Canarios de acá y de allá, pero canarios
Por Juan Manuel Valladares Expósito (Comunicación en Radio Muelle el 15 de octubre de 2024
CANARIOS DE ACÁ Y DE ALLÁ, PERO CANARIOS
En la pasada semana gracias al buen hacer de nuestra Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, fundada en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna bajo el reinado de nuestro buen rey Don Carlos III, tuve oportunidad de hablar de dos personajes de nuestra historia canaria y por tanto española, Don Álvaro de Bazán y Guzmán y Don Blas de Lezo Olavarrieta. Hago desde aquí un agradecimiento a esa citada Sociedad y me permitirán que por su relieve y gentileza al acompañarme en ese acto renueve el agradecimiento ya expresado en el lugar a nuestro actual Comandante Naval el Capitán de Navío Don Jose María Fernández López, que, por cosas del calendario, nacía en la hermosa ciudad de San Fernando, Cádiz mientras un servidor hacia allí su contribución al buen hacer de nuestra Gloriosa Armada. Y también por su asistencia y valiosos datos al actual marqués de Ovieco, título que fue dado por S.M. Don Carlos III al hijo de Don Blas y que hoy ostenta Don Antonio Marabini Martínez de Lejarza. Un apartado especial de agradecimiento, que ya hice en su momento, a la presentación que de mi humilde persona hizo con su ya conocido y humano buen hacer de buen amigo ,el general Don Emilio Abad Ripoll.
Ahora con la ayuda del Altísimo y ajeno a las modernas luchas entre tirios y troyanos de toda época volvamos la vista atrás e investiguemos en las vidas de algunos personajes de nuestra canaria post conquista y que no siempre están en primera linea histórica. Esperemos que alguna vez volvamos a recuperar la verdadera memoria de todos como bien común para que sea motivo de unión y no de luchas a veces un tanto horteras.
Un apellido que no nos suena en la actualidad, Aday, aunque lo hemos visto en alguna pila bautismal, pero de la lectura de las páginas 244 a 246 del Diccionario de Toponimia De Canarias de Don Maximiano Trapero se puede extraer la conclusión de que el apellido o nombre da tanto para un apellido gallego como para un nombre de los aborígenes de Lanzarote. Nada extraño en la filología. Pero, ¿quien fue ese primer Aday ? Porque bien que hubo un Pedro de Aday inicialmente vecino de Lanzarote, y así lo vamos a encontrar en la obra del Sr. Cebrián Latasa. Un Pedro de Aday piedra en el zapato de los Señores de la isla de Lanzarote, puesto que su población, con el concurso de Pedro de Aday, solicitaba a la corona de Castilla que se hiciera con la isla para tener la misma administración que las islas de Tenerife o La Palma. Con esos motivos no quedó muy bien visto en la nómina de los Sres. Herrera-Peraza y se pasó a la conquista de Gran Canaria, y quedó como vecino en Telde con toda su familia. Pero hubo descendencia de su matrimonio con la señora Leonor Morales, natural de Fuerteventura. Ahora viene entrar en la vida de sus hijos y nietos.... pero estos aparecen en Tenerife y fueron Juan, Maria y Luis.
Luis de Aday ya era testigo de una data en Tenerife en 1509 y tiene un solar en La Orotava junto Fray Juan Campuzano en 1515. Maria de Aday recibe unas 60 fanegas en la zona de Acentejo en 1518.
El tal documento es una buena materia para genealogistas. El que lo presenta para su autentificación se llama Rodrigo de Talavera, que es hijo de Luys de Betancor.
En 1517 Juan de Aday tiene propiedades en el camino que va de La Laguna a Tacoronte. Este Juan ya era propietario de un solar en La Laguna, según reparto del Adelantado en 1509. Y queda aún más clara su existencia cuando en escritura ante el escribano Sebastian Páez en 7 de febrero de 1506 :
“Juan de Aday, natural de las islas y vecino de Gran Canaria, vende a Jerónimo de Valdés, vecino de Tenerife, una yegua de color castaño, de 10 años, y una potranca que va a cumplir dos años, por un precio de 5.000maravedís. A pagar en dinero al contado o en trigo, según lo decida Jerónimo Valdés, a finales de agosto”
Un Diego de Aday, del que poco he podido recabar, aparece en acuerdo del 2 de octubre de 1523 como propuesto para guarda del Puerto de Santa Cruz.
Un apellido del que tenemos constancia en Tenerife, pero con la duda de si sus actuales usuarios son naturales de Canarias. El apellido es Ágreda que fue usado por un conquistador que empleó inicialmente el apellido Cieza de su madre y cambió luego al apellido Ágreda de su padre, que es topónimo de la provincia de Soria... Cuando leemos con atención la documentación de la época nos van apareciendo lugares como La Zarza en Cáceres, lugar de su nacimiento que nos recuerda a nuestro topónimo La Zarza en Fasnia, como igualmente tendremos una Granadilla en la misma provincia. Este primero que anotamos se llamó Diego.
Este conquistador, de apellido Ágreda y a veces Cieza, recibió datas junto a las de su hermano Martín en Acentejo, en una fecha tan temprana como el 9 de marzo de 1499.
Poca suerte tuvo su hermano Martín de Ágreda, que no pudo disfrutar de su data puesto que murió joven y soltero en una cabalgada a Berbería en 1500, de la que ya hemos hablado en una anterior ocasión. La soltería parece que fue norma de la familia, pues no casó tampoco Diego de Ágreda, pero si tuvo un hijo natural con su criada Isabel García, de nombre Juan que llevó el apellido Ágreda familiar. No nos aclara la historia el lugar de su muerte, pero hay que sospechar que, tras hacer un generoso testamento a favor de Juan, su hijo natural, sus criados y vecinos embarcó a Berbería en una cabalgada en el año 1524 de la que no parece haber vuelto.
Aguilar. Un apellido que tenemos ante la vista con frecuencia desde muchos siglos atrás. La primera noticia ya la tenemos en la poco conocida, o mejor diría poco difundida, “Información guanartémica” documento de 1526 que hace Doña Margarita Fernández Guanarteme, esposa de Don Miguel de Trejo y Carvajal, hija de Don Fernando “Guadarteme” ( asi lo declara ella misma ). En esa información un Gonzalo de Aguilar declara haber sido conquistador en Gran Canaria. Fue natural de Extremadura, aunque tanto su padre, Juan Aguilar, ni Catalina Jiménez, su madre, declarados como tales en la historia no tengan un soporte que lo haga evidente. Sí sabemos con certeza que se vinculó por matrimonio con la importante familia de los Verde, naturales o vecinos de Lanzarote. Fue padre de una abundante familia legal y otra no tanto. En la legal aparecerán no menos de 9 hijos, y en la menos legal un Juan y un Francisco que usaron el apellido Aguilar. Un análisis pormenorizado de la descendencia de este hijo Juan nos llevaría a un nuevo análisis de nuestro mestizaje si por él sabemos que hay moriscos en la familia como Juan Martín o Juan de Troya.
Alarcón. Un apellido con presencia confusa puesto que aparece en buena parte de la documentación contenida entre los acuerdos del Cabildo de Tenerife desde 1508 a 1513 con referencias a un licenciado Alarcón que recibe tierras en “el rio de Afonchas”, llamado en otro documento valle de Afore, que a mi entender es zona del reino de Adeje ( Registro General del Sello 15 de noviembre 1505).
Pero sí que hay personajes para todos los gustos en nuestra historia, bien documentados con ese apellido y citados por varios cronistas. El poeta Cayrasco colocó a un Alarcón como conquistador de Fuerteventura entre las huestes de Jean de Bethencourt. Una vez mas habrá que decir que algunas genealogías fueron fruto de pagos para dar una vida inexistente a más de un candidato a una prebenda de la corona, como fueron las Ordenes Militares Santiago o Calatrava. Viana y Núñez de la Peña pudieron haber caído en esa manía genealógica.
Pero la Santa Inquisición tenia otros medios y bien pronto encontró la filiación de Martín de Alarcón, un hijo de la bella Ayamonte, en Huelva, que fue investigado como judío converso, aunque fuera hijo de otro Martín de Alarcón que había participado en la conquista de Granada. Este afincado en Canarias, Martín de Alarcón, al quedar viudo en su Ayamonte natal, casó en Lanzarote con Leonor de La Peña. De su hija Isabel, casada con el natural de Moguer Juan Beltrán, nacerán muchos de los que que con ese apellido Beltrán vivirán en Tenerife con abundante sucesión.
Como los apellidos van y vienen, otro Pedro de Alarcón, natural de Lanzarote, llegó a ser el administrador de los bienes de Alonso Fernández de Lugo en la isla de La Palma. Hizo buena cosecha en Tenerife, pues obtuvo el heredamiento de un importante ingenio de azúcar en Güimar, y allí está enterrado en el convento de Santo Domingo. Entre sus hijos habidos de su matrimonio con Doña Juana Ramírez habrá que destacar a Francisco de Alarcón, que casó en segundas nupcias con Argenta de Franchi Lutzardo Betancor, que aun resuena en el valle de Güimar al concederse en esta localidad un premio con su nombre.
Albornoz.Un apellido que a la vista nos indica que estamos ante una prenda de baño de origen confuso puesto que lo podremos encontrar citado como atuendo de origen árabe .O más señaladamente en genealogía como apellido con raíces en La Rioja desde el siglo XII .
Pero sí que hay un conquistador con mucha historia con ese apellido, Francisco de Albornoz, que no solo participó en la conquista de Granada sino que también vino a la de Tenerife y La Palma. Una vez más tras la amplia documentación del Sr. Cebrián Latasa, sabemos que ya era Alcalde Mayor de la Isla de Tenerife en 1498. Se le cita como fundador entre otros del lugar del Realejo y todo ello a pesar de sus diferencias con el Adelantado, que, poco cumplidor de sus acuerdos, le quitó el agua de sus propiedades en el año 1530. Tuvo abundante descendencia, no menos de 8 hijos de su matrimonio con Doña Ana Perdomo, hija del conquistador de Lanzarote Juan Perdomo y su esposa Doña Catalina de Cabrera. De su testamento definitivo, puesto que hizo dos, en el último de 1533 hay evidencia de su buena posición económica en tierras de varios lugares de la isla como Tacoronte, Tegueste o la Orotava.
El matrimonio de su hijo Juan con Francisca Fernández Guadarteme, no confundir con Guanarteme, daría para toda una novela legendaria muy al gusto genealógico que algun día abordaremos con paciencia e intento de poner cada cosa en el lugar que corresponde. Bien claro hay que dejar que la genealogía no siempre se corresponde con la historia.
Cherino y su variante Chirino. Un apellido al que damos la importancia de pertenecer a Don Martín Chirino, escultor gran canario cuyas obras adornan nuestras plazas. Pero ¿quien es el origen de ese apellido en Canarias? Lo iniciamos con Juan Cherino, al que el Adelantado ya da tierras en Tenerife en mayo de 1511. En realidad, una pequeña donación que no pasó de 4 fanegas para viña. Pero hay otra presencia en Gran Canaria que sí tiene una larga y hermosa historia. Es la historia de Antonio Cherino un judeo converso que tiene por padre a otro ilustre miembro de la saga judeo conversa de los Gómez de Ocaña y los Gutiérrez de Ocaña .Hay variantes poco documentadas de la identidad de su madre, a la que se atribuye un origen de La Palma y además con la notoriedad de que fuera aborigen prehispánica del lugar, y con un enlace generacional que nos llevará hasta Don Bartolomé Cayrasco de Figueroa. No tengo capacidad para hacer un seguimiento de este apellido en la ingente obra del Sr. Fernández Bethencourt. Juzguen aquellos que la lean.
Y para no cansar al personal, una breve idea de un lugar del municipio de Güimar que lleva el nombre Cataño. En dicho lugar igualmente aparece como obra del siglo XX un pozo para extracción de agua con el mismo nombre. Pero, ¿hubo un humano Cataño ? La obra del Sr. Cebrián Latasa no ofrece dudas. Juan (Jacome) Cataño es un hombre de confianza de Juan Albertos Guiraldín, tan vinculado a esa zona entre Candelaria y Güimar, aunque sus propiedades documentadas se encuentren en el valle de Taoro. Pensamos que la vinculación a la zona de influencia del mercader florentino Guiraldin dejó el apellido de Juan Cataño, o alguno de su hijos Gabriel, Francisco ,Pedro o Jacome en ese lugar.
Y así paso a paso seguiremos dando a la luz lo que ya está escrito, puesto que no es nuestro trabajo alterar la historia.
“ Verba volant scripta manent “
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