El nombre de nuestras calles (158). Obispo Pérez Cáceres

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 9 de junio de 2024)
 
 
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (158)
 
Calle Obispo Pérez Cáceres
 
 
Barrio Uruguay
 
 Don Domingo Pérez Cáceres
 
Domingo Pérez Cáceres (Güímar, 1892 – La Laguna, 1961).
 
 
          A los 14 años ingresó en el Seminario Conciliar de La Laguna, donde cursaría los estudios eclesiásticos. Ordenado Sacerdote, en 1916, su primer destino sería la parroquia de San Pedro, de su Villa natal, en la que, durante la epidemia de gripe española de 1918, repartiría su cuantioso patrimonio familiar entre los pobres y enfermos de su parroquia.
 
          En 1920 fue nombrado cura regente de la parroquia de San Salvador, en La Matanza. En 1925 pasó a desempeñar la Coadjutoría de la parroquia matriz de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife. En 1926 pasaría de nuevo a la parroquia de San Pedro, en Güímar,  de la que sería arcipreste, vocal de la Junta Provincial de Beneficencia y examinador pro sinodal.  
 
          En 1935 fue nombrado Deán de la Santa Iglesia Catedral de Tenerife. Al año siguiente sería designado Vicario General de la Diócesis. 
 
          En 1946, al quedar vacante la sede episcopal, por traslado a Córdoba del obispo Fray Albino, el Cabildo Catedral lo elegiría Vicario Capitular. 
 
          Don Domingo sería nombrado Obispo por el Papa Pío XII, el 28 abril de 1947, y la Consagración Episcopal la recibiría en la Catedral de La Laguna, el 21 de septiembre, donde el pueblo tinerfeño le manifestaría todo su cariño, al ser el primer canario en regir esta demarcación eclesiástica. 
 
          En su labor apostólica llevó a cabo la Coronación de la Virgen de los Reyes en la isla de El Hierro (1953), verificó la Coronación Canónica de la Imagen de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna (1954), y consagró la Basílica de Candelaria (1959), donde está enterrado.
 
          Don Domingo fue conocido como el “Obispo de los Pobres”, por su generosidad, bondad y por la discreta ayuda que prestó a cuantos se lo pidieron.
 
          Está considerado como uno de los precursores de la Romería de San Benito Abad, en La Laguna, y de las Fiestas de Invierno en Santa Cruz de Tenerife.
 
           En su testamento dispuso que la Gran Cruz de la Beneficencia que le había concedido el Gobierno de la Nación, así como su anillo y Cruz pectoral, fueran donados a la Imagen de San Pedro, en Güímar, ornamentos que el Santo luce los días de su Festividad.
 
          La Mancomunidad Interinsular de Cabildos y el Ayuntamiento de Güímar le nombrarían Hijo Predilecto y todos los Municipios de la provincia le nombraron Hijo Adoptivo. 
 
 
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