Agustín de Betancourt. Vida en Tenerife

 
Por Carlos Quintana González de Chaves (Publicado en el número 425 de la Revista CIMBRA, mayo de 2024)
 
 
Cuando se va a cumplir el bicentenario de la muerte de Agustín de Betancourt y Molina, el 14 de julio de 1824, en San Petersburgo (Rusia), este artículo pretende describir su periodo vital en Tenerife, donde nace, se cría y crece, este ilustre personaje, primer ingeniero civil español y padre de la ingeniería moderna en Europa, fue el máximo responsable de los desarrollos tecnológicos en la España del siglo XVIII. 
 
Además de ingeniero, fue arquitecto, científico, ensayista, militar y, sobre todo, un ilustrado, una persona con una profunda curiosidad, que le permitió atesorar un volumen enorme de conocimiento. Ésta fue su principal cualidad, junto con la honradez y la humildad, las tres virtudes esenciales para ser un buen ingeniero.
 
AB - 1
 
Hotel Monopol, en el Puerto de la Cruz, inmueble donde se ubicó la casa natal
 
 
          Agustín de Betancourt y Molina nace el 1 de febrero de 1758, en la casa familiar situada en el inmueble que actualmente ocupa el Hotel Monopol, en la calle Quintana, nº 15, de la Ciudad Turística del Puerto de la Cruz, núcleo llamado en aquella época Puerto de la Orotava, en el norte de Tenerife. Siendo bautizado a los seis días, el 7 de febrero de 1758, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, ubicada frente a dicha casa familiar, con el nombre completo de Agustín José Pedro del Carmen Domingo de Candelaria de Betancourt y Molina.
 
          Nace en el seno de una familia acomodada, de la nobleza insular de Tenerife. Su padre fue el Teniente Coronel de los Reales Ejércitos Don Agustín de Betancourt y Castro, Caballero de la Orden de Calatrava, natural de Las Palmas de Gran Canaria (1720), descendiente de familias de conquistadores de las Islas, nieto de Don Marcos Francisco de Betancourt y Castro, Gobernador y Capitán General de Venezuela; ostentó el mayorazgo de su casa, por lo que el grueso del patrimonio familiar recayó en su custodia. Su madre fue la aristócrata Doña Leonor de Molina y Briones – Monteverde, hija de los Marqueses de Villafuerte, natural de Garachico (1725), en Tenerife. Ambos eran personas destacadas en el ámbito económico y social de la isla de Tenerife y sobresalían por su esmerada educación.
 
          Contrajeron matrimonio en La Orotava en 1755, él con 35 años y ella con 30, engendrando once hijos: José, Agustín, María del Carmen, Juan, María Magdalena, Pablo, Luisa, Catalina (de la cual tuvo predilección su hermano Agustín), Mª del Pilar, Leonor y Marcos. Tanto Juan, Magdalena y Leonor murieron a muy temprana edad.
 
          Los primeros años de la vida de Agustín de Betancourt discurren entre las diferentes posesiones de la familia, las haciendas de la Rambla de Castro, la Zamora e Icod El Alto, todas en lo que hoy es el municipio de Los Realejos, y el propio domicilio del Puerto de la Cruz, con estancias en La Orotava, San Cristóbal de la Laguna y Garachico, por obligaciones familiares y sociales de sus padres.
 
AB - 2
 
Hacienda de la Rambla de Castro en Los Realejos
 
         
          La responsabilidad de su educación recae en su madre Leonor, ya que su padre se debe a la administración de las haciendas y negocios, relacionados con la exportación de vinos y en la elaboración de tejidos, cogiendo gran relevancia los elaborados con seda.
 
           Su madre se procuró con una minuciosa perseverancia en que todos sus hijos, indistintamente del sexo, tuvieran una exquisita educación. Ella les enseñó a leer y a escribir, música, artes y francés, sin olvidar los valores, modales y reglas sociales que requerían las personas de su clase.
 
         Su padre apoyó esta labor y fomentó la curiosidad y la experimentación, introduciendo en las ciencias a sus hijos, con excursiones y permitiendo el acompañamiento de los mismos en sus quehaceres diarios. Siempre que hubo oportunidad, procuró que las personas más insignes de la sociedad cultural tinerfeña apoyaran, ampliasen y mejoraran la formación de sus vástagos. El más representativo de todos ellos fue Don José de Viera y Clavijo (Los Realejos, 1731 – Las Palmas de Gran Canaria, 1813), siendo el mayor exponente de la ilustración canaria.
 
          Agustín se cría y crece en una ambiente culto, refinado y liberal, en una de las mejores familias ilustradas de Tenerife.
 
          Su niñez la pasa jugando juntos a sus hermanos entre telares, y según el mismo, fue lo que le dio origen a su afición a las artes mecánicas. A su temprano interés por este arte, contribuyeron la excelente biblioteca familiar y los molinos harineros de gofio del Valle de la Orotava.
 
          Desde muy joven, con sus hermanos José y María del Carmen acompañaban a su padre a las famosas reuniones de la Tertulia de Nava, en San Cristóbal de la Laguna, germen de lo que será la prestigiosa Real Sociedad Económica Amigos del País de La Laguna, fundada en 1777, bajo el auspicio de Carlos III, con el objetivo de apostar por planes de reforma en el ámbito de la agricultura y de los gremios artesanales con unos fines más útiles y prácticos.
 
AB - 3
 
Palacio de Nava, en San Cristóbasl de La Lagun, sede de la Tertulia de Nava
 
         
          La Tertulia de Nava, organizada por el V Marqués de Villanueva del Prado, Don Tomás de Nava Lino y Grimón, en su casa-palacio de Nava, contribuyó a difundir las novedades que se propagaban por la Europa moderna y se convirtió en un fructífero medio de difusión de los conocimientos innovadores y del cambio de las mentalidades ancladas aún en el Antiguo Régimen. Desde sus orígenes se adoptó una postura contraria al control de la Iglesia sobre el conocimiento, inclinándose por una progresiva secularización de los saberes. En ella se dieron cita personalidades de las clases nobiliaria y militar de la isla de Tenerife, y en la que Viera y Clavijo se erigió en protagonista y artífice dinamizador de las diversas actividades que en ella se llevaron a cabo.
 
          El lugar favorito de Agustín de Betancourt, que no deja de acordarse a lo largo de toda su vida, tanto en Madrid, como más tarde en París, Londres y San Petersburgo, fue la Hacienda de la Rambla de Castro, lugar de sus recuerdos felices, en donde las tareas y obligaciones se combinaban con las actividades lúdicas y de esparcimiento familiares. En ella es donde despertó y desarrollo toda su curiosidad por conocer y comprender. Con su padre y su hermano José descubrían, discutían e implementaban los ingenios de la época para dominar el flujo del agua que regaba la Hacienda. El disponer de este recurso en tal grado, permitió que esta finca fuera de las más frondosas y hermosas del norte de Tenerife. 
 
          Un ejemplo de la actividad ilustrada en la que estaban inmersos los Betancourt y Molina, y muestra de las tempranas inquietudes científicas del joven Agustín, fue la observación, en compañía de Viera y Clavijo, del tránsito de Venus por delante del disco solar, el 3 de junio de 1769, anunciado por el astrónomo inglés Halley en 1716, en el domicilio familiar de Puerto de la Cruz. De esta observación, Agustín, con once años, redactó una pequeña memoria del fenómeno. 
 
          Llegado a un cierto nivel en la educación de José y Agustín, por consejo de Viera y Clavijo, la familia Betancourt y Molina deciden mudarse a La Orotava, a una vivienda de familiares de la madre, para que ambos ingresen en el Convento de Santo Domingo de Guzmán, de la orden de los Dominicos, para recibir una formación reglada. En donde también estudiaron otros grandes ilustrados tinerfeños, como el fabulista Tomás de Iriarte y el propio Viera y Clavijo.
 
AB - 4
 
Convento de Santo Domingo de Guzmán en La Orotava
 
         
          El ingreso en este centro, no frenó las costumbres ilustradas de sus padres con sus hijos, todo lo contrario, se dedicaron más aún si cabe a aportarles las necesidades que requiriese su sed de conocimiento y experimentación. Prueba de ello, fue la excursión que realizaron el 14 de noviembre de 1776, José, Agustín y su padre, acompañados por otros ilustrados a la Cueva del Viento, en Icod de los Vinos, el quinto tubo volcánico más largo del mundo. De dicha excursión surgió una memoria que incluía la descripción de la cavidad, plano y un gran número de observaciones; la cual, fue presentada en la Tertulia de Nava.
 
          Durante este periodo la amistad con su hermano mayor José crece y se hacen inseparables, generándose una admiración entre ambos, que perdurará durante los siguientes años.
 
          Con diecinueve años, Agustín de Betancourt se convierte en todo un erudito en la sociedad tinerfeña, siéndole reconocido en varias ocasiones su inventiva en los campos más diversos, junto a su hermano José son vinculados como fundadores de la ya citada Real Sociedad Económica de Amigos del País de La Laguna. Son constantes las apariciones de ambos hermanos, presentando diversos trabajos en dicha institución. 
 
          Algunos de sus diseños han sobrevivido al paso del tiempo, un molino harinero o una máquina de hilar seda (la máquina epicilíndrica), desarrollada en colaboración con su hermana María del Carmen, y de otros se conservan testimonios indirectos.
 
          Siguiendo con la tradición familiar, el 1 de julio de 1777, Agustín de Betancourt ingresa como Cadete en el Regimiento de Infantería de la Orotava. Al año siguiente, el 6 de marzo de 1778, asciende a Subteniente, y el 13 de mayo de 1778 es promovido a Teniente.
 
          El ambiente de trabajo y las inquietudes intelectuales de la familia, su aptitud y predisposición para el estudio científico, así como su habilidad técnica y artística, fueron las circunstancias propicias para que el joven Agustín comenzara a plantearse ampliar sus conocimientos en otras latitudes; por tal motivo, la familia decidió afrontar el esfuerzo económico que ello representaba, a pesar de obtener una pensión por Carlos III, para estudiar en los Reales Estudios de San Isidro y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
 
          El 19 de octubre de 1778, con veinte años, embarca desde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife rumbo a Cádiz, para no regresar nunca más a su tierra natal.
 
- - - - - - - - - - - - - - - - - -