220 aniversario del primer alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José María de Villa

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en El Día el 17 de diciembre de 2023).
 
Firma de José M. de Villa
Firma de José María de Villa
 
 
          José María de Villa Martínez (Galdames, Vizcaya, 1758 – Santa Cruz de Tenerife, 1833), capitán de marina que había arribado al puerto de Santa Cruz en varias ocasiones hasta que, en 1793, fijaría aquí su residencia al casarse con Agustina de Herrera Cabrera, natural de Pájara, Fuerteventura, dedicándose al comercio y siendo diputado del Ayuntamiento.
 
          Durante la Gesta del 25 de julio de 1797, intervendría activamente en el Plan de Rondas –Sistema de Protección Civil diseñado en caso de invasión-, y sería uno de los firmantes del acta de la reunión popular, celebrada en la iglesia de El Pilar, donde la Santa Cruz y el Apóstol Santiago fueron aclamados compatronos de esta Villa, ya que en su onomástica se había conseguido la victoria sobre los ingleses. 
 
          Cuando en 1799 fue nombrado Alcalde Real, para poder llevar a cabo las obras y mejoras necesarias tuvo que pedir dinero a los vecinos acaudalados, dada la carencia de fondos municipales.
 
          El 28 de agosto de 1803, al llegar la Real Cédula expedida por Carlos IV en Aranjuez, Madrid, en la que se le concedía a Santa Cruz el privilegio de Villa Exenta, con jurisdicción propia, los títulos de Noble, Invicta y Leal, y el Escudo de Armas, la primera disposición que tomó el Corregidor de la Isla de Tenerife, Matías López Lago fue convocar elecciones para elegir Alcalde y a su primera Corporación Municipal. En el citado año, a Santa Cruz se le asignaban 6.889 habitantes.
 
          Las elecciones, celebradas los días 27 y 28 de noviembre, tuvieron que efectuarse en la capilla del Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados (Hospital Civil), al estar expuesto el Santísimo en la iglesia del Pilar. 
 
          Al alcalde elegido, José María de Villa, se le entregó el bastón de mando, el 7 de diciembre de 1803, en un solemne acto celebrado en la iglesia Matriz de la Concepción, bajo la presidencia del comandante general marqués de Casa-Cagigal y del comisionado regio Matías López Lago, después de jurar “sostener los privilegios y gracias que S.M. ha concedido a esta Villa exenta, administrar justicia no sólo de oficio sino a pedimento de partes, despachando sin llevar derechos a los pobres, y guardar secreto de las cosas y casos que lo exijan.” 
 
          Para la ocasión, el alcalde vestía casaca de color violeta claro, con cuello muy alto y manga estrecha; chaleco amarillo de color muy pálido, con botones de nácar; pantalón aplomado de tapabalazo; coleto empolvado y corbata de seda; sombrero de pelo blanco; catalejos y bastón de caña de bambú con borla, todo regalado por don Prudencio, un rico indiano de la calle la Caleta. Al finalizar la función religiosa hubo música, luminarias extraordinarias y recepción en casa del alcalde. 
 
          En el acto estaba acompañado de la Corporación Municipal, constituida por los diputados Víctor Monjui, Francisco Seicher, Félix Riverol y Pedro Álvarez, así como el síndico personero Juan Anrán de Prado y el alguacil mayor Enrique Casalón; de ellos, don José Desiré Dugour, decía: “No pudieron haber salido de la urna nombres tan populares ni de reputación más íntegra, pues con el celo que les caracterizaba y sus acertadas medidas, a ellos debe atribuírseles la honra de los altos destinos de esta población llena de movimiento y vida.” 
 
          El acto oficial de la demarcación del término Municipal se llevaría a cabo, al día siguiente, en una ceremonia celebrada a orillas del barranco del Hierro, estando presentes los comisionados de Santa Cruz y La Laguna. 
 
          Los gastos habidos en la toma de posesión fueron excesivos para la época, pues hubo que realizar gestiones en Madrid, confeccionar la Bandera y el Escudo de armas, oficiar la Santa Misa, etc. Ante la carencia de fondos, hubo que realizar una suscripción entre los vecinos. 
 
          En su mandato, el alcalde aprobaría el plan de obras para la nueva Recova, que se levantaría junto a la desembocadura del barranquillo del Aceite; la conducción de aguas dentro de la Villa, utilizando por primera vez caños de barro vidriados que se trajeron de Sevilla, etc. 
 
          Dividió la Villa en seis cuarteles (distritos), poniendo en cada uno un Regidor a su cargo; dispuso que los cadáveres se condujeran al cementerio cubiertos con un paño negro, facilitado por el Ayuntamiento, etc. 
 
          Publicó un bando de buen gobierno, ordenando la limpieza de la población; prohibiendo que los hombres y mujeres se bañaran a la vez en el mar, estableciendo los horarios para ambos sexos, etc. 
 
          José María de Villa Martínez, volvería a ser elegido alcalde los años 1811 y 1814. En estos mandatos tendría que enfrentarse al problema de la deforestación de los montes de la jurisdicción de Santa Cruz, debido a las sacas clandestinas de madera que se llevaban a cabo para Canaria, Fuerteventura y Lanzarote; intervino en un pleito entre los marchantes de ganado y las lavanderas que utilizaban las aguas del barranco de Santos, pues era costumbre antigua que el ganado bebiese en los charcos; lograría finalizar las obras del cementerio de San Rafael y San Roque, que él había iniciado en 1811, con motivo de la epidemia de fiebre amarilla; etc. 
 
Primera Casa Consistorial 1813. Calle San Fancisco esquina calle Castillo
 
Primera Casa Consistorial, 1813. Calle San Francisco esquina calle del Castillo
 
         
          En 1813, como las sesiones municipales se celebraban en su domicilio particular, los regidores municipales consideraron que deberían contar con una Casa Consistorial, alquilando una vivienda en la plaza de la Constitución, hoy la Candelaria, en la esquina de la calle San Francisco con la del Castillo. Para poder pagar los 20 pesos mensuales de alquiler, dadas las exhaustas arcas municipales, tuvieron que realquilar habitaciones a la Diputación Provincial, al Real Consulado del Comercio, a la Junta de Sanidad y al Jefe Superior Político.
 
          Cuando al final de su último mandato, don José María de Villa presentó la liquidación de las cuentas del Ayuntamiento, la Corporación le felicitó, haciendo constar en acta el celo y diligencia que había observado en todo su cometido como Alcalde durante tantos años.
 
          Aunque fue enterrado en el cementerio de San Rafael y San Roque, donde se encuentra el sepulcro, sus restos descansan en el Panteón de Tinerfeños Ilustres del cementerio de Santa Lastenia. 
 
- - - - - - - - - - - - - - - -