. Aún se está a tiempo.

- - - - - - - - - - - - - - - - - -