Viera y Clavijo
Por Alastair F. Robertson (Traducido del inglés por Emilio Abad y publicado en el Diario de Avisos el 22 de abril de 2024)
Este artículo no se refiere al famoso sacerdote e historiador canario José de Viera y Clavijo, el autor de Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, sino a tres barcos que llevaron su nombre.
El primero apareció el martes 9 de agosto de 1881, cuando se botaba en el nuevo astillero de Caroline Park, Granton, cerca de Edimburgo, un barco construido por orden de la Sociedad de Pesquerías Canario Africanas. Medía 21 metros de eslora, 5 de manga y 2,5 de calado y estaba aparejado como un velero, pero se le podía equipar con una hélice cuando fuera necesario. Su destino era la industria pesquera de Canarias, y recibió el nombre de Viera y Clavijo. Don G.V. Ressich, el cónsul español, afirmó que este barco formaba parte de una flota de arrastreros que habían faenado con éxito en las costas de la España peninsular y de las Islas Canarias y habían provocado una revolución en la industria pesquera española. Tras varias pruebas de mar y proceder a su acondicionamiento, el Viera y Clavijo, cargado únicamente con lastre para una mayor estabilidad, zarpó de Leith el 27 de septiembre, vía Cádiz, rumbo a las Islas Canarias. Y eso es lo último que sabemos de él.
Siete años después, en julio de 1888, se botaba otro Viera y Clavijo. Los señores David J. Dunlop & Co., ingenieros y constructores navales de Inch Works, Port-Glasgow, construyeron “un vapor propulsado por hélice y de bello diseño”. Medía 58 m de eslora, 8 de manga y otros 6 metros desde la bodega hasta la toldilla. El buque había sido encargado por los Sres. Elder, Dempster & Co., de Liverpool, para la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, y era el segundo de una serie de vapores destinados al servicio de correo interno y externo de las Islas Canarias.
El vapor Viera y Clavijo estaba dotado de luz eléctrica y “todos los más modernos aparatos para el confort de los pasajeros de primera y segunda clase”, de los que podía transportar un gran número, hasta 150. La maquinaria era "de gran potencia" y de ella se esperaba conseguir una alta velocidad de navegación. El barco era hermano del León y Castillo, botado unas semanas antes, el 15 de junio de 1888, y del Pérez Galdós, que era un barco antiguo, construido en 1857, pero reconstruido casi totalmente en 1890 para prestar servicio con Elder Dempster. El 25 de agosto de 1888 el Viera y Clavijo realizó un viaje de prueba por el río Clyde y zarpó al día siguiente rumbo a Gran Canaria, travesía cuya duración prevista era de seis o siete días.
El barco entró inmediatamente en servicio regular, navegando entre Las Palmas y Tenerife como parte de un nuevo proyecto de comunicaciones interinsulares programado por el gobierno español y que había sido inaugurado poco antes por el León y Castillo.
Con base en Las Palmas, una vez alcanzado su destino, Santa Cruz de Tenerife, solía regresar el mismo día, aunque algunas veces pernoctaba en el puerto tinerfeño y tan solo muy ocasionalmente permanecía en él varios días. En septiembre de 1889 hubo un cambio en esa rutina, pues se dirigió desde Las Palmas al puerto marroquí de Safi, adonde llegó el día 6, partiendo dos días después hacia Mazagan, al NE; siguió navegando cerca de la costa y, tras una escala en Cádiz, el Viera y Clavijo regresó a su base el día 21.
En enero de 1890 tuvo lugar otra ruptura de la rutina, aunque esta vez no tan ambiciosa como la anterior, pues el barco zarpó de Tenerife rumbo a a Las Palmas, continuando viaje a Lanzarote, recorrido que parece más adelante convertirse en habitual. En febrero se registraba de manera bastante enigmática que simplemente estaba “en puerto” en Gran Canaria.
En marzo de 1890, el Liverpool Mercury publicaba una reseña de “ALOJAMIENTOS VACIONALES EN TENERIFE” para información a los turistas británicos. Después de describir el carnaval de Santa Cruz, la nota destacaba que: “Al menos hicimos una parte del recorrido en un vapor de construcción inglesa, llamado Viera y Clavijo, que lleva, muy extrañamente, la matrícula de los señores Elder, Dempster y Co., de Liverpool. El capitán y la tripulación son españoles, y la bandera en lo alto del mástil es la española, pero uno tiene la sensación de que el barco es inglés y que la apariencia española forma parte de una mascarada”. Dos años más tarde, otro turista inglés recomendaba que “la isla de Palma se puede visitar viajando en el Viera y Clavijo o el León de (sic) Castillo, los dos vapores de hélice de la Compañía Interinsular.”
El 11 de junio de 1893 el Viera y Clavijo, junto con el Pérez Galdós y el Isla, barco de la Gran Canaria Coaling Company, especialmente adaptado para trabajos de salvamento, participó en una operación de recuperación del cargamento del vapor Durban. que había encallado en la costa de Güímar. El Viera y Clavijo se encontraba en dique y a punto de ser reparado en aquel momento pero se alistó y, con una mar muy revuelta, acudió en auxilio del Durban. Al cabo de cinco días todo lo que se pudo salvar había sido recuperado y llevado a Santa Cruz en tres viajes. Conjuntamente, el Viera y Clavijo y el Pérez Galdós tuvieron derecho a una suma de 1.200 libras esterlinas, casi 117.000 euros actuales, mientras que el Isla recibió 800 libras esterlinas, o alrededor de 77.000 euros.
Trece años después, en 1906, el Pérez Galdós era desguazado en Las Palmas, mientras que el Viera y Clavijo evidentemente se fue deteriorando, pues en 1913 se señalaba en el informe anual de la African Steamship Company, una subsidiaria de Elder, Dempster & Co., que el Alegranza, antiguo Viera y Clavijo, había sido vendido.
El Viera y Clavijo, o Alegranza, había sido reemplazado por un tercer barco con aquel nombre, botado en diciembre de 1911. El buque se había construido en el astillero de la Caledonian Shipbuilding Company de Dundee, y se le describía como “un excelente vapor de pasajeros y carga”, que se destinaría al tráfico comercial entre la Península y Canarias. Sus dimensiones eran 67 metros de eslora, 9 de manga y 6 de calado, con un tonelaje bruto de unas 900 toneladas métricas, y estaba valorado en unas 20.000 libras esterlinas (unas 1.750.000 euros actuales). El barco fue "bautizado" por la esposa del ingeniero superintendente de la Elder Dempster Company.
El nuevo vapor Viera y Clavijo, construido en Dundee para propietarios españoles, abandona el río Tay rumbo a España.
Por desgracia, en febrero de 1912, mientras realizaba su viaje inaugural a Las Palmas, el Viera y Clavijo sufrió un accidente. Quedó embarrancado en el famoso Goodwin Sands, un banco de arena de 16 kilómetros que corre a lo largo del extremo SE. de Inglaterra. Más tarde fue reflotado, pero tuvo que permanecer en dique seco en Southampton para comprobar si había sufrido daños.
No tengo más datos de la vida de este Viera y Clavijo que la nota en que se recogía que el 21 de julio de 1939 había zarpado de Dakar, en Senegal, rumbo a su puerto base en Las Palmas, donde arribaría el día 28. Tras una vida laboral de más de 60 años, el tercero y más longevo de los Viera y Clavijo fue llevado a Rotterdam para convertirse en un restaurante flotante hasta su desguace en 1980.
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REFERENCIAS
- British Newspaper Archive online
- Scottish-built ships online
- Tees-built ships online
- Lloyd’s Register of Ships online
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