El nombre de nuestras calles (50). Celia Cruz
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 14 de mayo de 2023).
EL NOMBRE DE NUESTRAS CALLES (50)
Calle Celia Cruz
En el barrio de Los Llanos, comunica la calle Adán Martín Menis con la confluencia de las Avenidas Manuel Hermoso Rojas y la Constitución.
Celia Caridad Cruz Alfonso (La Habana, Cuba, 1924 - Nueva Jersey, Estados Unidos de América, 2003)
Abandonó la carrera de magisterio para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música de su ciudad natal.
Después de participar en programas radiofónicos para aficionados, en los que solía ganar los primeros premios, en 1950 se integró como vocalista en varias orquestas y formó parte del espectáculo “Las Mulatas de Fuego” que recorrió Venezuela y México, pasando luego a integrar parte del elenco del famoso cabaré Tropicana, en La Habana, como solista de la orquesta la Sonora Matancera.
El advenimiento de la revolución cubana (1959) forzaría su exilio, pues aprovechando el permiso que la citada orquesta había obtenido para actuar en México, no regresaría a Cuba sino que se establecería en los Estados Unidos, donde actuaría en el Palladium de Hollywood.
Su irascible odio anticastrista se acrecentaría a partir de 1962, cuando no le permitieron entrar en la Isla para asistir al entierro de su madre.
En 1962 dejaría la orquesta Sonora Matancera, al casarse con Pedro Knight, primer trompetista de la orquesta, iniciando su trayectoria como solista, junto al percusionista Tito Puente.
Celia Cruz, una de las intérpretes más grande de música latina del siglo XX, siempre conservó una vitalidad insólita, enfundada en sus fastuosos y extravagantes vestidos, tocada con peluca, y encaramada sobre sus zapatos únicos, de alto tacón inexistente.
En su medio siglo de trayectoria artística, logró 23 discos de oro, recibió 5 premios Grammy, grabó 70 álbumes y 800 canciones. Todos sus conciertos los abría y cerraba con su potente grito ¡Azúcar!
El 3 de marzo de 1987, Celia Cruz, acompañada de las orquestas venezolanas La Sonora Matancera y la Billo’s Caracas Boys, y las orquestas tinerfeñas Maracaibo y Guayaba, lograba hacer bailar a las 240.000 personas que se habían congregado en las plazas de España y la Candelaria, lo que llevaría a Santa Cruz de Tenerife a formar parte del Libro Guinness de los récords. Como curiosidad, el censo de población de Santa Cruz en el citado año era de 210.000 habitantes.
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife la declaró Reina de Honor del Carnaval.
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