Solomon Berliner. El primer Cónsul de los EE.UU. en Tenerife (II)

 
Por Ken Fisher  (Traducido del inglés por Emilio Abad Ripoll y publicado en el Diario de Avisos el 8 de mayo de 2023).
 
  
          Quizás el lector se sorprenda al conocer que, tradicionalmente, el principal cometido de un consulado es el de favorecer el intercambio comercial entre su país y aquel otro en el que se asienta.(1) Y, aunque no se admita públicamente, los consulados, al igual que las embajadas, también pueden recabar información sobre otros aspectos del país anfitrión.
 
          Los cónsules envían con regularidad informes a sus países de origen, y dado que he encontrado algunos de los de Berliner, me gustaría compartir con ustedes varios de ellos. El lenguaje diplomático es algo extraño y en ocasiones sorprendente, pero en esos informes se esconde mucha historia que uno no puede encontrar en los relatos de los viajeros.
 
El comercio
 
          En lo referente a las actividades comerciales, Berliner siempre seguía al día la situación. A continuación pueden leer un informe de abril de 1904, al que rápidamente siguió otro en mayo:
 
                    “Solomon Berliner, Cónsul, Tenerife, Islas Canarias. 15 de abril de 1904.
           
                    Nunca en la historia han sido estas islas tan prósperas como lo son en la actualidad; ni siquiera los tiempos en que virtualmente proveían al mundo entero de cochinilla, ahora sustituida por los tintes de anilina, se pueden comparar con la riqueza de estos días. 
 
                     Las importaciones, en términos generales, se pueden cifrar entre 5 y 6 millones de dólares. De ellas, la principal partida la constituye el carbón procedente de Gales.
           
                   El comercio ha alcanzado más importancia que el pasado año. Se ha exportado más fruta, se han recibido más barcos y se ha producido un incremento en el número de visitantes.”  
 
         
                   “Solomon Berliner, Cónsul, Tenerife, Islas Canarias. 14 de mayo de 1904.
 
                 Las importaciones de productos de algodón en las Islas Canarias son de una importancia tal que merece se les preste atención por parte de nuestros fabricantes.” (Adjunta un detallada tabla sobre el tonelaje importado en los últimos años)
           
                 “El crédito permitido oscila entre 4 y 6 meses; ningún negocio se realiza en efectivo.
           
                   No existe producción local.
           
                 Los únicos modelos que deben evitarse son los relacionados con la religión.
           
                Los productos americanos tiene buena acogida, pero hasta el momento esos productos se importan de Inglaterra. 
           
                 La única forma de mejorar el comercio es por medio de comunicaciones marítimas directas y representantes comerciales. Como norma general, las circulares de propaganda y las muestras son inútiles.”
 
Las enfermedades
 
           Muchos años antes de que Berliner llegase a Tenerife, eran ya muy importantes las medidas de protección contra las enfermedades. El caso más conocido es el del HMS Beagle, con Charles Darwin a bordo, en enero de 1832. Los visitantes se disponían a desembarcar cuando se les acercó un barco y les informó de que, antes de poner pie en la isla, debían guardar una cuarentena de 12 días, por el temor de que pudiesen estar contagiados de cólera. Al oír esto, el capitán del Beagle ordenó inmediatamente levar el ancla y poner rumbo a las islas de Cabo Verde. Y por eso Charles Darwin no pudo cumplir su sueño de reeditar la visita que Alexander von Humboldt había realizado en 1799.(2)
 
 Berliner 2 - 1
 
Lazareto de Tenerife hacia 1880.
 
           
           Solomon Berliner, nuevo en el oficio, estaba dispuesto a informar sobre todos sus descubrimientos. Desconozco si ello sería de alguna utilidad para la Casa Blanca, pero Berliner bombardeó a sus superiores con informes sobre todos los tipos de enfermedades relacionadas con el Archipiélago, como vimos, por ejemplo, en el artículo anterior con las dos notas de 1900 sobre la fiebre amarilla y la cuarentena a un barco carbonero.
 
          Y al año siguiente, Berliner enviaba un completo informe, referido a las dos islas principales, sobre la lepra:
         
                   “Solomon Berliner, Cónsul, Tenerife, 19 de febrero de 1901
         
                    Informe sobre la lepra en Tenerife” (Tan histórico como opuesto a una información médica)
 
                “No se conoce la causa principal de la lepra. Parece ser que es una enfermedad endémica entre estas gentes, producida como consecuencia de ingerir mucho pescado (a menudo putrefacto) y de la generalizada falta de higiene.
           
                 Aquí la mayoría no cree que sea contagiosa, pero yo opino que es muy infecciosa. Hace años España instaló en Gran Canaria una colonia para leprosos. Los alojaban allí, aunque tenían total libertad de movimientos, con la única restricción de que debían dormir en las casas que se les habían construido. Con el transcurso del tiempo, esta norma quedó en desuso y, gradualmente, se fueron asentando por las demás islas.
           
               En la isla de Tenerife hay actualmente unos 200 leprosos. Sé positivamente que en Santa Cruz de Tenerife, la capital, viven 22 afectados por la enfermedad, concretamente 15 hombres y 7 mujeres, y también algunos niños, fruto de  varios matrimonios entre estos desgraciados. Se les ha reservado un lugar para vivir en el Barranco Santo (sic) a unos 15 minutos del Ayuntamiento. En la misma zona residen además otras 200 personas, casi todas mendigos. No reciben ayudas ni de los habitantes de la ciudad ni del gobierno, pero se les permite desplazarse por todas las carreteras y las calles de la población, lo que hacen pidiendo limosna. Uno se los encuentra a cualquier hora del día, tanto en la ciudad como por los caminos, pidiendo ayuda y enseñando sus mutilaciones. Algunos carecen de dedos en las manos y pies, otros cojean y es difícil imaginar escenas más penosas. 
 
                No se reconoce oficialmente la existencia de lepra en las islas, y este mal se clasifica como escrofulosis o enfermedades de la piel.
           
                Las autoridades provinciales de Tenerife tomaron recientemente cartas en el asunto y para albergarlos se está acabando de construir, a unas dos millas de la ciudad, un gran edificio iniciado durante la guerra de 1898. La instalación consta de 2 alas independientes. En una se instalarán los afectados por la lepra, y en la otra el resto de enfermos por otras dolencias.” 
 
          En la próxima entrega reproduciremos el informe del agente consular estadounidense en Las Palmas de Gran Canaria sobre la situación de la enfermedad de la lepra en aquella isla.
 
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NOTAS:
 
1.-  “El principal objeto del nombramiento de agentes consulares británicos es la protección y promoción de los intereses comerciales de los súbditos de Su Majestad”. (De las Instrucciones cursadas por el Gobierno de Londres a todos sus cónsules en la década de 1880).
 
2.- Muchos autores recogen la instalación en Santa Cruz de Tenerife, en 1784, de un lazareto en la zona de los Llanos de Regla, aunque Luis Cola  (Santa Cruz, bandera amarilla) cita como origen la existencia en 1514 de unas cuevas ubicadas en la desembocadura de un barranco, en la parte de costa conocida como Puerto de los Caballos. (N. del T.)
 
 
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