El nombre de nuestras calles (22). Avenida Ángel Romero

 
Por José Manuel Ledesma Alonso (Publicado en el Diario de Avisos el 5 de febrero de 2023).
 
 
EL  NOMBRE  DE  NUESTRAS  CALLES  (22)
 
Avenida Ángel Romero
 
 
Enlaza la avenida Islas Canarias, a la altura del Barrio del Perú, con la carretera Santa Cruz- Laguna, en la Vuelta de los Pájaros. 
 
 
Angel Romero-1
 
 
 
          Ángel Romero Mateos (Cádiz 1875 – Santa Cruz de Tenerife, 1963). Llegó a Santa Cruz de Tenerife a la edad de 5 años, donde su padre decidió montar su empresa litográfica, para lo que trajo la maquinaria, cajas de material y dos operarios especializados.
 
          Tras su formación escolar, en las que recibió clases de dibujo y pintura de José Lorenzo Bello, en 1893 regresa a Cádiz para ingresar en la Academia de Bellas Artes, trasladándose posteriormente a la Real Academia de San Fernando de Madrid, donde fue discípulo de José Moreno Carbonero. 
 
          Aburrido de la enseñanza oficial, en 1899 ingresó en el taller del pintor Manuel Dominguez Sánchez y luego en el de Eduardo Rosales, quien le guio hacia el realismo posromántico.
 
          En 1901, Angel Romero se convierte en alumno de Joaquín Sorolla, del que aprendió el tratamiento de la luz en sus cuadros; es decir, la luz radiante, las sombras calientes y el empleo de colores más rutilantes.
 
          Su primera etapa en la pintura, caracterizada por una paleta sobria y tonalidades oscuras, dará paso paulatinamente a la irrupción del color, coincidiendo con una evolución hacia el realismo folclorista. 
 
          Angel Romero cultivó el retrato con extraordinario talento y gran penetración psicológica, aunque sus obras más significativas con depurada técnica son de estilo costumbristas, confrontando la naturaleza canaria con el realismo folclorista insular, siendo especialmente llamativo el tratamiento geológico de los primeros planos de su obra la Erupción del Chinyero.
 
          En 1909, al fallecer su padre, abandonaría la pintura durante 40 años para hacerse cargo de la empresa familiar -Litografía Romero-, transformándola en una de las mejores industrias de arte gráficas del Archipiélago.     Después de este largo paréntesis retomaría esporádicamente la pintura, dando fiel continuidad a su estilo.
 
          En 1956, siendo Presidente de la Academia Canaria de Bellas Artes, lograría que Madrid le concediese a esta Institución el título de REAL.
 
Obra pictórica
 
          Con motivo de las Fiestas de Mayo de 1955 el Cabildo de Tenerife y el Círculo de Bellas Artes le rindieron un emotivo homenaje, organizando una magna exposición antológica de su obra, en la que se expusieron sus cuadros etnográficos: De vuelta del mercado, Hogar canario, Después de la cena, Lecheras de Tenerife, Romería, Lagar en Tegueste, Tres generaciones, Levantando tomateros, etc. 
 
 
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