Las Palmas de Gran Canaria en 1659

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA EN 1659

Por Juan Tous Meliá   (Publicado en La Provincia el 16 de abril de 1995)


          El 10 de mayo del pasado año con ocasión de celebrarse el primer centenario de la terminación del Palacio del Gobierno Militar ubicado en la Plaza de San Telmo, fui invitado a dar una conferencia en el Museo Canario; el tema elegido fue “Las Palmas de Gran Canaria a través de la Cartografía (1590-1900)”, y en aquella ocasión anuncié la posible existencia de un plano de la ciudad levantado en 1659 pero que no había sido localizado.

           En el número 7 del Boletín de la Biblioteca Central Militar de 1951 figuraba un índice de los trabajos realizados por el Coronel José Aparici en el Archivo General de Simancas entre los años 1840 y 1849 y en él aparecía un párrafo que decía “Copia de estracto de Carta de el Corregidor de la Gran Canaria Dn. Diego de Loyola y Morejon con lo que remite el plano de ella (28 de noviembre de 1659)”. Rumeu de Armas en su monumental obra Piraterías y ataques navales contra las islas Canarias, dice que a la misiva antes mencionada le acompañaba “un diseño de la ciudad y sus castillos” pero no lo pública ni da detalle sobre él, quizás debido a que utilizó la fuente de Aparici, pues igual que este la fecha es del 28 de noviembre, cuando la carta en que iba el plano es del 27.

           En un viaje realizado al Servicio Histórico Militar pude ojear el trabajo de Aparici consistente en 58 volúmenes con documentos extraído de Simancas, sobre la labor realizada por los ingenieros militares en los siglos XVI, XVII y XVIII. Al consultar la página 429 del tomo 30 apareció una nota que indicaba que el plano había desaparecido. No obstante figuraba que había sido extraído del legajo 1976 de Mar y Tierra del Archivo de Simancas, por lo que quedaba alguna esperanza. Hice consulta a Simancas, aún a sabiendas que no figuraba en los dos voluminosos Catálogos de Mapas, Planos y Dibujos editados por el Archivo, y gracias a las gestiones de su directora doña María Teresa Triguero, hace pocos días el plano ha sido localizado, lo que me permite presentarlo al público.

           Siguiendo las normas de la I.S.B.D. (C.M.) (International Standard Bibliographia Description) el plano se cataloga de la siguiente forma:

                [PLANTA DE LA CIUDAD DE CANARIA]/Por un soldado anónimo. Las Palmas de Gran Canaria [27 de noviembre de 1659]. Sin escala. 1 mapa a plumilla, 30 x 124 cm. (Archivo General de Simancas, M.P. y D. L X-15).

          Enviada con cartas del Corregidor de Gran Canaria, Don Diego de Loyola y Morejón, a su Majestad (Felipe IV) y a Don Blasco de Loyola de fechas 27 y 28 de noviembre de 1659, respectivamente. La carta dirigida a S.M. decía así:

               "Señor: En once de este di quenta a Vra Magd de la Plaga de Langosta que nuestro Señor assido servido de darnos y las dilixencias que se havian hecho hasta aquella ora. A la de esta Passan de quarenta mill costales de a fanega los enterrados sin la que se a muerto y quemado con que mediante lo rreferido y sobretodo las rrogativas Proçissiones y penitençias que se an hecho Parece que se a disminuydo mucho.

               Las fortificaciones de esta Ysla como bera Vra Magd Por La Ynclussa planta de un soldado. Las mas están Por acabar y algunas Muy necessarias sin començar y la ymposicion de el impuesto de tres Maravedís sisado que Vra Magd permitió para este efecto se cumple por fin de diziembre de este año y menos que benga nueba horden no se bolbera he obar y cierto señor que es conpasion no se acave de zircunbalar esta ciudad y assimismo la ciudad de la del Risco remplaçando en ella el alxibe de el castillo porque aunque la gente de esta isla me parese muy buena y asistira en las ocassiones suelen desfalleser los animos al ber salir de la cabeça de el partido las mugeres, haçiendas, monjas, frayles y clerigos como diçen lo sueler hazer cossa muy dañossa Y que es facil de ympedir teniendo la çiudad como dho es tenida y la guarnición del presidio de Castillo de todo me Aparezido dar quenta a Vta Magd Por parezerme ser de su servº y de mi obligacion que deciros a Vta Magd como la christiandad a Menester. Canaria y Noviembre 27 de 1659".

          La carta dirigida a D. Blasco de Loyola, decía entre otras cosas:

               "..... remito en el pliego de Su Magestad la planta de esta ciudad de canaria hecha por un soldado que sirvió en Cataluña todo el tiempo que le pareció poco para quien contanto deseo le asistió hasta que le llego a dar el puesto que de presente exerze porque en esta Ysla no ay Yngeniero ba en el hecho de la berdad por significar a Su Magestad de las fortificaziones que nesseçita..." 

         El Canónigo D. Santiago Cazorla en su libro Historia de la Catedral de Canarias, dice que una plaga de cigarras berberiscas entran en Gran Canaria el 15 de octubre, día de Santa Teresa, de 1659 permaneciendo en ella hasta el 27 de julio de 1660. Al cumplirse el año de entrada de la cigarra en la isla, el Cabildo acordó instituir una fiesta perpetua en honor de Santa Teresa, declarándola además intercesora contra la citada plaga. En el archivo de la catedral figura que se enterraron en total ciento cincuenta mil costales. También Viera y Clavijo nos describe la plaga en su historia, con estas palabras 

               "...Una nube inmensa de langostas que cubría cielo y tierra se echó sobre las islas los días 15 y 16 de octubre (1659), amenazando la devastación más universal. En poco tiempo no dejaron aquellos insectos cosa verde. Destruyeron las yerbas, huertas, viñas y demás plantas de tal manera, que hicieron presa hasta en las hojas de las palmas, que son tan duras, y en las de la pita, que no hay animal que las coma. Cuando faltó el follaje de los árboles, se apoderaron de las cortezas, por lo que se secaron muchos; y cuando ya no hallaron qué comer, se comieron unas a otras, infestando las aguas, corrompiendo el aire y atemorizando los pueblos." 

         Se trata de un plano-vista trazado en perspectiva con el punto de vista situado al Oeste sobre el mar y a una altura equivalente a la de la montaña de S. Francisco. El autor del plano quiere destacar la situación de las fortificaciones y las dibuja a una escala mayor. La preocupación del corregidor por la mejora de las fortificaciones quizás era debido a que no debía conocer que el 7 de noviembre se había firmado la Paz de los Pirineos por la que se ponía fin a la guerra iniciada en 1635.

          De la ciudad intramuros se puede observar, en el barrio de Vegueta, la fachada posterior de la Catedral, así como las dos torres de los caracoles de la fachada; el dibujo, puede servir para completar la imagen que dio Pedro Agustín del Castillo en su plano de 1686. También se puede ver una ermita que por su situación podría ser la de San Antonio Abad, primera iglesia construida poco después de la conquista. En el barrio de Triana, sobresale el convento de San Francisco con su esbelto campanario y el convento de monjas bernardas de la Concepción, pues el convento de Santa Clara no fue fundado hasta 1664. En las afueras se observa un palmeral que también se reproduce en el plano de Del Castillo, que recuerda la descripción idílica que hace de la ciudad fray José de Sosa en su obra escrita en 1678, Topografía de la isla Fortunada Gran Canaria.

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          La toponimia del plano se reduce a "Canaria" en la parte superior del núcleo urbano, "Triana" dando nombre al barrio, "La cantera" colina con la que se da nombre a la de San Lázaro, e "isletas" en las inmediaciones del Castillo de la Luz.

          La explicación está escrita sobre el dibujo, e incluso lo interfiere en cierto modo y consta de 22 letras mayúsculas que se reproducen: 

    A. Castillo de la Luz, es de la ciudad. Cuadrado con dos torreones, tal como lo describió y dibujó Torriani. En sus inmediaciones la ermita de Nuestra Señora de La Luz, ya construida después del ataque realizado por Van der Does en 1599. Por el estado militar de 1655, confeccionado en vísperas del ataque de Blake a Santa Cruz, por el veedor de la gente de guerra, Juan de Monzón, se sabe que éste castillo estaba artillado con 4 piezas de bronce y 6 de hierro.

     B. Castillo de Sta. Catalina del Rey. Los ataques iniciados por Drake en 1595 y los holandeses en 1599 por la zona del istmo de Guanarteme obligaron a construir este castillo en 1629 y así poder combinar los fuegos con el Castillo de la Luz (A), la torre de Santa Ana (C) y el baluarte del Cristo (L), donde después se construyó el Castillo de Santa Isabel ya desaparecido. En las inmediaciones la pequeña ermita de Santa Catalina, que había sido destruida por Van der Does, ya reconstruida. Según el estado militar de 1655 estaba artillado con cinco medias culebrinas de hierro.

     C. Castillo de Sta. Ana, la Ciudad. Erigido por el Gobernador Rodríguez de Herrera hacia 1568 en él se iniciaba la Muralla Norte (I) de la ciudad. Según el estado militar arriba mencionado disponía de 5 piezas de bronce y 4 de hierro.

     D. Castillo de Casamata del Rey. De planta cuadrangular se había iniciado su construcción en 1579. En 1655 tenía 2 piezas de bronce y 4 de hierro.

     E. Fuerza principal del Rey llamada de el Risco. Este castillo se construyó de acuerdo con los planes del capitán General D. Luis de la Cueva v Benavides y en contra del parecer del ingeniero militar D. Leonardo Torriani. Se realizó en varias fases pero fue el Capitán General Francisco de Andía el que aprobó la fábrica del Castillo en 1625. Aunque no figura en el plano de del Castillo de 1686; sin embargo, en su Descripción está dibujada la planta, que recibía el nombre de "Castillo de Paso Angosto". Posteriormente recibió el nombre de Castillo de San Francisco del Risco, nombre con el que se le conoce actualmente. Por el estado militar tantas veces mencionado disponía de 4 piezas de bronce y 7 de hierro.

     F. Castillo  de San Pedro de la ciudad. Construido en 1577 por Diego de Melgarejo, tomó parte en las defensas de la ciudad en 1595 y 1599. Fue reconstruido en 1638 con la planta que se ve en el plano. Actualmente recibe el nombre de S. Cristóbal. En 1655 estaba artillado con cuatro piezas.     G. Garita de la Alaxa donde se hace la centinela, necesita de fortificarla. No aparece ningún dato sobre esta garita en los archivos. Situada en la actual punta de La Laja, topónimo que ya aparece en la planta de la isla de Gran Canaria diseñadas por Torriani y por Del Castillo.

     H. Colina del Calbario donde remata la muralla de los Reyes, necesita mucho de fortificación. Cerca de él se construyó la ermita de San Juan, que aparece por primera vez en el plano de Del Castillo.

     I. Barranco que dibide el Risco de la colina del Calbario, donde no hay fortificación. Se trata del barranco de Guiniguada. En el se observa que no hay ningún puente. En 1615 un temporal de lluvia provocó una gran avenida que arruinó los dos puentes que figuran en los planos de Torriani y de Casola. El nuevo puente de sillería que aparece en el plano de Del Castillo fue construido en 1673 por el corregidor y Capitán a guerra D. Juan Coello de Portugal. En la fecha que se está estudiando solo existía un pequeño puente de madera construido por el Cabildo.

     J. Muralla de la Ciudad por los dos Costados que aun no esta acabada por la parte del Calbario. La muralla Sur, cuya construcción se había iniciado en 1577 durante el mandato de Diego Megarejo, sólo llegaba hasta la puerta de los Reyes (R). Con motivo de la guerra contra Inglaterra (1650) en 1656 el Capitán General Dávila y Guzmán determinó completar las fortificaciones de las islas, en especial las plazas de Las Palmas y Santa Cruz. Entre las fortificaciones que se completaron figura esta muralla que se construyó de nuevo. El Capitán General hizo venta de la tierras realengas de Sardina, otorgando escritura ante Luis de Ascanio para con su importe levantarla. Tenía 900 varas (752 m) de largo y seguía una línea quebrada, su ancho era de 4 varas (3'5 m) con su portada, hornabeque, tres baluartes, contrafuerte y postigo siendo la traza de D. Lope de Mendoza. Entre la muralla y el castillo de San Pedro aparece una ermita extramuros de la ciudad, de la que no se tiene conocimiento, podría tratarse de la ermita de Nª Sª de los Reyes situada muy cerca pero intramuros.

     L. Baluarte del Cristo. De los tres baluartes proyectados por Lope de Mendoza es el que está situado a orillas del mar donde se inicia la muralla. En 1741 se construyó sn su lugar la batería de Santa Isabel ya desaparecida.

     M. Caleta de San  Pedro. Que  recibió más tarde el  nombre de  playa de San Cristóbal. Estaba defendido por su Castillo.

     N. Caleta de Sta. Ana. Lugar natural de desembarco de las lanchas, se observan tres de ellas varadas. Estaba defendido por su castillo.

     O. Caleta de Sta. Catalina. Lugar por donde desembarcaron los ingleses en 1595 y los holandeses en 1599.

     P. Puertos de la Luz y arrecife muy necesario el postrero de fortificación. En 1742 el ingeniero militar Riviere proyectó la batería del Buen Aire que se construyó en la punta del Confital.

     Q. Portada de la Marina. Posteriormente recibió el nombre de Puerta de Triana y  a ella llegaba el camino que procedía de los puertos de La Luz y del Arrecife.

     R. Portada de los Reyes. Era la puerta de entrada a la ciudad por el Sur. Todavía no se había construido la de San José.

     S. Costa de la Mar, necesita de Muralla. Salvo un pequeño reducto, que se construyó al final de la calle de los Balcones (actual J. de León y Joven) que se puede observar en el plano de Del Castillo de 1686, no existe ninguna fortificación. No obstante después de 1686 se construyó la Batería del Pilar junto a una Pila de agua a la altura de la calle de Genoveses (hoy Clavel), según se indica en plano de la ciudad de 1742 levantado por el ingeniero militar Antonio Riviere.

     T. Argibe del Risco que está fuera de él. Que se cita en la carta dirigida a S.M. para que se reemplace en su interior.

     V.  Colina  llamada la cantera supedita de los dos Castillo bajeros y está en igual grado con el Risco. Necesita de fortificación.

     X. La Atalaya de las Isletas. 

     Z. Puerto  del Confital sin  fortificación ninguna. Ya se ha dicho que para proteger el Confital y el Arrecife se construyó la batería del Buen Aire en 1742.

          Al final de la explicación se lee:

               “Y aunque se hace mención de las fortificaciones de la Isla no pongo mas que dos leguas de playa que hay desde el castillo de la Luz hasta la Garita de la Alaxa porque lo demás por sí solo está defendido esepto el puerto de Gando que está a dos leguas de esta ciudad a la parte de la Alaxa el cual no tiene ninguna fortificación”.

           En 1545 durante el mandato  del gobernador D. Rodrigo Manrique se  había construido una  torre que en 1659 debía esta completamente destruida según se deduce de la explicación.  Hasta 1742 no se  proyectó una nueva torre, la de Gando, realizada por e1 ingeniero Riviere.

          El  plano no lleva firma, y como ya se ha indicado fue  realizado por un soldado anónimo, podría ser atribuido al ingeniero militar D. Lope de Mendoza y Salazar que era ingeniero militar de las islas en estas fechas. Nos permite atribuir, con muchas dudas, este plano a Mendoza al comparar la caligrafía con la del plano "El Puerto Principal de la Ysla de la Gomera" levantado en 1669 que se conserva en el Archivo D. Dacio Victoriano Darías de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna. Este Plano junto con "Discurso y plantas de las yslas de Canaria", manuscrito que se conserva en la Biblioteca Municipal de Rouen son los únicos datos que han llegado hasta nosotros. De esta última obra existe en preparación la edición por parte del Cabildo de G.C. de un "Estudio, transcripción y notas" por el profesor Aznar Vallejo. También existe documentación en el tomo 37 de José Aparici, pág. 174 a 202 que abarcan los años 1651 a 1685, y en el legajo 2.195 del Archivo de Simancas existe una carta del ingeniero Mendoza de fecha 5 de junio de 1669 dando su parecer sobre las defensas de Canarias.

          Para la realización de este trabajo se ha tenido a la vista los planos de Torriani de 1588, el de Próspero Casóla de 1599 y el de Pedro Agustín del Castillo de 1686 y se han consultado La piratería y ataques navales a las islas Canarias de Antonio Rumen y Apuntes para la historia de las antiguas fortificaciones de Canarias (en prensa) de José Mª Pinto.