Centenario del Observatorio Meteorológico en Santa Cruz de Tenerife
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 21 de abril de 2024)
Observatorio Meteorológico de Santa Cruz de Tenerife
Las primeras observaciones meteorológicas realizadas en Santa Cruz de Tenerife, en 1873, las llevó a cabo Francisco Aguilar Fuentes, ayudante de Obras Públicas, pintor, poeta y gran aficionado a la astronomía, desde la caseta meteoróloga instalada en la azotea de su casa, sita en la calle del Pilar 42, enviando los datos que tomaba a la prensa local; datos que Alfred Samler Brown publicaba en las Guías para Forasteros.
En enero de 1887, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife instalaría un observatorio meteorológico en el antiguo convento franciscano de San Pedro de Alcántara, donde estaba la sede del Consistorio y del Establecimiento de Segunda Enseñanza, cuyos profesores llevarían altruistamente su mantenimiento y la toma de medidas, enviándolas a la prensa local.
Primer telescopio utilizado (Actualmente en el Observatorio de Izaña)
En 1903, el citado Observatorio Meteorológico Municipal se trasladaría a la azotea del Ayuntamiento, ahora en la calle Viera y Clavijo, añadiéndole un telescopio (foto), barómetros, pluviómetros, electrómetro, heliógrafo, termógrafo de Richard, anemómetro de Robinson, anteojo astronómico, aguja de inclinación y prismáticos, comprados en París por valor de 2.500 pesetas. También se instalaría una caseta meteorológica para registrar las temperaturas de cada jornada, en la que había varios termómetros, un psicómetro para determinar la temperatura del aire, humedad y tensión, y un higrómetro registrador.
Su director sería Juan Fernández Valderrama y Aguilar (Santa Cruz de Tenerife, 1869-1912), gran entusiasta de la ciencia meteorológica que desde que tenía 16 años ya venía realizando observaciones astronómicas en casa de su tío, el citado Francisco Aguilar Fuentes, y que anotaría en los siete cuadernos que se conservan en el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Juan Fernández Valderrama enviaba diariamente a los periódicos locales los registros meteorológicos de temperatura y presión existente en la ciudad, a la vez que en una pizarra, colocada en la entrada del muelle, anotaba los datos de las observaciones realizadas a las 9:00 horas, a la 10:52 hora local y a las 15:00 horas y, a la puesta del sol, la temperatura máxima del día. Quincenalmente, remitía a los Estados Unidos la observación de las 10:52, ya que correspondía al mediodía de Greenwich.
A partir de enero de 1907 comenzó a publicar las temperaturas desglosadas por meses y por estaciones, demostrando de esta manera que Santa Cruz, capital de Canarias, tenía un clima suave, benigno y verdaderamente delicioso, subrayando la no existencia de fluctuaciones térmicas entre el día y la noche.
También enviaba sus observaciones y datos meteorológicos a la Sociedad Astronómica de Francia, donde eran publicados en su Boletín, y publicaba artículos en L´Astronomie, una prestigiosa revista francesa.
Como el 18 y 19 de mayo de 1910 se habían reunido en las Cañadas del Teide varios científicos europeos para observar el paso del Cometa Halley, y gran cantidad de gente “asustada” se iba a congregar en la Plaza La Candelaria a esperar el fatal acontecimiento, Juan Fernández Valderrama publicaría un artículo en el periódico La Opinión explicando que, de los tres principales peligros que el cometa podía producir en las personas: magnéticos, eléctricos, y cósmicos, ninguno era cianógeno (gas muy venenoso que huele a almendras amargas).
De sus observaciones, destacamos: La ocultación de Venus por la Luna, ocurrida el 11 de enero de 1907; y el eclipse de Luna, visible desde esta capital en todas sus fases, la noche del 3 al 4 de junio de 1909. La NASA utilizaría una observación suya -la TR R-277- en el proyecto espacial Apolo, que llevó el primer hombre a la Luna.
A los cinco años de haber fallecido Juan Fernández Valderrama, el Ayuntamiento le traspasó la responsabilidad de las observaciones al profesorado de la Escuela de Comercio, situada en el mismo edificio municipal. En 1920, cuando el Cabildo propuso instalar un observatorio meteorológico para la navegación aérea y trabajos de sismología, el Ayuntamiento le cedería todos los aparatos que poseía, asignando además una subvención de 2.000 pesetas.
El edificio
El inmueble, a unos 20 metros sobre el nivel del mar, se levantó en un solar de 6.000 metros cuadrados, en la calle San Sebastián 77, y comenzó a construirse en enero de 1922, según el proyecto del arquitecto Antonio Pintor y Ocete, siendo adjudicado en subasta a Manuel Padrón Sosa.
El edificio, costeado por el Cabildo Insular de Tenerife con 83.000 pesetas, sería cedido en usufructo al Instituto Geográfico Nacional, en abril de 1924, aportando anualmente 3.000 pesetas de subvención.
En la actualidad depende del Centro de investigación del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de la Administración Central, dependiente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la cual asume todas las competencias y funciones del Instituto Nacional de Meteorología (INM).
El observatorio
El observatorio meteorológico está situado en la última planta del edificio, mientras que las oficinas del Centro ocupan las dos restantes. En el sótano se encuentran los archivos.
Cuenta con una Estación para medir la presión barométrica, humedad relativa, temperatura, velocidad y dirección del viento, lluvia, temperatura del punto de rocío, sensación térmica, índice aparente de temperatura, densidad del aire, y radicación solar.
La citada estación opera según el tiempo universal coordinado (UTC); por lo que en invierno nuestro horario es UTC+O horas, y en verano UTC+1 hora.
Desde sus tres webcams (cámaras de vigilancia), cada dos minutos recibe imágenes del cielo de Santa Cruz, La Cuesta, el macizo de Anaga y del Muelle.
Distinciones
El trabajo realizado por el personal del Observatorio Meteorológico de Santa Cruz de Tenerife durante estos 100 años ha sido reconocido por la Organización Meteorológica Mundial, ya que las observaciones no fueron interrumpidas durante la Guerra Civil Española ni durante la Segunda Guerra Mundial.
También fue distinguido por custodiar series de registros pluviométricos de alta calidad de los últimos 150 años (Patrimonio Climático), ya que son una importante referencia para la caracterización del clima de costa en Canarias y en la zona subtropical marítima en el Atlántico.
De la misma manera, también fue premiado por la calidad de sus radios sondeos atmosféricos del programa internacional de Vigilancia en Altura.
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